El arte contempor¨¢neo espa?ol, a la luz de dos encuestas internacionales
Parece l¨®gico que la valoraci¨®n de los artistas se ajuste a unos u otros ¨ªndices (de nombre, cualidad, precio, divulgaci¨®n ... ), seg¨²n que el sondeo se efect¨²e en su propio pa¨ªs o adquiera un car¨¢cter internacional. No es tan l¨®gico, sin embargo, que la desproporci¨®n alcance, en el caso de los artistas espa?oles, los extremos ignominiosos que pueden deducirse de la estad¨ªstica dada a la luz por la revista alemana Capital (y transcrita por la italiana Domus, n¨²mero 553) y de la encuesta quinquenal de la francesa Connaissance des Artes, recientemente publicada.?Cu¨¢ntos artistas espa?oles cree usted que se nombran en la relaci¨®n de Capital, correspondiente al censo del pasado a?o (Kunstkompass 75) y llevada a cabo por Willi Bongard, conocido experto en temas de arte y econom¨ªa? Solamente uno: Eduardo Chillida. Poco halag¨¹e?o resulta que de entre el centenar de artistas all¨ª mencionados uno solo sea espa?ol, frente a los 45, por ejemplo, que representan a USA, o a los trece ingleses diez franceses, once alemanes...
Los valores de mercado
Cierto que la estad¨ªstica de Willi Bongard alude con exclusividad a los valores de mercado. No es menos cierto, sin embargo, que el ¨ªndice mercantil refleja, por desgracia, si se quiere, pero con palmaria exactitud, el prestigio y lugar de cada quien en la n¨®mina general del arte. Y conste que no quiero con ello lanzar un SOS a los coleccionistas por devoci¨®n (sus gustos no entran en la encuesta) o a los improvisados inversores (all¨¢ ellos). Me limito a transcribir los datos escuetos de una relaci¨®n cuya escala asigna a nuestro pa¨ªs un solo puesto entre cien.La estimaci¨®n de los precios responde, de acuerdo con la nomenclatura de Capital, a esta clasificaci¨®n gradativa: muy conveniente, conveniente, caro y muy caro. S¨ªrvanos de consuelo el saber que el precio de Chillida cae dentro del ¨²ltimo apartado, o merece, de atender a las cuentas de Bongard, el ¨ªndice m¨¢s elevado de cotizaci¨®n. Puede igualmente consolarnos el que la ausencia de Mir¨® se deba ¨²nicamente a la exclusi¨®n premeditada de los hist¨®ricos o universalmente consagrados.
Sin dudar lo m¨¢s m¨ªnimo de la capacidad estad¨ªstica del tasador germano, ni de la solvencia de Capital, no deja de parecerme extra?a (y probada calidad al margen) la no comparecencia de los T¨¤pies, Palazuelo, L¨®pez Garc¨ªa.... en la lista de los cien artistas m¨¢s cotizados del mundo. Tanto su vinculaci¨®n, a galer¨ªas extranjeras como el precio de sus obras en el mercado internacional hacen muy discutible su exclusi¨®n de los m¨¢s o menos cient¨ªficos tanteos de Bongard, o viene a subrayar ajenos desdenes y pecados propios en la precaria divulgaci¨®n de nuestro arte moderno (no pocas veces confinado a las lindes del suceso local).
M¨¢s penoso es a¨²n el escrutinio de la encuesta quinquenal recientemente publicada por Connaisance des Artes, aunque sean seis los artistas espa?oles en ella mencionados. La consulta de la publicaci¨®n francesa se confi¨® a cien personajes del mundo del arte (profesores, conservadores de museos, cr¨ªticos, ensayistas, galer¨®foros ... ) en posesi¨®n, izada uno de ellos, de diez votos, a repartir entre aquellos artistas que creyeran de mayor actualidad o relieve. Y tampoco en esta ocasi¨®n nos ha sido la rifa particularmente generosa.
Entre la incomprensi¨®n y el rid¨ªculo
Hecha excepci¨®n de Mir¨®, por la raz¨®n antes apuntada, ¨¦stos son los elegidos: T¨¤pies, con cinco votos; Dal¨ª, con cuatro; Chillida, con dos y con uno, Mariano Hern¨¢ndez: Arroyo y Boffil. ?No resulta escandalosa la mezcolanza de los nominados, notoria la ausencia de otros y harto anacr¨®nica la inserci¨®n del consabido hombre anuncio? ?Ser¨¢n acaso para echar las campanas al vuelo esos quince votos entre mil?Ajenos desdenes y pecados propios acaban por acarrear injusticia y desconcierto, siendo tan de lamentar la desorientaci¨®n de los expertos for¨¢neos como la penuria y holganza de los nacionales.
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