Catalu?a y Espa?a: eje pol¨ªtico y pasional
No pretendo efectuar una semblanza de una de las m¨¢s nobles e importantes figuras pol¨ªticas catalanas -y espa?olas- de nuestro siglo. Unicamente quisiera hilvanar unas breves y sencillas l¨ªneas que fueran un justo recordatorio y un homenaje. No inventar¨¦ nada con este fin, sino que me limitar¨¦ a reproducir aquellas apreciaciones del conde de Romariones y de Salvador de Madariaga con que se abre el documentad¨ªsimo estudio sobre Francisco Camb¨®, de Jes¨²s Pab¨®n.
Catalu?a y Espa?a, como unidades plenas de sentido cada una de ellas, en absoluto excluyentes, en absoluto opuestas. Catalu?a y Espa?a, como realidades complementarias, necesarias en su complementariedad.
?Lo que queremos en definitiva -dec¨ªa, en 1931- es que todo espa?ol se acostumbre a dejar de considerar lo catal¨¢n como hostil; que lo considere como aut¨¦nticamente espa?ol; que ya de una vez para siempre se sepa y se acepte que la manera que tenemos nosotros de ser espa?oles es conserv¨¢ndonos catalanes; que la garant¨ªa d¨¦ ser nosotros muy espa?oles, consiste en ser muy catalanes. Y, por tanto, debe acostumbrase la -ente a considerar ese fen¨®meno del catalanismo, no corno un fen¨®meno antiespa?ol, sino como un fen¨®meno espa?ol¨ªsimo?.
En su vida Camb¨® desarroll¨® una actividad m¨²ltiple y, ejemplar, como abogado, como escritor de libros, como articulista de peri¨®dicos. Pero sobre todo ello descoll¨® su actividad pol¨ªtica.
Desde esta actividad pol¨ªtica que irradi¨® en su vida por todas las dem¨¢s, Francisco Camb¨® aparece como la figura m¨¢s importante que ha dado la burgues¨ªa patricia catalana; una burgues¨ªa que, de haber contado en el pasado con mayor peso espec¨ªfico en el aparato del Estado espa?ol hubiera, seguramente, marcado un rumbo bien distinto y a buen seguro mucho m¨¢s inteligente y satisfactorio al curso hist¨®rico de la Espa?a del siglo XX.
Camb¨® fue en efecto, uno de los pocos -y verdaderos- pol¨ªticos de nuestro pueblo catal¨¢n. Supo presentar objetivos pol¨ªticos catalanes con posibilidades de aplicaci¨®n al todo del. Estado espa?ol. Fue profundamente liberal y profundamente dem¨®crata. Su an¨¢lisis de la dictadura demuestra la encomiable lucidez con que supo descubrir las causas que acarrearon su implantaci¨®n. Fue intransigente en este sentido, oponi¨¦ndose a formas autocr¨¢ticas y totalitarias de Gobierno. Asimismo denunci¨® toda f¨¢cil demagog¨ªa populista viendo en ella el fermento mismo de las opciones dictatoriales. Fue, en suma un pol¨ªtico ejemplar.
En estos tiempos de transici¨®n y confusi¨®n, pero tambi¨¦n de ilusi¨®n y de esperanza, en estos dif¨ªciles tiempos de pasaje de tal autocracia a la democracia, nada ser¨ªa m¨¢s necesario en el marco de la vida pol¨ªtica catalana, que la aparici¨®n de una figura p¨²blica que permitiera evocar ese egregio catal¨¢n, nada ser¨ªa m¨¢s urgente que el surgimiento de un nuevo Camb¨® capaz de presentar opciones moderadas, inspiradas en los principios de libertad privada y justicia social.
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