El tema econ¨®mico presidir¨¢ la entrevista Oreja-Genscher
A las 15.40 llegar¨¢ al aeropuerto militar de Colonia-Bonn el ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, donde ser¨¢ recibido por su colega alem¨¢n, Hans-Dietrich Genscher. El viaje del ministro espa?ol se debe a una invitaci¨®n de Genscher y no reviste el car¨¢cter de oficial, es decir, que el encuentro entre ambos no tendr¨¢ lugar en el marco de las consultas entre Madrid y Bonn concertadas en 1970.Los dos ministros se reunir¨¢n el domingo a primeras horas de la ma?ana en el palacio de Gymnich donde iniciar¨¢n sus conversaciones. El cat¨¢logo de temas es vasto. La parte alemana est¨¢ fuertemente interesada por la situaci¨®n pol¨ªtica interna de Espa?a, una situaci¨®n cuyo desarrollo se ha seguido en la Rep¨²blica Federal en todos los planos y especialmente tambi¨¦n en los medios oficiales con una mezcla de esperanza, inter¨¦s y simpat¨ªa, aunque en algunos momentos, sobre todo, despu¨¦s del cese del primer Gobierno de Juan Carlos I, se abrigasen algunos temores en cuanto al proceso democratizador proclamado por la Corona. No obstante, se cree en los medios oficiales del pa¨ªs, que el Gabinete Su¨¢rez bien podr¨ªa ser capaz de allanar las dificultades que todav¨ªa existen en el dif¨ªcil camino de Espa?a hacia la democracia.
En segundo lugar se ocupar¨¢n los dos ministros de Asuntos Exteriores de los temas-multilaterales de com¨²n inter¨¦s, principalmente de las relaciones entre Espa?a y las comunidades europeas. Bonn considera que, antes de iniciar negociaciones formales sobre una integraci¨®n definitiva de Espa?a en la CEE, habr¨ªa que revisar y ampliar el Tratado preferencial con la Comunidad firmado en 1970, ya que en caso contrario, la ?aproximaci¨®n de Madrid a la Europa de los nueve? se retrasar¨ªa en exceso.
El Tratado preferencial debe de ser modificado en un sentido que permita la ulterior aceleraci¨®n de las negociaciones dirigidas a la total incorporaci¨®n de Espa?a a la Comunidad. En este sentido Bonn apoyar¨¢ las reivindicaciones espa?olas.
Gran espacio ocupar¨¢ en el di¨¢logo entre Oreja y Genscher el conjunto de temas bilaterales. Madrid ha expuesto a Bonn, reiteradamente en los ¨²ltimos tiempos, su preocupaci¨®n por la disminuci¨®n de las inversiones alemanas en Espa?a.
En este sentido no hay que olvidar que Espa?a figura todav¨ªa hoy en cuarto lugar entre todos los pa¨ªses en que invierte la econom¨ªa alemana en el mundo. En 1973 las inversiones alemanas hab¨ªan alcanzado un volumen de 3.500 millones de marcos (unos 10 1.500 millones de pesetas), una suma que no ha vuelto a lograrse desde entonces. Claro que en esta cantidad se reflejan especialmente las inversiones privadas en bienes inmuebles, mientras que la actividad inversionista de la industria fue notablemente inferior a las posibilidades reales de la econom¨ªa germana.
Otro tanto cabe decir de la evoluci¨®n del comercio exterior entre ambos pa¨ªses. Es recesivo, con una balanza comercial favorable a la Rep¨²blica Federal y una balanza de pagos m¨¢s o menos equilibrada. Otro tanto, o sea evoluci¨®n negativa, registra el turismo alem¨¢n en Espa?a. Aunque todav¨ªa sea prematuro ofrecer cifras siquiera aproximadas hay que partir de dimensiones de un 20 al 30 por 100 de descenso en comparaci¨®n con a?os anteriores. Con bastante satisfacci¨®n se registra en la Rep¨²blica Federal la intensificaci¨®n de las relaciones bilaterales en los campos cient¨ªfico-t¨¦cnico y cultural, destac¨¢ndose en Bonn el hecho de que el Instituto de Cultura alem¨¢n en Madrid ha sido en los meses pasados en m¨¢s de una ocasi¨®n el lugar de cita de destacados representantes de la oposici¨®n espa?ola.
Al margen de estos temas, que afectan directamente a ambos pa¨ªses en sus relaciones rec¨ªprocas, se tratar¨¢n otros asuntos de igual importancia, como la pr¨®xima reuni¨®n en Belgrado que se ocupar¨¢ de las consecuencias de la Conferencia de Seguridad y Cooperaci¨®n Europea, de Helsinki, de la Conferencia Internacional Mar¨ªtima y, especialmente, de la situaci¨®n pol¨ªtica general en el ¨¢rea mediterr¨¢nea.
Aun sin ser oficial la visita de Marcelino Oreja a Bonn, ha despertado un inter¨¦s superior al que cab¨ªa esperar y suponer. Espa?a es uno de los temas que m¨¢s preocupan en los medios period¨ªsticos alemanes desde la muerte de Franco. Genscher, desde que se ha hecho cargo de la cartera de Asuntos Exteriores ha mostrado un extraordinario inter¨¦s por los temas del Mediterr¨¢neo. En Portugal despleg¨® una intensa actividad, lo mismo que en Italia lo est¨¢ haciendo. Espa?a no pod¨ªa faltar en la lista y no lo hace. Es de suponer y as¨ª se insin¨²a en Bonn, que el Gobierno federal har¨¢ todo lo que est¨¦ en sus manos para intensificar las relaciones entre Espa?a y la Rep¨²blica Federal, ante todo en el campo econ¨®mico y comercial, aunque no deba olvidarse que el Gobierno de Bonn no puede hacer m¨¢s que aconsejar a la industria germana. Intervenciones estatales directas con el fin de incrementar las inversiones en el extranjero no son posibles. As¨ª que todo lo que Genscher pueda ofrecer a su colega espa?ol sea la promesa, sea la favorable predisposici¨®n del Gobierno federal hacia los deseos de Madrid. La industria y econom¨ªa germanas son quienes han de actuar. No obstante, es incuestionable que una postura oficial positiva frente a Madrid ayudar¨¢ a superar determinadas dificultades, especialmente en el campo crediticio. Por otra parte, hay que volver a insistir en que Bonn espera que el proceso democratizador en Espa?a se encauce finalmente por una v¨ªa que sea otra que un callej¨®n sin salida. Bonn seguir¨¢ oponi¨¦ndose a que Madrid ?reciba regalos a cuenta?. De la sinceridad de los dirigentes espa?oles depender¨¢ todo. Este y no otro es el criterio oficial, coincidente, por lo dem¨¢s, con el general en el pa¨ªs.
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