Sujetadores
Me llaman de una revista para preguntarme qu¨¦ opino de la supresi¨®n del sujetador en el bikini.-?Y por qu¨¦ s¨®lo el sujetador? -respondo.
Antes se llamaban sostenes, pero ya no es la misma cosa ni la misma palabra, con perd¨®n del maestro D¨¢maso Alonso, que estar¨¢ dando su paseo de todas las ma?anas. El sujetador es pura lencer¨ªa l¨ªrica e incons¨²til, en tanto que el sost¨¦n sol¨ªa ser de uralita y castidad. Hay un matiz, como ven. Siempre hay un matiz. Con la Falange y el Movimiento, lo mismo. Tambi¨¦n hay un matiz. Lo dice Falange Espa?ola de las JONS: aclaran que el se?or Su¨¢rez, presidente del Gobierno, no es exactamente falangista. Y explican:
-No nos extra?a, dado que una vez m¨¢s se quiere confundir a la Falange con el Movimiento.
Es verdad. Error de bulto. Tan craso como confundir el sujetador con lo sujetado o el sost¨¦n con lo sostenido. Es el matiz, ya digo. El sexo de los ¨¢ngeles. ?Cu¨¢l es el sexo pol¨ªtico del presidente? No se sabe bien si los de Falange Espa?ola le hacen un favor o un disfavor matizando que no es exactamente falangista. Pero en todo caso han dejado en el aire, involuntariamente, una pregunta que estaba en el subconsciente nacional:
-?Qu¨¦ es pol¨ªticamente el presidente?
Cuando sali¨® nombrado, los eternos descontentos dijeron que era del Opus, que era de Falange, que era un hombre de L¨®pez Rod¨®, que era un hombre de Herrero Tejedor, que era un hombre de Prado del Rey. Dijeron tantas cosas que se neutralizaban unas a otras. Un fino observador que hab¨ªa trabajado en Presidencia me lo defini¨® as¨ª:
-Su¨¢rez es un hombre de Su¨¢rez.
Al principio me deslumbr¨® el sofisma, como todos los sofismas. Uno es sensible a la brillantez y la sorpresa de la forma, qu¨¦ quieren. Aunque sea una forma enganosa. Uno es de la ¨¦poca del sujetador. Luego comprend¨ª que no me hablan dicho nada. Es como decir que yo soy un hombre de Umbral.
-Es que usted tambi¨¦n es muy suyo.
-No tanto como el presidente, modestia aparte.
Supongo que Su¨¢rez es un hombre de la Corona. De Franco tambi¨¦n se dec¨ªa que era franquista. Estas tautolog¨ªas no aclaran nada, pero quedan ingeniosas. Dicen que don Alfonso XIII le dijo a cierto escritor:
-Eres m¨¢s mon¨¢rquico que yo.
No har¨¦ la pregunta inconveniente de si Su¨¢rez es m¨¢s mon¨¢rquico que el Rey, pero s¨ª debe ser m¨¢s mon¨¢rquico que L¨®pez Bravo y Silva Mu?oz. A la vista est¨¢. Lo que caracteriza a nuestro presidente es el haber pasado a trav¨¦s de los distintos vitrales ideol¨®gicos, pol¨ªticos y administrativos del R¨¦gimen sin romperlos ni mancharlos.
-?C¨®mo el rayo de luz?
-Como el rayo de luz, pero con vocaci¨®n de mando.
-?Est¨¢ usted seguro de que en Prado del Rey no rompi¨® ni manch¨® nada?
-Aquello est¨¢ tan roto y tan sucio que da igual.
A ver si ahora el se?or Ans¨®n lo adecenta un poco. El otro Ans¨®n, Luis Mar¨ªa, es el que ha puesto de moda el tema del sujetador, Y Picatoste le ha echado una mano. Tal para cual. Los falangistas que ahora repudian a Su¨¢rez, hablaban en los a?os treinta de la Espa?a alegre y faldicorta. Los mon¨¢rquicos de hoy hablan de la Espa?a sin sost¨¦n. En estas cosas lo malo es empezar. Las espa?olas se han quitado de encima el sost¨¦n y los falangistas quieren quitarse de encima el Movimiento. Esto no lo arregla ni el Ap¨®stol Santiago.
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