Majestuoso y creador Manzanares
A Bilbao le soplaba esta tarde un aire fragante y mediterr¨¢neo. Se deslizaba entre las telas toreras de un joven matador que est¨¢ construyendo su tauromaquia, d¨ªa a d¨ªa, amorosamente, orient¨¢ndola hacia una est¨¦tica honda y c¨¢lida.A Camino se le escapaban las ilusiones mientras toreaba al primero de la corrida, empujado hacia los medios por el toro, dictando alg¨²n natural, perdiendo la memoria en un desarme... A Camino se le escapaba un triunfo claro en el cuarto, por no centrar el programa de su toreo sobre aficiones y s¨ª sobre ausencias. De pronto, la izquierda, en tres destellos, estimulaba las esperanzas, perdidas finalmente en la reiteraci¨®n monocorde y perfilera.
Vi¨¦ndole torear a Manzanares, a uno le vienen a la memoria aquellas reflexiones de Antonio Bienvenida, sobre la soledad del toro y el torero, enfrentados, conjuntados en el eje vertical de quien torea y en el trazado horizontal de la corrida un poema sinf¨®nico con el preludio magistral de sus ver¨®nicas, y los tiempos acompasados, r¨ªtmicos y vibrantes que inspira su muleta. Embriagado de est¨¦tica, majestuoso, creador. La compostura del redondo y la largura del natural, se alternaban en una caligraf¨ªa donde los de pecho y los molinetes belmontinos hac¨ªan punto y aparte. La soledad de Manzanares era una po¨¦tica soledad a la que le llegaron como compa?¨ªa triunfal los m¨¢ximos trofeos de esta plaza. Po¨¦tica soledad ante su segundo buend¨ªa, aunque esta vez el recitado no alcanzara las mismas cotas de perfecci¨®n.
Ayer se celebr¨® la tercera corrida de abono de Bilbao, en la que Camino, Manzanares y Herrerita lidiaron toros de Buend¨ªa
Paco Camino. -Entera al encuentro. (Pitos.) Bajonazo. (Ovaci¨®n.) Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares.-Estoconazo entreg¨¢ndose. (Dos orejas.) Pinchazo sin soltar, otro al encuentro y estocada baja,(Ovaci¨®n y saludos.) Herrerita. -Dos pinchazos hondos y una entera. (Vuelta.) Cuatro pinchazos, media y dos descabellos. (Vuelta.) Los toros. -Espl¨¦ndido encierro el de don Joaqu¨ªn Buend¨ªa. Encajado en el tipo, bravo, noble, alegre. Dos toros superiores: segundo y sexto; uno muy bueno, el tercero; bueno el cuarto, y aceptables el primero y el quinto. El tono de la corrida ha estado marcado por el son de la buena raza, de la casta y de la bravura; un tono que se impon¨ªa en las entregas bajo los petos de los picadores y que se crecentaba en la embestida recta, larga y repetida en los ¨²ltimos tercios.
Herrerita pudo cortarle la oreja al sexto toro. Pero el acero le jug¨® una mala pasada. El torero bilba¨ªno lance¨® con muy buen gusto de capa, para construir despu¨¦s una faena de muy buen corte, sereno, erguido, corriendo la mano admirablemente por la derecha y por la izquierda en el toreo fundamental con r¨²brica siempre adecuada del alto y el de pecho, con estampa.
Nadie que no supiera la situaci¨®n de este torero, sin contratos,hubiera podido creerse que la corrida de esta tarde era la primera desu temporada. Nadie que le hayavisto hoy podr¨¢ dejar de confiar en nuevas oportunidades para ¨¦l. Salir airoso en un cartel con Camino y Manzanares, bien merece que se le tenga en cuenta.
A su primer toro, Herrerita le toreo con aseo y algunas vacilaciones, propias de quien no encuentra ese sitio, que s¨®lo una continuidad profesional proporciona.
En la segunda corrida de abono de Bilbao, celebrada el domingo, sufri¨® una cogida Antonio Rojas. Le acompa?aban en el cartel Miguel M¨¢rquez y Alfonso Gal¨¢n.
De los toros de Pablo Romero, preciosos de l¨¢mina, sobrados de peso, bien armados, s¨®lo el primero result¨® bravo en vara y noble para el matador. Aunque su embestida era clara, hab¨ªa que insistir en el cite. Los corridos en segundo y tercer lugar sacaron genio; el cuarto y quinto, realmente peligroso, con mucho sentido y el sexto incomprendido por Alfonso Gal¨¢n pudo tener mejores posibilidades en otras manos.
La corrida, en lidia normal, qued¨® reducida a un mano a mano entre Miguel M¨¢rquez y Alfonso Gal¨¢n, por la cogida de Antonio Rojas al abrirse de capa en su primer toro.
Miguel M¨¢rquez que tiene fama de legionario del toreo pas¨® por Vista Alegre apagado, ap¨¢tico y premioso. Pudo triunfar en el primero, pero anduvo mucho y tore¨® poco. En el que mat¨® por percance de Rojas, todo lo que permiti¨® ver fue un trasteo de tr¨¢mite, ins¨ªpido y desconfiado. En el cuarto, el de Fuengirola exhibi¨® una notoria incapacidad para enfrentarse a un toro con serias dificultades.
Alfonso Gal¨¢n, que sustitu¨ªa a su hermano Antonio, herido en Vitoria, sac¨® de quicio al personal, a base de un generoso derroche de ineptitud y precauciones en los tres toros que estoque¨®. Tal derroche fue subrayado por el p¨²blico con discretas broncas.
Rafael Peralta prolong¨® el festejo rejoneando a un manso de don Pablo Mart¨ªnez. Estuvo sencillamente magistral, montando y clavando. Dos rejoncillos al quiebro, entrando de frente, levantaron clamores. Acert¨® con el rej¨®n de muerte, y con toda justicia pase¨® por el ruedo una oreja ganada a ley. Cort¨® una oreja Joao Moura. Intervino luego de arrastarse el tercer toro de lidia a pie. El lusitano que se lleva al p¨²blico de calle, tore¨® francamente bien desde sus caballos, pero estuvo inseguro e impreciso en la ejecuci¨®n de las suertes. Necesit¨® tres rejones de muerte para acabar con la vida del toro de Viento Verde, m¨¢s manso a¨²n que el rejoneado por Peralta. Dio la vuelta al ruedo.
El pr¨®logo y el intermedio desde el caballo, aliviaron un mal concierto que dur¨® m¨¢s de dos horas y media.
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