?Riesgo democr¨¢tico?
La ideolog¨ªa pol¨ªtica y la fe son dos mundos diferentes y alejados. Si la vida social los relaciona, tendr¨ªa que ser con un orden muy claro. Sin ambig¨¹edades, ni evocaciones del pasado, cuya l¨ªnea no sirve hoy. No se puede olvidar que ?democracia? equivale al conjunto de libertades que todos los gobiernos que as¨ª se denominan, ofrecen. Es decir, libertad de prensa, libertad de conciencia, libertad religiosa, libertad de reuni¨®n, de opini¨®n, y dem¨¢s.Sin embargo, en el momento en que se instaure una ?democracia?, es natural que exista una libertad del Estado, fuera de cualquier confesi¨®n; es inevitable que dicho Estado sea confesional, arreligioso, independiente, no sometido a una moral dogmatizada, r¨ªgida y sin elasticidad; es l¨®gico que prescinda de la idea religiosa, para andar por el terreno realista y pragm¨¢tico de la pol¨ªtica. No puede ser dogm¨¢tico un Estado que se diga liberal o democr¨¢tico. Y tampoco puede ser absorbente y absolutista una Iglesia, despu¨¦s del Concilio ¨²ltimo. Tendr¨ªan que ser, Iglesia y Estado, como dos amigos de los que uno fuera dogm¨¢tico de su fe y el otro dogm¨¢tico de su pol¨ªtica. Pero los dos, separados, cada uno en su campo y en su sector. Sin derecho, ninguno de uno de ellos, para inmiscuirse en el terreno del otro.
Y no es que ?la lucha por la democracia, aqu¨ª y ahora, debe pasar por fuera y por dentro de las iglesias?, como dice Gonz¨¢lez Ruiz. Es que cada uno de ellos en su actuaci¨®n, en sus reformas, en sus medidas y en sus criterios, debe ignorar la existencia del otro, debe actuar sin ninguna influencia, ni moral, ni sentimental, por parte de la otra. Los pa¨ªses donde m¨¢s respetada es la Iglesia y las iglesias, son aquellos donde se hallan separadas del Estado, donde ella vive de sus propios medios. Y esta independencia econ¨®mica, s¨ª que prueba su valor y su inter¨¦s para muchos.
Cada uno de los dos, Iglesia, Estado, deben vivir por sus propios medios, respet¨¢ndose mutuamente, cada uno desde su campo de acci¨®n. Y entonces, corno hacen en todas las democracias, podr¨¢n vivir sin roces y sin heridas de preeminencia o de superioridad.
Ni para la Iglesia, ni para la pol¨ªtica existe postura m¨¢s airosa y m¨¢s clara que la mutua y rec¨ªproca separaci¨®n. Una Iglesia, independiente, es m¨¢s elevada que una Iglesia que acepta los poderes temporales y se somete a ellos. Y si todos tuvieran un limpio y sano criterio, comprender¨ªamos la clara situaci¨®n que hay en los pa¨ªses liberales y n¨®rdicos y los nobles efectos de estar los dos poderes, uno alejado del otro. Ser¨ªa para bien de todos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.