Carter inaugur¨® oficialmente la campa?a electoral

La campa?a electoral norteamericana qued¨® inaugurada ayer por Jimmy Carter, en Warm Springs, Georgia, con un discurso en memoria del presidente Roosevelt. Mientras, cunde la apat¨ªa en la mayor parte de los electores estadounidenses, a pesar de la anunciada serie de debates televisados entre Ford y el aspirante dem¨®crata.

Seg¨²n las ?ltimas estimaciones, menos de la mitad de los norteamericanos con derecho a voto acudir¨¢n a las urnas en noviembre, a menos que el ambiente pol¨ªtico se anime hasta entonces.Los candidatos han iniciado un vasto programa de actuaciones en las que, por todos los medios a su alcance, intentan ganarse la simpat¨ªa del electorado.

La religi¨®n, arma electoral

Tanto Carter como Ford, por ejemplo, est¨¢n empleando como argumento electoral sus convicciones religiosas. Los dos acudieron el domingo a sus respectivas iglesias (Ford a la episcopaliana y Carter a la baptista) para demostrar la seriedad de su compromiso religioso, toda vez que seg¨²n los expertos en sondeos de opini¨®n el triunfo en las urnas depender¨¢ este a?o en gran parte del voto cat¨®lico de las gran des concentraciones urbanas. Carter, que al principio de su campa?a cometi¨® el error de pronunciarse a favor del aborto, trata ahora de cobrar ventaja y mejorar su imagen anticipando sus apariciones pol¨ªticas y echando sobre los hombros de Ford la responsabilidad del elevado n¨²mero de parados que hay en Estados Unidos, m¨¢s de siete millones y medio.

Acusaciones mutuas

El aspirante dem¨®crata acusa al inquilino de la Casa Blanca de haber seguido una pol¨ªtica nefasta para los sectores m¨¢s d¨¦biles de la sociedad norteamericana, que sufren especialmente la falta de puestos de trabajo. Ford, por su parte, acusa a Carter de irresponsabilidad pol¨ªtica en materia fiscal, al pretender vencer el desempleo a costa de aumentar el gasto p¨²blico. El candidato dem¨®crata declar¨® inmediatamente que est¨¢ a favor de un presupuesto equilibrado, aparente contradicci¨®n que inmediatamente ha sido aprovechada por Ford para atacar de nuevo.

Cuando ninguno de los dos aspirantes aparece como claro favorito, las impresiones dominantes entre los electores son que Carter se enfrenta a un problema de credibilidad, toda vez que para muchos el candidato dem¨®crata puede ofrecer poco m¨¢s que una sonrisa atractiva y un buen manejo de los medios propagand¨ªsticos. En la cara opuesta, hay un cierto cansancio por ocho a?os de poder republicano ininterrumpido y la convicci¨®n de que Ford no ha hecho demasiado para hacer olvidar que ocupa la Casa Blanca por casualidad.