El p¨²blico, en desacuerdo con la votaci¨®n de los jurados
El m¨¢s veterano de los festivales espa?oles de la canci¨®n finaliz¨® su XVIII edici¨®n en la plaza de toros de Benidorm con una impresionante pita del p¨²blico en total desacuerdo con la votaci¨®n de los jurados. Si yo fuera ¨¦l t¨ªtulo de la canci¨®n interpretada por Dyango, se alz¨® finalmente con el triunfo por encima de las otras nueve finalistas. Un a?o m¨¢s de decadencia del certamen se ha hecho evidente.
Las veintitr¨¦s canciones seleccionadas para las semifinales se inscrib¨ªan sin excepciones en una t¨®nica muy alejada del camino por el que marcha hoy la m¨²sica ligera y que repet¨ªan hasta la saciedad m¨¢s descarada. Los autores y compositores espa?oles especialistas en este tipo de festivales conocen a la perfecci¨®n las f¨®rmulas necesarias para obtener el triunfo y se alejan de cualquier posibilidad de innovaci¨®n ateni¨¦ndose a la reiteraci¨®n de un estribillo f¨¢cil o a la acumulaci¨®n de los m¨¢s banales clich¨¦s de la canci¨®n de amor. Una vez m¨¢s las votaciones de los jurados han dado la raz¨®n a los compositores y la canci¨®n ganadora ha resultado ser una balada de corte cl¨¢sico trazada e interpretada con una considerable falta de imaginaci¨®n.
Un festival hist¨®rico
Cuando en el a?o 1959 el Ayuntamiento de Benidorm y la Red de Emisoras del Movimiento organizaron el primer festival de la canci¨®n espa?ola, sus fines estaban claros y se inscrib¨ªan en doble sentido, por un lado, la promoci¨®n tur¨ªstica de la zona, y por otro, el impulso de la canci¨®n ligera espa?ola. El festival cubr¨ªa a la perfecci¨®n ambos terrenos. En el art¨ªstico en concreto dio salida a un g¨¦nero de canci¨®n que convidaba de forma muy peculiar las esencias m¨¢s puras de la canci¨®n espa?ola con el triunfo sudamericano y anglosaj¨®n. En un mercado subdesarrollado y dominado por influencias internacionales, las canciones de Benidorm (t¨ªtulos como El telegrama o Comunicando) nutrieron de ¨¦xitos a nuestros reci¨¦n nacidos hit parades. Hoy con el paso del tiempo el festival de Benidorm a lo ¨²nico que sirve es a la promoci¨®n de determinados cantantes y productos avalados por la publicidad de las casas discogr¨¢ficas enzarzadas en una pugna de triunfo de cara a un primer puesto que dotar¨¢ a sus detentadores de una fama tan ef¨ªmera como discutible. De todas formas, el festival tiene tambi¨¦n otro sentido, quiz¨¢s su ¨²nica justificaci¨®n actual sea su car¨¢cter de berbena popular para los habitantes y veraneantes de la zona.Cuando el a?o pasado Emilio Romero, a la saz¨®n delegado de Prensa de Radio de Madrid, traslad¨® el festival de la tradicional plaza de toros a un front¨®n reci¨¦n inaugurado (al que se le hizo una considerable publicidad gratuita en Radio y Televisi¨®n) y elev¨® el precio de las localidades, el festival estuvo a punto de perder su car¨¢cter y su esencia.
De nuevo en la plaza de toros este a?o el festival ha recobrado su encanto con la presencia de un p¨²blico compuesto fundamentalmente por grupos familiares, un p¨²blico que siente el inter¨¦s con entusiasmo que a veces da lugar a c¨¢lidas demostraciones o a descarados abucheos cuando el veredicto de los jueces se encuentra en desacuerdo con sus opiniones.
La gran final
Entre las diez canciones finalistas en esta XVIII edici¨®n se encontraban representadas las casas discogr¨¢ficas m¨¢s importantes. Entre los temas seleccionados tienen cabida los t¨®picos m¨¢s acendrados de las canciones del festival. Jazm¨ªn, una ni?a de catorce a?os, cantaba una cursil¨ªsima canci¨®n dedicada a su pap¨¢, con los lacrimosos coros de violines y el locutor cantante Andr¨¦s Caparr¨®s (ganador del premio de la cr¨ªtica, imaginamos que ¨²nicamente por solidaridad profesional) emulaba los mejores tiempos de Quintero Le¨®n y Quiroga con un tema lleno de atavismos raciales de bata de cola y pandereta. El grupo Trinidad y Luis Fierro eran las dos ¨²nicas alternativas de una cierta modalidad sin excesos mientras que el punto de los cantores se deslizaba por el f¨¢cil camino de lo que eufem¨ªsticamente se ha venido a llamar comercialidad. Para que nada faltara, el festival ha tenido su peque?o esc¨¢ndalo. La cantante Blanca Villa, int¨¦rprete de un pasodoble compuesto por Manuel Alejandro (autor de los ¨¦xitos m¨¢s importantes de RaphaeI) se quejaba de que su canci¨®n no hab¨ªa pasado a la final por impedimento de censura y su hip¨®tesis resultaba m¨¢s que probable por la negativa de la organizaci¨®n a rese?ar las actas de las votaciones. La canci¨®n Ah¨ª te mando mi guitarra, descalificada o insuficientemente votada seg¨²n los responsables del festival, estaba dedicada a Juan Manuel Serrat, y su autor Manuel Alejandro, con dosis de oportunismo, hablaba de claveles, exilios y sardanas.Con el tradicional fin de fiesta actu¨® la hispan¨ªsima Roc¨ªo Jurado con todo su repertorio de ol¨¦s y gui?os al espectador, la bailarina y cantante Rafaela Carra con sus boys y el ex west side story Chakiris con un show reci¨¦n importado de Las Vegas y que no pasaba de discreto en el mejor de los casos.
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