Incluso sectores conservadores desconf¨ªan del plan econ¨®mico de Barre

Pasados los efectos del primer impacto, el ?plan Barre? de lucha contra la inflaci¨®n est¨¢ siendo considerado con desconfianza por grandes sectores de la sociedad francesa. A las primeras propuestas de los partidos y sindicatos de izquierda se unen las que provienen de sectores tradicionalmente m¨¢s conservadores.

Primero fueron el Partido Comunista y el Socialista los que expresaron sus cr¨ªticas ante el plan gubernamental. Despu¨¦s, los sindicatos m¨¢s importantes del pa¨ªs, la CGT (comunista), la CFDT (izquierda socialista) y la Federaci¨®n de la Educaci¨®n Nacional, que se ha puesto de acuerdo en lanzar una ?jornada? de huelga el pr¨®ximo 7 de octubre. Los campesinos y la organizaci¨®n del PME (Empresas Peque?as y Medianas) tambi¨¦n expresaron su descontento por la insuficiencia de las ayudas que les han sido acordadas. Por ¨²ltimo, el pasado fin de semana, el potente sindicato CGT (confederaci¨®n general de ?cuadros? o ?ejecutivos?) ha rechazado de plano el plan gubemamental.Esta protesta de clases tradicionalmente conservadoras, como los campesinos, los peque?os empresarios y los ejecutivos -en las que la coalici¨®n gubernamental encuentra gran parte de su base electoral- es significativa, sobre todo si se tiene en cuenta que el ¨²nico sector que ha aprobado el plan, de entre las organizaciones profesionales, es el CNPF (Consejo Nacional del Patronato Franc¨¦s), que agrupa a los grandes empresarios. Bien es verdad que tampoco se ha tratado de una aprobaci¨®n incondicional. Ha sido un ?s¨ª, pero ... ? el que el presidente del CNPF, Ftan?ois Ceyrac, ha acordado al ?plan Barre?. Para la opini¨®n p¨²blica, pues, s¨®lo los grandes empresarios est¨¢n de acuerdo con el Gobierno. Un evidente ?contraargumento? electoral.

Pero, al mismo tiempo, en la clase pol¨ªtica, s¨®lo los ?giscardianos? han expresado su aprobaci¨®n sin reservas. Los centristas se callan, y algunos radical socialistas critican abiertamente. Los ?gaullistas? apoyan desde luego, pero con ciertas reticencias. ?El pa¨ªs necesita un nuevo impulso?, ha declarado su secretario general, Yves Guena y el presidente del grupo parlamentario de la UDR no ha dejado de se?alar que sus diputados ?no demolir¨¢n el plan Barre, pero lo corregir¨¢n?.

Un reciente sondeo, aparecido ayer en las p¨¢ginas del diario conservador Le Figaro, y realizado al d¨ªa siguiente de la publicaci¨®n del plan Barre, muestra a las claras la desconfianza reinante, esta vez a nivel de la opini¨®n p¨²blica. La figura de Raymond Barre no sale, pese a todo, desafavorecida; una mayor¨ªa de los encuestados (58 por 100) lo califican de ?sincero? y el 55 por 100, de ?tranquilo?. Pero cuando las preguntas pasan del nivel personal al objetivo, las respuestas cambian de sentido. La reacci¨®n ante el plan Barre ha sido desfavorable en un 47 por 100, frente a un 39 por 100 que lo apoya. No tiene confianza en Raymod Barre un 55 por 100, frente a un 42 y un 54 por 100 opina que el proyecto no tiene posibilidades de ¨¦xito, frente a un 32 por 100 de optimistas.

?Contradicci¨®n en las respuestas favorables, a la figura del primer ministro y opuestas a su plan? Aparentemente, pues, el sondeo realizado con habilidad ha escamoteado la pregunta fundamental: la de saber si los franceses est¨¢n o no de acuerdo con la pol¨ªtica lanzada por el primer ministro.