La revoluci¨®n industrial argelina al servicio de la independencia y del socialismo
?Arzew es el orgullo de Argelia?. La refiner¨ªa y el complejo petroqu¨ªmico ir¨¢s importante del pa¨ªs es algo as! como el comprobante para los argelinos de que la revoluci¨®n industrial funciona. Despu¨¦s de cuatro a?os de bombardeo ideol¨®gico sobre la gesti¨®n socialista de las empresas a cargo del Frente de Liberaci¨®n Nacional, los trabajadores, los funcionarios y los dirigentes se sienten casi totalmente satisfechos con el medio empresarial en el que desarrollan su tarea. Sorprendente para una mentalidad occidental, como argumentaban ellos.?Qu¨¦ reivindican los trabajadores? Quisieron convencernos que para el obrero argelino no existe el t¨¦rmino reivindicaci¨®n, ni sindicato combativo, ni asalariado, ni despido improcedente. Ha dejado de ser trabajador para convertirse en productor-gestionario, y la noci¨®n de plusval¨ªa est¨¢ sustituida por la de productividad. En la empresa privada los intereses del capital son contrarios a los de la clase trabajadora, pero en ?las empresas que pertenecen al Estado, es decir al pueblo, ¨¦l mismo tiene el derecho de estar interesado por los resultados de esta empresa, de estar asociado a su gesti¨®n?, dice la Carta de la Gesti¨®n Socialista de las Empresas de 1971. La clave de esta f¨®rmula reside en las asambleas de trabajadores que funcionan en las empresas, elegidas por tres a?os y con participaci¨®n en el Consejo de Direcci¨®n.
El ¨²nico requisito para ser elegido miembro de la asamblea es ser militante sindicato de la UGTA (Uni¨®n General de Trabajadores Argelinos, secci¨®n del FLN). El papel esencial de la asamblea es el control. Control de aspectos t¨¦cnicos, pol¨ªticos, financieros, presupuesto de la empresa y pol¨ªtica de personal. De esta manera, el sindicato en la empresa socialista representa el cuadro de movilizaci¨®n para comprometer a las masas trabajadoras en los objetivos de la revoluci¨®n socialista?. Y ¨¦sta es la misi¨®n del partido, subrayan.
Independencia y nacionalizaciones
En Argelia todo es SONA: Sonacoine (Sociedad Nacional de Construcciones Mec¨¢nicas), Sonelec (Sociedad Nacional de Electr¨®nica), Sonatur (Sociedad Nacional de Turismo), Sonatrach (Sociedad Nacional para el Transporte, la transformaci¨®n y la comercializaci¨®n de Hidrocarburos), Son¨¢is (Sociedad Nacional de Siderurgia).Despu¨¦s de m¨¢s de siglo y medio de colonizaci¨®n, un pa¨ªs que se propone empezar a ser realmente independiente tiene que optar por la nacionalizaci¨®n de las riquezas, cualquiera que sea el, precio impuesto Por el imperialismo.
Efectivamente, tan peligroso era nacionalizar la Banca, el cr¨¦dito y las compa?¨ªas de seguros en un momento en que la organizaci¨®n financiera internacional se mostraba insegura y desconfiada, como redistribuir la tierra en una coyuntura de desvalorizaci¨®n de la funci¨®n agraria. Era por tanto, aparentemente, mas necesario aplicar soluciones inmediatas a la situaci¨®n real, que proteger las acciones a largo plazo. Pero sin embargo, Argelia, opt¨® por los objetivos a largo plazo. Y as¨ª fueron instaladas en 1966 las bases para conseguir una industria pesada nacional, aun a riesgo de dejar en segundo plano aspectos tan importantes como el pleno empleo o las necesidades de viviendas.
Una planta de amoniaco en Arzew, dos complejos textiles en la Kah¨²ya y en Aur¨¦s, la planta sider¨²rgica de El-Hadjar... As¨ª empez¨®, hace ahora diez a?os, la revoluci¨®n, industrial argelina con llamadas a las inversiones nacionales y extranjeras, pero tambi¨¦n con una clara pol¨ªtica de austeridad y la mentalizaci¨®n del pueblo-argelino en la fe inquebrantable de los hombres y en su capacidad para construir una naci¨®n.
No es dif¨ªcil encontrar un joven mando que al mostrar las instalaciones de un nuevo complejo industrial hable en esos t¨¦rminos. Es el producto del bombardeo propagand¨ªstico de los pa¨ªses con partido ¨²nico. Es, en el mejor de los casos, la toma de conciencia de que hay que conseguir una Argelia independiente y, en el peor de los casos el ejemplo t¨ªpico del lavado de cerebro.
Los argelinos se han dado cuenta de que el colonialismo, tecnol¨®gico es una modalidad de injerencia en los asuntos internos. Por eso la autonom¨ªa t¨¦cnica e industrial es un ingrediente m¨¢s de un pa¨ªs soberano. El objetivo primordial es cubrir las necesidades del pa¨ªs por medio de maquinaria de fabricaci¨®n propia. Ahora Argelia tiene que pagar unos royalties caros y depender parcialmente de la cooperaci¨®n t¨¦cnica extranjera. Pero cada vez se ven menos coches con la matr¨ªcula C. T. ?En 1963 -comentaba un funcionario con cierto recelo- all¨ª donde un argelino cobraba 2.000 dinares, un cooperante ganaba aproximadamente 8.000?., De los 18.000 cooperadores extranjeros de 1970 se ha pasado a los 6.000 que quedan en la actualidad.
?Por qu¨¦ esos deseos de ser totalmente autosuficientes? ?Es que quieren vivir en la autarqu¨ªa? A estas preguntas un militante oficial responde que tales ataques responden a una visi¨®n falsa. ?Nosotros queremos adquirir nuestra propia tecnolog¨ªa, pero no por un deseo de venganza, sino corno una ambici¨®n que permita al pa¨ªs reunir unas condiciones pol¨ªticas y econ¨®micas sin las cuales no podr¨ªa cumplir sus obligaciones. La Carta Nacional as¨ª lo dice: queremos hablar a todos los pa¨ªses que respeten nuestros principios y con los cuales se puedan. establecer aut¨¦nticas relaciones de cooperaci¨®n y no de colonialismo, ni de dominio de las superpotencias. Queremos estar en plano de igualdad ?.
Los planes cuatrienales
Entre la puesta en marcha del primer plan cuatrienal (1970) y el ¨²ltimo (1974) la inversi¨®n productiva se multiplic¨® por 10. En 1972 las, inversiones alcanzaron la tasa considerable del 40 por 100 del producto nacional bruto; es decir, el equivalente de las tasas japonesas en los mejores a?os de expansi¨®n de la industria nipona. El segundo plan cuatrienal moviliza 110.000 millones de d¨ªnares argelinos (m¨¢s de dos billones de pesetas), y se apoya en la consolidaci¨®n de un sistema de planificaci¨®n y una estricta disciplina de los agentes de ejecuci¨®n del plan.Las cr¨ªticas negativas a la v¨ªa argelina del socialismo hablan del sistema policial y excesivamente burocratizado. "Somos conscientes de la burocracia y queremos luchar contra ella -manifestaba un t¨¦cnico de Sonacome- .El mejor m¨¦todo para ello es la descentralizaci¨®n y de hecho, la estamos llevando a cabo por medio de las Asambleas de Trabajadores y de las Asambleas Comunales, medios necesarios para detectar y controlar cualquier desviaci¨®n democr¨¢tica?.
Cinco veces llama a la oraci¨®n el muezzin a lo largo de las veinticuatro hora del d¨ªa. Los trabajadores de las plantas industriales pueden interrumpir su tarea, si lo desean, para orar, aunque la religi¨®n musulmana es flexible en este punto y permite que cada uno realice sus rezos cuando quiera. La sorpresa occidental, ante la posibilidad de interrumpir de manera bastante arbitraria el ritmo de producci¨®n es inexplicable para un argelino. La independencia de Argelia es un conjunto de valores ¨¢rabes, nacionales, econ¨®micos, tecnol¨®gicos y tercermundista. Por eso, tractores y religi¨®n pueden estar unidos, como en cierto sentido lo est¨¢n agricultura y religi¨®n.
?La naci¨®n argelina tiene obligaciones no s¨®lo consigo misma, sino tambi¨¦n respecto a los pueblos del Tercer Mundo y de la comunidad internacional en general?, escrib¨ªa el presidente Houari Boumedi¨¦ne en 1966. Ahora diez a?os despu¨¦s, en la sala de juntas de Sonacome, presidida por una fotograf¨ªa del hermano Boumedi¨¦ne, se oyen frases como ¨¦sta: ?Ni el primer plan cuatrienal, ni lo realizado del segundo nos han permitido cubrir las necesidades internas, pero a partir de 1980 pensamos poder producir un excedente para poderlo exportar a los hermanos ¨¢rabes, a los pa¨ªses africanos y Tercer Mundo en general?.
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