Mal juego y victoria del Atl¨¦tico
Para empezar, aburrimiento. El partido entre el Atl¨¦tico y el Racing White tuvo tres goles y poco m¨¢s. El primer tiempo fue insufrible, y el segundo, aunque se esmascar¨® algo con los goles y alg¨²n que otro disparo. aislado, tampoco ofreci¨® casi nada. Seg¨²n se esperaba, el Atl¨¦tico se anot¨® el triunfo, y con ello gan¨® el paso a la final de ma?ana.Mal empezamos. El de anoche era el primer partido de cierto nivel que hemos presenciado esta temporada en Madrid, y nos toc¨® abirirnos tanto a los que acudimos ?al Manzanares que casi asusta el pensar en todos los meses que quedan hasta la final de Copa, que se supone ser¨¢ el ¨²ltimo. El Atl¨¦tico, muy fuera de tono y falto de ideas hizo un juego pobre y lento ante un equipo que parece que salte al campo con la descarada intenci¨®n de aburrir a los espectadores. El Racing White es un equipo medianamente seguro atr¨¢s, bien armadito en el centro, pero terrible mente despreocupado del ataque. Durante casi todo el primer tiempo tuvieron los belgas el bal¨®n, pero no se ve¨ªa en todo el equipo a nadie que ni remotamente pretendiese hacer gol. A los rubios belgas todo se les iba en entregarse el bal¨®n unos a otros con tranquilidad, y para nada parecieron interesado
en el viejo arte del gol. Es un equipo sin delanteros, que emplea la, hasta ahora ignorada, t¨¢ctica del 5-5-0. Frente a ¨¦l, el Atl¨¦tico se aburri¨® tanto como el propio espectador, y aunque trat¨® en alguna ocasi¨®n de echarse hacia adelante, lo hizo siempre sin chispa, sin ingenio. De todo el primer tiempo s¨®lo qued¨® para el recuerdo un golpe franco lanzado por Nielsen, el mejor de los belgas, un tiro de Leal que se fue al larguerer tras un rebote y un regate muy bonito de Leivinha. Lo dem¨¢s fue tan aburrido como una espera en la antesala del m¨¦dico.
Los primeros minutos del segundo tiempo enga?aron algo. Salcedo, que hab¨ªa salido tras el descanso en sustituci¨®n de Marcelino, adelant¨® en su primera intervenci¨®n en el juego un inteligente pase a Ayala, que, a la carrera, cruz¨® a gol. Sonaron algunos aplausos, pocos, porque los ¨¢nimos estaban muy aplatanados tras el horrible primer tiempo y aquello pareci¨® en camino de animarse. Muy poco despu¨¦s, a Teugels, el n¨²mero 9 de los forasteros, se le ordenaron repetinamente las neuronas y record¨® que el delantero centro est¨¢ para meter goles y solt¨® un disparo fuerte y muy colocado toda una sorpresa despu¨¦s del ¨¢nimo ?no beligerante? que el Racing White hab¨ªa demostrado hasta el momento, y consigui¨® el gol del empate. El Atl¨¦tico, a la vista de ello, comenz¨® a tomarse el partido con un inter¨¦s especial. El Racing hab¨ªa demostrado que pod¨ªa hacer goles, cosa insospechada pocos minutos antes, y era preciso anticiparse. Hubo algunos momentos de juego, si no bueno, s¨ª distra¨ªdo, con varias penetraciones de Ayala en el ¨¢rea que no acabaron en gol por poco. A¨²n no hab¨ªan transcurrido muchos minutos cuando una galopada de Panadero por la banda acab¨® en gol del debutante Rub¨¦n Cano, al. que le cost¨® controlar el bal¨®n casi tanto como a Roberto Mart¨ªnez en ocasiones parecidas, pero que a favor de la libertad en que los defensas le dejaron consigui¨® remachar el tanto. Fue lo peor que pudo hacer. El Atl¨¦tico, al verse por delante, se tranquiliz¨®. El Racing, que protest¨® casi masiva mente el gol por posible fuera de juego, se desanim¨®. Y al espectador le toc¨® sufrir de nuevo el mismo aburrimiento de la primera mitad. Los cambios introducidos por ambos entrenadores (Aguilar y Koens, dos extremos cl¨¢sicos) su pusieron la ¨²ltima y fallida esperanza de que aquello mejorara. No ocurri¨® tal, y aquello termin¨® entre bostezos y con el triunfo esperado, casi programado, del Atl¨¦tico.
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