Francia y la ETA
TRAS EL asesinato del se?or Araluce y cuatro funcionarios de polic¨ªa en San Sebasti¨¢n, el Gobierno espa?ol ha presentado su protesta en¨¦rgica al de Francia por la celebraci¨®n, en territorio franc¨¦s, de una rueda de prensa convocada por tres miembros de ETA; en ella se anunci¨® la muerte del presidente de la Diputaci¨®n guipuzcoana y se asumi¨® la responsabilidad del qu¨ªntuple asesinato.La queja del Gobierno espa?ol es pertinente y cuenta probablemente con un amplio respaldo en la opini¨®n p¨²blica espa?ola. Lo menos que se puede decir es que la actitud del Gobierno del se?or Barre, consintiendo una rueda de prensa de esta especie, es inusual. Tras el ametrallamiento de la avenida de Espa?a, la permisi¨®n de un acto en el que el atentado se explica y se anuncian nuevos actos de violencia es, entre otras cosas, una transgresi¨®n al derecho internacional y a los pactos vigentes entre Francia y Espa?a.
As¨ª y todo, conviene reconsiderar algunos hechos para perfilar la situaci¨®n.
ETA naci¨® como una organizaci¨®n separatista, desgajada del antiguo y moderado Partido Nacionalista Vasco en 1952. Se trataba de una facci¨®n muy minoritaria, compuesta por j¨®venes, en buena parte de la alta burgues¨ªa guipuzcoana, que fueron radicaliz¨¢ndose progresivamente a medida que las tensiones se pronunciaban en el Pa¨ªs Vasco.
Existe una dif¨ªcil frontera que separa los movimientos pol¨ªticos extremistas de las organizaciones paramilitares, en las que la doctrina pol¨ªtica pasa r¨¢pidamente a segundo plano y prevalece la organizaci¨®n t¨¦cnica, o la preparaci¨®n para la lucha armada. Es muy f¨¢cil entrar entonces en otro mundo, casi por completo ajeno a las ideolog¨ªas y a los programas, en el que existe mando multinacional, cuentas de compensaci¨®n, intervenciones a distancia y un inacabable laberinto subterr¨¢neo que no se sabe d¨®nde acaba y en el que probablemente se reciben muy lejanos encargos, cotizados por tarifa universal. Este es el mundo del terrorismo profesional, bastante m¨¢s pragm¨¢tico de lo que se cree y en el que, en definitiva, se cumplen encargos.
Hay otra parte de la organizaci¨®n ETA ajena a la lucha armada. Hace aproximadamente dos semanas se celebr¨® en Francia una reuni¨®n a la que acudieron las dos ramas (divergentes) de ETA-V Asamblea, las llamadas ramas pol¨ªtica y militar. Seg¨²n los datos m¨¢s solventes de la prensa francesa, se examinaron las posibilidades de aproximaci¨®n entre ambas organizaciones. Un comunicado final acord¨® la creaci¨®n de un aparato pol¨ªtico en el que se optaba por la transformaci¨®n hacia un partido pol¨ªtico, de masas, separatista y socialista, capaz de lanzarse a la lucha pol¨ªtica en una futura democracia burguesa. La minor¨ªa divergente de esta nueva l¨ªnea no firm¨® el pacto y debi¨® unirse, con toda probabilidad, a los comandos incontrolados que practican la violencia ciega, a vida o muerte, con el prop¨®sito de ulsterizar el pa¨ªs vasco-espa?ol. As¨ª, la b¨¢rbara massacre de San Sebasti¨¢n se explicar¨ªa como un intento desesperado, dirigido en un sentido doble: amenazar el ?camino a la democracia burguesa?, que ha emprendido Madrid y comprometer el cambio de estrategia del radicalismo vasco integrado hasta ahora en ETA.
La condena que el crimen del martes ha despertado en todas las tendencias pol¨ªticas de este pa¨ªs, y el anonadamiento en que ha sumido a los vascos, obliga a un esfuerzo colectivo, no s¨®lo de condena, sino tambi¨¦n de an¨¢lisis.
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