Espa?a peregrina

Si de segunda Espa?a se calific¨® al Londres de la d¨¦cada absolutista fernandina, ?c¨®mo podr¨ªa llamarse al M¨¦xico de los a?os cuarenta? Este exilio super¨® a aqu¨¦l en cantidad tanto como en la variedad y calidad de los intelectuales que ve¨ªan alzarse tras ellos un negro muro de incomunicaci¨®n.No era esa su voluntad. Se sent¨ªan refugiados, no les era ajeno lo espa?ol, llevaban consigo una cultura, que sent¨ªan como tal y trataban de preservarla sin disgregaciones, d¨¢ndose a s¨ª mismos conciencia. Uno de sus inmediatos actos de fe de vida y de raz¨®n de existir fue la publicaci¨®n de revistas, una de ellas la que presenta este breve libro que antologiza el contenido de sus p¨¢ginas, precedido de un estudio preliminar de lo que la revista fue y represent¨®.

Excelente idea. Las revistas encerradas en las hemerotecas dif¨ªcilmente llegan a un p¨²blico amplio. Libros como ¨¦ste podr¨ªan decirnos lo que fue una galer¨ªa de publicaciones representativas, desde El artista de los rom¨¢nticos, hasta Espa?a, Nueva Espa?a, Nosotros, ya en la d¨¦cada de los treinta de nuestro siglo.

Espa?a peregrina naci¨® por iniciativa de una Junta de Cultura Espa?ola. Su t¨ªtulo, sugerido por Jos¨¦ Bergam¨ªn, ten¨ªa un lejano regusto lopesco, y su presentaci¨®n y contenido ofrec¨ªan m¨¢s de un parecido con la famosa Cruz y Raya que aqu¨¦l fundase. Vieron la luz nueve n¨²meros -el 10 qued¨® preparado para la imprenta sin llegar a ser realidad-. Todos los n¨²meros citados, algunos de ellos doble, aparecieron en 1940, en la primera etapa del exilio, de febrero a octubre de este a?o.

En este breve per¨ªodo acudieron a sus p¨¢ginas firmas de tanto inter¨¦s como importancia en los distintos terrenos de su obra creadora. El citado Bergam¨ªn, Jos¨¦ Carner y Juan Larrea, que se nos dice constituyeron la triada fundacional. Junto a ellos, Jos¨¦ Renau, Gallegos Rocafull, Francisco Ayala, Corpus Barga, Rodolfo Halfter... Revista de tanto inter¨¦s como refleja la sumaria muestra que el libro reproduce, poemas de Le¨®n Felipe, Cermuda, Pedro Garfias y Emilio Prados.

Tanto como los editoriales o manifiestos que fijan una posici¨®n y nos ayudan a entender el momento y las razones de esta Espa?a peregrina.

El inter¨¦s es tanto que se hace desear una mayor inclusi¨®n de textos de la revista e incluso un ¨ªndice completo de lo publicado en ella.