M¨¢s de cien entidades de j¨®venes esperan legalizaci¨®n

La creciente importancia del movimiento asociativo dentro del marco ciudadano ha tenido repercusiones inmediatas en los j¨®venes que han buscado sus formas y f¨®rmulas de integrarse en organismos ya establecidos, o funcionar aut¨®nomamente dentro de una semilegalidad provocada por el silencio oficial a las incesantes solicitudes de legalizaci¨®n. La semana de la juventud, reci¨¦n concluida, y el funcionamiento desincronizado de estas asociaciones de cara a intereses comunes, quedan reflejados en un informe que analiza las formas de obtener una posible legalizaci¨®n.

M¨¢s de cien asociaciones juveniles funcionan en Madrid. La mayor¨ªa de ellas, no legalizadas, sufren las dificultades habituales y comunes al movimiento ciudadano, especialmente la falta de locales de reuni¨®n donde poder llevar adelante una serie de actividades culturales y recreativas.Las causas que contribuyen a la falta de locales de reuni¨®n son de una parte su escasez, y de otra, la ausencia casi total de subvenciones por parte de los organismos competentes, ayuntamientos y delegaci¨®n de la juventud, al margen de una cuesti¨®n primordial, la no legalizaci¨®n de la mayor¨ªa de ellas. Hay tres formas de constituir una asociaci¨®n juvenil.

-A trav¨¦s de la Delegaci¨®n Nacional de la Juventud en el que se puede integrar como entidad asociada o colaboradora.

-Utilizando las posibilidades que prev¨¦ la ley de asociaciones de 1964, bien como asociaci¨®n juvenil independiente o como secci¨®n o vocal¨ªa de una asociaci¨®n de vecinos.

-Al amparo de alguna instituci¨®n eclesi¨¢stica, privada o ben¨¦fica.

La mayor¨ªa de las entidades acogidas al amparo de la Delegaci¨®n Nacional de la Juventud se constituyeron en asociaciones juveniles. Cinco de ellas est¨¢n legalizadas, Palomeras Bajas , San Diego, Palomeras Altas, Vilano y San Ferm¨ªn. El resto est¨¢ en tr¨¢mites de legalizaci¨®n y la autorizaci¨®n definitiva tarda en llegar entre dos y tres a?os. Esta lista, no completa por la dificultad debida a la dispersi¨®n de las entidades, y, en muchos casos, a su escasa entidad, son: Buenos Aires, Pedro Laborde, Sandi (Palomeras), Doctor Barnard, Portazgo, Zarzaquemada, Cintur¨®n de San Blas, Gente Joven, de Portazgo, Vic¨¢lvaro, Paseo de Extremadura, Piedro, Progreso, Madrid 2.000, Saconia, Pe?a Grande, Cruce de Villaverde, Independiente de Moratalaz, Club Pe?a Blanca, Pol¨ªgono I de Moratalaz, Asociaci¨®n Juvenil para la cultura y el deporte y Asociaci¨®n Cultural de la Latina.

Estas asociaciones tienen unas caracter¨ªsticas propias, diferentes al resto de las entidades juveniles que ven en esta v¨ªa para la legalizaci¨®n y funcionamiento un cierto control ideol¨®gico y de funcionamiento por parte de la Delegaci¨®n de la Juventud. En la pr¨¢ctica se limita a ser un mero control burocr¨¢tico. Como ya se apunt¨® antes, la legalizaci¨®n definitiva tarda en llegar, entre dos y tres a?os. Este caso est¨¢ al arbitrio total de la Delegaci¨®n Provincial de la Juventud que califica el comportamiento del club y decide si es viable o no su legalizaci¨®n. Esto, al igual que otras entidades ciudadana, supone un per¨ªodo largo de funcionamiento bajo una inseguridad jur¨ªdica que impide un ejercicio normal de actividades.

Una vez obtenida la legalizaci¨®n no basta con la delegaci¨®n para obtener permisos de celebraci¨®n de actos multitudinarios, sino que hay que pasar por el Gobierno Civil.

Las entidades juveniles dependientes de las asociaciones de vecinos, bien como secciones juveniles o vocal¨ªas, han de esperar, a la legalizaci¨®n global de la asociaci¨®n de vecinos para poder funcionar normalmente. Tan solo una secci¨®n juvenil, la de Carabanchel Bajo, est¨¢ legalizada, ya que el organismo del que depende fue legalizado hace pocos meses. El resto est¨¢ a la espera de ver sus funciones normalizadas. Estas secciones son las de UVA de Vallecas, La Vi?a, Pozo del T¨ªo Raimundo, Legan¨¦s, San Blas, Do?a Carlota, Moratalaz Este, Prosperidad, Tercio Terol, Sap Antonio, Campamento, Moratalaz Oeste, Carabanchel Alto, Malasa?a, San Crist¨®bal, Villaverde Bajo, Villaverde Alto, ASVEYCO de Ciudad de los Angeles y Chamber¨ª.

La tercera v¨ªa a la legalidad, que es el objetivo prioritario de todas estas asociaciones, ser¨ªa a trav¨¦s de clubs parroquiales o cooperativas y entidades privadas, como pudieran ser los colegios. Las asociaciones que est¨¢n en estas condiciones son, sin que la lista pueda considerarse completa por los motivos ya apuntados, Proa, Nuestra Se?ora del Puig, San Pablo, Pe?afort, Cooperativa del Pozo, Travenco, San Juan de Dios, Poblado Dirigido de Orcasitas y Poblado Agr¨ªcola de Orcasitas.

En opini¨®n de los ¨®rganos que intentan aunar de alguna forma los intereses e inquietudes de todos los j¨®venes de Madrid, esta tercera posibilidad coarta en buena medida su capacidad de desarrollo interno, ya que, en ocasiones, el club ha de guiarse por los criterios que marque el p¨¢rroco o presidente de la cooperativa o colegio. La situaci¨®n jur¨ªdica es de semilegalidad. En algunas ocasiones, la capacidad de gesti¨®n depende de la situaci¨®n de mayor o menor privilegio de la entidad a la que la asociaci¨®n se encuentra ligada.

Para los j¨®venes, el principal problema radica en la situaci¨®n de tolerancia en que se encuentran sus asociaciones, m¨¢s que de legalidad jur¨ªdica. ?ste status da una imagen falsa hacia los j¨®venes de los distintos barrios ya que piensan en una entidad peligrosa, clandestina o perseguida.