Mariano Haro, sexto en la final, diploma ol¨ªmpico
Mariano Haro fue sexto en la final de los 10.000 metros. Se supone que a estas horas ya habr¨¢n presentado la dimisi¨®n los que se negaban a traerle a Montreal. Mariano Haro, que ya fue diploma ol¨ªmpico en Munich, al ser cuarto, lo ha vuelto a ser en Montreal al ocupar la tercera plaza que tiene derecho al mismo. Haro es el primer espa?ol que lo posee por partida doble. Con anterioridad solamente lo hab¨ªa conquistado una vez Luis Felipe Areta, que fue tambi¨¦n sexto en la final de salto de longitud en Tokio.
Haro, aunque no pudo realizar la marca de Munich, super¨® todas las previsiones, a base de su natural coraje. A base de ayudar a romper la carrera en el momento oportuno pudo pasar por la cinta de llegada mucho antes que hombres que en la actualidad pose¨ªan una mejor marca. Puttemans, uno de los favoritos, no pudo acabar la prueba. La medalla de oro fue, como en Munich, para Viren. Segundo esta vez fue un portugu¨¦s, Carlos Sousa Lopes, a quien ha bastado un cambio de r¨¦gimen pol¨ªtico y, por tanto, una nueva orientaci¨®n deportiva, para que haya subido al podio ol¨ªmpico.Mariano Haro ha venido a Montreal en contra de la opini¨®n de las m¨¢s altas autoridades deportivas del pa¨ªs. Pocos d¨ªas antes de que hiciera la marca m¨ªnima fuimos varios los que votamos por ¨¦l aun cuando no lograra en San Sebasti¨¢n el tiempo exigido por la Federaci¨®n Internacional. Los que ped¨ªan al palentino una prueba como a los novatos, los que le exig¨ªan a ¨¦l lo que no han pedido para otros, deber¨ªan estar en estos momentos con la carta de dimisi¨®n escrita. Pero estoy seguro de que esto no ocurrir¨¢ porque el ¨¦xito de Haro ser¨¢ precisamente un apoyo para mantenerse en su puesto. El consuelo Haro tendr¨¢ unas consecuencias completamente distintas a las l¨®gicas.
Mariano volvi¨® a correr con el coraz¨®n m¨¢s que con la cabeza pese a que inteligentemente forz¨® el ritmo en el momento oportuno para que la carrera se rompiera y no encontrara dificultades para estar entre los diez mejores. En principio se situ¨® detr¨¢s de Hermens, que es hombre de buen ritmo inicial. Cuando comprob¨® que el holand¨¦s no estaba por la labor se meti¨® en el grupito de cabeza, para estar cerca de Smet, Foster y Lopes, que estaban dispuestos a ganar. Viren, que se escondi¨® en la cola del pelot¨®n en las cinco primeras vueltas, cuando vio que Mariano se pon¨ªa en cabeza abandon¨® su posici¨®n, sabedor que de un momento a otro pod¨ªa producirse el corte. Mariano, primero en la s¨¦ptima vuelta, oblig¨® a que Lopes le relevara. La consecuencia de esta maniobra fue el desfondamiento del australiano Wardlaw. En la vuelta catorce Hermens, Puttemans y Lismont no pudieron soportar el tren de cabeza. Puttemans aguant¨® en carrera cuatro vueltas m¨¢s. G¨®mez y Fitszimons fueron los siguientes en perder contacto. Cuando Lopes se march¨® hacia adelante se produjo un corte y Mariano se qued¨® en el segundo grupo. Con rapidez se fue hacia adelante y asfixi¨® al USA Bjornklund.
Lopes, Smet, Viren, Foster y Floriu se quedaron en cabeza. Haro no se dio por vencido y poco despu¨¦s se quedaron por delante Lopes, Viren y Foster y ¨¦l pudo empalmar con Floriu, Simons y Smet. Si hubo lucha entre los de delante, no la hubo menos entre los perseguidores. Foster comenz¨® a dar muestras de cansancio y los de atr¨¢s se esforzaron por darle alcance, cosa que finalmente no consiguieron pero que hubieran logrado con una vuelta m¨¢s. Solos Viren y Lopes, el finland¨¦s atac¨® en la ¨²ltima vuelta con su prodigioso sprint final y, como en Munich, se fue solo hacia la meta.
La carrera fue vibrante, porque desde la s¨¦ptima vuelta, en la que Haro se puso en cabeza, no hubo ya reposo alguno. Los tirones fueron constantes y todos jugaron sus bazas al m¨¢ximo. Haro realiz¨® una progresi¨®n de cara al final, ya que del s¨¦ptimo puesto con que pas¨® por la meta al finalizar la decimosexta vuelta, pas¨® luego al sexto, posteriormente al quinto y, a falta de cuatrocientos metros, era cuarto. Como en Munich, se qued¨® con la miel en los labios, pero a m¨ª en tender su sexto puesto de Montreal ha sido m¨¢s importante. Lo ha conseguido sin haber dedicado a esta prueba la preparaci¨®n adecuada, cuando ha cumplido los treinta y seis a?os, y sobre todo, cuando simplemente pasar a la final pod¨ªa considerarse un ¨¦xito.
El estadio muniqu¨¦s fue escenario de la consecuci¨®n de siete r¨¦cords mundiales; el de Montreal, cuando todav¨ªa quedan cuatro jornadas, ha vivido cinco. El domingo se batieron los 100 femeninos, los 800 masculinos y los 400 vallas y el lunes cayeron los de jabalina, por medio del h¨²ngaro Nemeth, y el de los 800 femeninos. Adem¨¢s, los pertiguistas, los tres primeros clasificados, igualaron el ol¨ªmpico.
Gran carrera fue la de las f¨¦minas en 800 metros. Las cuatro primeras estuvieron por debajo del tiempo que era anterior r¨¦cord mundial. El 1-56-0 de Gerasinova, que no pudo clasificarse para esta final, ha quedado en 1-54-94. De las ocho finalistas, ni una sola pertenece al mundo capitalista.
El jamaicano Donald Quarri se ha convertido en el hombre m¨¢s r¨¢pido de Montreal, ya que fue plata en los 100 metros y ha sido oro en los 200. Crawford, vencedor en los 100, no pudo acabar la prueba a causa de un tir¨®n que padeci¨® en la curva. Dos USA escoltaron a Quarri y Mennea, que estuvo a punto de no venir a los Juegos porque no se consideraba en condiciones de realizar un buen papel, ocup¨® la cuarta plaza. La negritud volvi¨® a estar por delante en velocidad.
La gran sorpresa de la p¨¦rtiga la dio el polaco Tadeo Slusarski, que fue capaz de imponerse al recordman mundial Dave Roberts, cuya tercera plaza ha sido decepcionante. Por delante de Roberts, hombre que logr¨® 5,65 en 1975 y que posteriormente coloc¨® el techo en 5,70, estuvo tambi¨¦n el finland¨¦s KaIliomaeki. La marca de los tres primeros fue 5,50, e lsaksson, que en 1972 ya salt¨® 5,59, no pudo superar la primera barrera, cosa que tambi¨¦n sucedi¨® al franc¨¦s Tracanelli, hombre que est¨¢ por encima de los 5,40.
El primer pentathlon femenino lo gan¨® la germana democr¨¢tica Siegrun Siegl, seguida de sus compatriotas Laser y Pollak. Las dos primeras lograron id¨¦ntica puntuaci¨®n, 4.747 puntos. El triunfo se decidi¨® a favor de la Siegl, que fue primera en tres de las cinco pruebas.
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