El esc¨¢ndalo Dassault, puede arruinar a la mayor¨ªa gaullista

El ?rey? de la aeron¨¢utica francesa, Marcel Dassault, se perfila de nuevo como el protagonista de un esc¨¢ndalo pol¨ªtico-financiero, que, de confirmarse, no favorecer¨ªa nada a la mayor¨ªa gubernamental: Dassault es diputado gaullista en el departamento de ?Oise?. El hombre de confianza del conocido industrial, se?or Vathaire lo acus¨® ayer a trav¨¦s de unas declaraciones en el semanario pol¨ªtico Le Point, de financiar una publicaci¨®n regional que anima el antiguo primer ministro.Vathaire, como ya se inform¨® d¨ªas pasados, desapareci¨® hace dos meses de la empresa Dassault y de Par¨ªs, con ocho millones de francos que obtuvo en una cuenta corriente de Dassault. La semana pasada fue revelada, la fuga por la polic¨ªa, precisamente pocos d¨ªas despu¨¦s de la ca¨ªda de Jacques Chirac como primer ministro. Vathaire, entonces, se present¨® en Par¨ªs y la justicia lo inculp¨® por abuso de confianza y lo encarcel¨®. Entre tanto, se dieron a conocer las relaciones de Vathaire con Jean Kay, abogado de las causas m¨¢s extra?as, fugado igualmente d¨ªas pasados, anunci¨® que har¨ªa declaraciones sobre el asunto Dassault-Vathaire.

Seg¨²n el jefe de la contabilidad de Dassault, este ¨²ltimo ha robado al fisco en proporciones muy importantes, en complicidad con sus colaboradores. Por otra parte, Dassault financia el peri¨®dico L'essor Limoussin, que se publica en ?Correze?, de donde es diputado Jacques Chirac. Sobre la primera acusaci¨®n, Dassault se manifest¨® ?incierto?, negando las revelaciones de su hombre de confianza y asegurando, ?ya me explicar¨¦ llegado el momento?. Sobre su ?ayuda? a la UDR la confirm¨® y la consider¨® ?normal?.

El asunto, a lo largo del d¨ªa de ayer, adquiri¨® proporciones serias en Francia. Los observadores relacionan el fraude fiscal con la ayuda financiera a la UDR, gaullista. Y muchos sospechan que en el ?negocio?, pudiesen estar implicados ?altos funcionarios? y que las aportaciones econ¨®micas de Dassault no se limitaran s¨®lo al peri¨®dico de Chirac, sino que tuviesen ramificaciones ?pol¨ªtico-electorales? m¨¢s amplias. Una vez m¨¢s, se plantea el problema del financiamiento de los partidos pol¨ªticos, desconocido del gran p¨²blico. En todo caso, el asunto Dassault, de momento al menos, no parece tener ramificaciones internacionales, como el de la Lockheed.