Justicia para los asesinos

Le escribo ¨¦sta a t¨ªtulo estrictamente personal, con el ruego de que la publique. El hecho de que yo sea miembro del Comit¨¦ Federal de Federaci¨®n Popular Democr¨¢tica (por m¨¢s de estar seguro de que ser¨ªa esta carta suscrita por la gran mayor¨ªa de mis compa?eros) no implica ninguna declaraci¨®n de tipo ?pol¨ªtico?.Entroncan estas l¨ªneas con el desgraciad¨ªsimo incidente que ha costado la vida a Carlos Gonz¨¢lez. Del pobre Carlos Gonz¨¢lez su padre dec¨ªa que ?era un buen hijo?... Un buen hijo que ha sido asesinado, sin m¨¢s, por un pistolero lejano a cualquier ideolog¨ªa, porque no puede haber ideolog¨ªa que justifique el asesinato, sin m¨¢s.

Hemos perdido todos, menos su asesino, a un buen hijo y, seguramente, pese a no haber tenido el honor de conocerle personalmente, a todos nos falta un poco de ese, sin duda, inmejorable amigo que debi¨® ser Carlos Gonz¨¢lez.

Vamos a volver a creer en la no culpabilidad del estamento oficial. Pensemos que a las fuerzas del orden p¨²blico les resulta imposible controlar a los ?comandos anticomandos?. Pero vamos a exigir de esas mismas fuerzas la r¨¢pida captura del asesino y de sus ac¨®litos. Y pedimos para ellos un juicio justo, sin procedimientos sumar¨ªsimos, con defensa y pruebas. Y con condena, si procede. Pero no de muerte, porque estamos por la abolici¨®n. Pero que, de haber condena (que no puede dejar de haberla), sea riguros¨ªsima. Tan rigurosa que el ejemplo baste para que otros pistoleros no maten a otros Carlos Gonz¨¢lez.

Para Carlos, por buen hijo, la paz. Para los dem¨¢s, paz, libertad y trabajo. Para el asesino de un espa?ol de veinti¨²n a?os, justicia.