La Iglesia debe respetar la libertad de los que no quieren el matrimonio can¨®nico
La Iglesia espa?ola cambia su estrategia. La preocupaci¨®n pastoral va sustituyendo a la preocupaci¨®n por el poder. En este sentido se entienden declaraciones como las que acaba de hacer monse?or Os¨¦s, obispo administrador apost¨®lico de Huesca, asegurando que ?la batalla del divorcio civil no hemos de intentar ganarla en las Cortes, sino en el terreno pastoral: respetando la libertad de los que no quieren el matrimonio can¨®nico y formando a los creyentes?.
Considera el obispo de Huesca, en unas recientes declaraciones hechas a La Vanguardia, que quedan lejanos ya los d¨ªas en que una iglesia cat¨®lica, sinti¨¦ndose en posici¨®n de la verdad, reclamaba un Estado que la apoyase, la defendiese y la promoviese. Ese fue el marco del concordato de 1953. ?De aqu¨ª ven¨ªa esta ayuda del Estado a la iglesia y, a su vez, la iglesia serv¨ªa de aglutinante para realizar esa unidad entre los ciudadanos. Y esto ha sido lo que hemos llamado el nacional-catolicismo, filosof¨ªa ¨¦sta que no se encuentra vigente y que es radicalmente distinta a las perspectivas alumbradoras en el Concilio Vaticano II?Insiste el prelado en la superaci¨®n de formas concordatarias entre poderes: ?pienso que un sistema concordatario corresponde a otra ¨¦poca precedente. El sistema concordatario supone una estrueturaci¨®n, un contexto hist¨®rico y, una forma de realizarse que hoy no se dan y creo que no tiene viabilidad. Hay que partir de ver cual es hoy la funci¨®n de un Estado moderno, que quiere ser plenamente democr¨¢tico, donde todos los ciudadanos tengan su corresponsabilidad, y cu¨¢l es la funci¨®n de una iglesia que quiera ser fiel a su misi¨®n con libertad e independencia. Partiendo de todo esto, a m¨ª me parece que no se puede hablar ya de un concordato?.
Otra realidad que, al parecer amplios sectores de la Iglesia van considerando, superado seguramente por el riesgo que supondr¨ªa, de cara a la nueva pastoral, es la cuesti¨®n de la confesionalidad. ?El estado confesional es una especie de concesi¨®n que se hizo a circunstancias hist¨®ricas?, pero eso no sirve ya hoy: ?creo que el Estado no debe ser confesional. Creo que el Estado debe ser el administrador de justicia representativo de todos los ciudadanos que libremente tienen sus creencias, y en ¨¦l han de tener cabida todos los ciudadanos sean de la confesi¨®n que sean?.
Monse?or Os¨¦s ha hecho m¨¢s afirmaciones: las jerarqu¨ªas eclesi¨¢sticas no deben ocupar puestos pol¨ªticos, es dif¨ªcil vivir la fe sin compromiso pol¨ªtico, habr¨ªa que arbitrar la forma de separar el matrimonio civil del matrimonio religioso, e incluso asegura, ante la inevitable presencia de la cuesti¨®n del divorcio, que ?nuestro propio proceso hist¨®rico nos est¨¢ llevando hasta ¨¦l. Creo que lo importante ante esta realidad -no dir¨¦ inminente- es que los cat¨®licos no se alarmen y no pretender defender a ultranza el matrimonio can¨®nico para todos, como la ¨²nica opci¨®n moral buena?.
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