El nuevo presidente Iiban¨¦s comienza gestiones para formar Gobierno
El nuevo presidente del L¨ªbano, Elias Sarkis, sobre quien recae la enorme tarea de poner fin a una guerra civil que dura ya m¨¢s de 18 meses y reconstruir la econom¨ªa libanesa, tendr¨¢ que hacerlo en las primeras horas de su mandato sin Gobierno, ya que ayer le present¨® la dimisi¨®n el primer ministro musulm¨¢n, Rachid Karame.La dimisi¨®n, esperada por haber boicoteado Kararne la ceremonia de prestaci¨®n de juramento de Sarkis, fue inmediatamente aceptada, aunque por carta, y no personalmente como es habitual. Karame aleg¨®, para no trasladarse al palacio presidencial, que como ¨¦l reside en el sector musulm¨¢n no puede arriesgarse a atravesar el sector cristiano para ir a ver al nuevo presidente.
El¨ªas Sarkis comenz¨® ayer mismo las gestiones para formar un nuevo Gobierno. Independientemente de los problemas de seguridad que indudablemente plantea para los diputados y pol¨ªticos musulmanes de Beirut la instalaci¨®n de la presidencia en el viejo palacio de Baabda, el retorno a ¨¦ste del nuevo presidente se ha interpretado como un gesto conciliatorio y para significar su intenci¨®n de hacerse acoger como el presidente de todos los libaneses, musulmanes y cristianos.
Su antecesor, Soleiman Frangie, se hab¨ªa trasladado a un lugar m¨¢s seguro, en pleno sector cristiano. No obstante, la instalaci¨®n de la presidencia en su antiguo local es muy precaria, ya que depende de la buena voluntad de las fuerzas contrarias que se enfrentan en esa zona y que en estos d¨ªas han accedido a un alto el fuego en la periferia del palacio, en realidad medio destruido.
El alto el fuego ordenado unilateralmente por Yasser Arafat a las fuerzas palestinas para demostrar su buena voluntad al nuevo presidente, ha sido seguido en efecto por la mayor¨ªa de los fedayines, que ahora se limitan a repeler las agresiones contra sus posiciones.
La cuesti¨®n de la presencia de los palestinos en el L¨ªbano sigue siendo no obstante la fuente principal de controversia. En este sentido, no s¨®lo no se ha avanzado nada, sino que las recientes declaraciones del Partido Falange de ?luchar hasta expulsar a los palestinos del pa¨ªs?, anticipan una prolongaci¨®n del conflicto.
El propio Sarkis, que a¨²n no ha podido ni siquiera abrir los cajones de su mesa presidencial porque las llaves las conserva el ex presidente Frangie, ya empieza a ser criticado por musulmanes y cristianos a consecuencia del apoyo tan importante que parece concederle a la presencia de las tropas sirias en el L¨ªbano.
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