Segunda fase de la reforma agraria
La primera fase de la Reforma Agraria, decretada por el Gobierno de la Revoluci¨®n del Per¨² hace siete a?os, ha sido consumada con la liquidaci¨®n de los latifundios.La estructura agr¨ªcola peruana, en la que trabaja cerca del 50 por 100 de la poblaci¨®n activa, se caracterizaba antes de 1969 por un fuerte desequilibrio. En la costa se pod¨ªan encontrar grandes haciendas de alta productividad, controladas la mayor¨ªa de ellas por capital extranjero, en donde se cultivaba, principalmente, ca?a de az¨²car y algod¨®n en sus tierras de regad¨ªo. En la zona andina, mucho m¨¢s pobre, se encontraban junto a latifundios cultivados por arrendatanos de tipo feudal, miles de minifundios con menos de 5 hect¨¢reas.
Seg¨²n un estudio norteamericano basado en el censo de la poblaci¨®n de 1961, hab¨ªa en ese mismo a?o, 3.792 propiedades (el 0,4 por 100 del total), de m¨¢s de 500 hect¨¢reas, lo cual implicaba el 75,6 por 100 de toda la tierra de cultivo disponible, mientras que por otro lado exist¨ªan 708.257 propiedades (83,2 por 100) con menos de 5 hect¨¢reas, es decir, el 5,7 por 100 de la superficie cultivable.
La ley de Reforma Agraria de 1969 apuntaba sobre todo a cambiar estas estructuras. Al contrario que el Gobierno de Belaunde, que excluy¨® desde el principio la reforma agraria contra las instalaciones agr¨ªcolas grandes y modernas, las haciendas son.el fundamento en que se apoya la reforma agraria del Gobierno.
Desde 1969, el r¨¦gimen militar ha expropiado unas 14.500 propiedades de m¨¢s de 50 hect¨¢reas cada una, lo que implica una superficie de 10,1 millones de hect¨¢reas. De ellas, 6,8 millones fueron cedidas a 287.000 familias agrupadas en cooperativas, y 140.000 hect¨¢reas a 19.500 peque?os propietarios. Los 3,2 millones de hect¨¢reas restantes ser¨¢n repartidos a lo largo de los pr¨®ximos meses entre otros 100.000 propietarios m¨¢s.
La meta de la segunda t¨¢se de la reforma agraria es en primer lugar la concentraci¨®n parcelaria de los minifundios no rentables de manera que aumente su productividad.
Un objetivo muy importante tambi¨¦n ser¨¢ consolidar los avances de la Reforma, que -aunque incruenta- ha originado numerosos problemas. El hecho de que ni los campesinos ni el personal t¨¦cnico estuvieran eran bien preparados para sus nuevos cometidos, provoc¨® serios conflictos que tuvieron como consecuencia considerables p¨¦rdidas en la producci¨®n. Tambi¨¦n hubo numerosos contratiempos debido a que muchos propietarios no solamente descapitalizaron sus posesiones ante la expropiaci¨®n, sino que incluso destruyeron instalaciones vitales tales como los pozos de agua.
Las evaluaciones que consideran que la producci¨®n agr¨ªcola disminuy¨® con la reforma agraria en m¨¢s de un 30 por 100, son m¨¢s bien exageradas y en todo caso s¨®lo podr¨ªan tener validez para algunas regiones. De todos modos un estancamiento de la producci¨®n agr¨ªcola en un pa¨ªs como Per¨², que tiene un ¨ªndice de crecimiento de la poblaci¨®n superior al 3 por 100, podr¨ªa acarrear serios problemas al abastecimiento de alimentos; pero todo cambio social tiene siempre un precio.
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