Entre el aislacionismo y la sucesi¨®n de Hoxha
La nueva Rep¨²blica Popular Socialista de Albania (antes Rep¨²blica Popular) tiene planteada en la actualidad la sucesi¨®n de sus figuras m¨¢s importantes. Enver Hoxha, secretario general del PC y aut¨¦ntico ?l¨ªder divinizado? del pa¨ªs, y su primer ministro Mehmet Sehu.El primero, de 67 a?os de edad, ha sufrido dos operaciones tras las cuales permanece parcialmente paralizado a causa de la diabetes. Sehu, con 63 a?os, est¨¢ continuamente atendido por dos doctores que cuidan de sus regulares crisis card¨ªacas.
En un pa¨ªs como Albania, donde el antiguo sentimiento religioso es sustituido por una pureza revolucionaria, la desaparici¨®n de los hombres que han levantado ese ?santuario marxista? no puede por menos de tener una notable repercusi¨®n en todos los ¨®rdenes de la vida nacional.
Antes de que Albania se convirtiese en una Rep¨²blica comunista de la mano de Enver Hoxha, en 1946, este ?Mao europeo? hab¨ªa levantado los cimientos del futuro Estado, independiente de Mosc¨²,desde su etapa de jefe de los partisanos.
?Ante todo, la independencia?, dijo Hoxha, cuando las divisiones sovi¨¦ticas estaban dispuestas a entrar en el territorio al finalizar la segunda guerra mundial.
Luego, esa independencia se romper¨ªa al entablarse la querella chino-sovi¨¦tica y el r¨¦gimen de Tirana tomara claro partido por las tesis de Pek¨ªn.
Unos 2.000 asesores chinos y una ayuda anual de 100 millones de d¨®lares es el precio que paga Pek¨ªn por mantener a su aliado europeo fuera de la influencia sovi¨¦tica.
Sin embargo, cuando un hombre y, sobre todo, su carisma, que se identifican con el pa¨ªs (Hoxha-Albania), van a desaparecer, la raz¨®n de ser del mismo Estado se tambalea.
Al estancamiento de la econom¨ªa albanesa se une la lucha entre las facciones del partido que se disputan la herencia de Hoxha. En escasas semanas se conocieron depuraciones de varios hombres, bien por motivos econ¨®micos, como por ?errores pol¨ªticos?.
Los ministros de Agricultura y Educaci¨®n cayeron en desgracia el pasado mes de mayo, por su ?deficiente gesti¨®n?. Pero las purgas han alcanzado a elementos propiamente pol¨ªticos. Hoxha los califica de ?revisionistas que quieren integrarnos a la influencia de la URSS?. Pero la cosa es m¨¢s complicada.
No se tienen noticias claras de que existan potentes grupos prosovi¨¦ticos en Albania, y s¨ª que existe una corriente de nacionalismo pragm¨¢tico que quiere sacar a Albania del aislacionismo a que est¨¢ sometida por Hoxha (China es un pa¨ªs muy abierto en comparaci¨®n con Albania).
La postura de estos nacionalistas pragm¨¢ticos coincidir¨ªa en gran medida con las nuevas pretensiones de Pek¨ªn, quien preferir¨ªa que el combate de Albania contra la URSS y sus aliados se concretara en una cooperaci¨®n con Occidente y no quedase reducido a los meros ataques dial¨¦cticos.
Precisamente, hay algunas pruebas de que las relaciones entre Hoxha y su ?amigo ¨ªntimo, Mao? se han deteriorado ¨²ltimamente, por encima de cualquier apariencia. Un brev¨ªsimo telegrama de felicitaci¨®n de Sehu al nuevo primer ministro chino, Hua Kuo-feng, en abril pasado, un estancamiento en las negociaciones; econ¨®micas entre Tirana y, Pek¨ªn, que deb¨ªan haber finalizado en 1975. Tambi¨¦n, la purga de Kellezi, miembro del Politbur¨® y presidente de la sociedad de la amistad chino-albanesa.
Notable importancia tendr¨¢ el futuro Congreso del PC alban¨¦s, la sucesi¨®n y el aislacionismo, cada d¨ªa m¨¢s dif¨ªcil para Albania, estar¨¢n presentes en la reuni¨®n. El futuro de Albania, en una palabra, ante los delegados de las diez prefecturas que forman el Estado.
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