Las medidas socioecon¨®micas
El Gobierno Su¨¢rez, en parto m¨²ltiple, ha dado a luz el conjunto de medidas del anunciado paquete socioecon¨®mico. Aunque en su an¨¢lisis concreto entraremos en d¨ªas sucesivos, se hace preciso, desde ya, una valoraci¨®n global.Por duras que sean las medidas que el Gobierno ha adoptado, que lo son y mucho, debe quedar claro que el Gobierno ha tomado nota de la espiral conflictiva que ¨¦l mismo habr¨ªa generado de haberse aprobado medidas tan extremas como la suspensi¨®n total de la negociaci¨®n colectiva o como la flexibilidad total de las plantillas. Que el Gobierno no se haya atrevido a llegar tan lejos significa que la clase obrera de este pa¨ªs, a trav¨¦s de sus organizaciones representativas, ha logrado reducirla intensidad de las medidas de pol¨ªtica econ¨®mica significa que los trabajadores espa?oles han. sido capaces de frenar, en parte, al Gobierno. Pero como, no obstante ello, las medidas adoptadas son muy graves para la clase trabajadora, se hace preciso recordar que esta no tiene todav¨ªa la suficiente fuerza para lograr que la pol¨ªtica ccon¨®mica del Gobierno siga derroteros menos adversos. Esa fuerza s¨®lo la tendr¨¢n los trabajadores cuando los partidos obreros y los sindicatos democr¨¢ticos puedan estar en el Gobierno del Estado espa?ol.
Aunque el Gobierno, a trav¨¦s de su vicepresidente, se?or Osorio, diga que ?la econom¨ªa es cosa de todos?, en el terreno de los hechos ha optado por seguir utilizando el modelo econ¨®mico-social del franquismo. De ello da buena fe lo f¨¢cil que es para el Gabinete Su¨¢rez dictar decretos-leyes, o simples decretos, con los que congelar salarios o modificar la ley de Convenios Colectivos y la de Relaciones Laborales, y lo dif¨ªcil que le ha sido aprobar por decreto-ley la regulaci¨®n del llamado ?derecho de asociaci¨®n sindical?, enviado a estudio de las Cortes. No acaban ah¨ª las cosas. A t¨ªtulo de mero adelanto conviene recordar aqu¨ª. como muestra de desequilibrio de las medidas gubernamentales, el total olvido de una regulaci¨®n democr¨¢tica del derecho de huelga. la suavidad relativa de las medidas adoptadas respecto de las rentas del capital y. la total ausencia de medidas fiscales dirigidas a favorecer el empleo de los traajadores. En este pa¨ªs se sigue incentivando fiscalmente las inversiones. cuando se hace, sin pensar demasiado en los puestos de trabajo que con esas inversiones se van a crear y esto, en ¨¦poca de paro, es especialmente grave. Con todo ello intento subrayar que en el modelo de distribuci¨®n de cargas utilizado por el Gobierno Su¨¢rez para intentar superar la crisis econ¨®mica, a los trabajadores les ha correspondido la peor parte. El Gobierno ha decidido lirilitarles sus ya raqu¨ªticos derechos laborales y sindicales a la vez que relega el problema n¨²mero uno que el pa¨ªs tiene planteado que no es otro que el paro.
El Gobierno, dilg¨¢moslo claro, ha sido profundaniente sensible a las peticiones enipresariales, especialmente a las de congelaci¨®n salarial y las de modificaci¨®n de los art¨ªculos 15 (regulaci¨®n de la eventualidad) y 35 (despido) de la ley de Relaciones Laborales. Que el Gabinete haya afirmado p¨²blicamente que el art¨ªculo 35 de dicha ley es el causante de la ca¨ªda de la inversi¨®n sopone, aparte de una muestra de ligereza pol¨ªtica de imprevisibles consecuencias, reconocer que carece de un adecuado an¨¢lisis de la crisis econ¨®mica y social y, consecuentemente de un correcto diag¨®stico y tratamiento. Nuestra econom¨ªa necesita una reactivaci¨®n de la demanda global, porque no estarnos en momentos de auge. sino de depresi¨®n. Nuestra econom¨ªa no necesita austeridad no necesita que se fomenten ni el ahorro, ni el paro sino la inversi¨®n y el empleo. Se hace preciso un plan de inversiones p¨²blicas que. creando puestos de traajo en el sector servicios abarate dr¨¢sticamente o haga gratu¨ªtos el uso de determinados servicios como la educaci¨®n o la sanidad entre otros. Pero tal programa de inversiones p¨²blicas es inviable con el actual sistema fiscal, que el Gobierno tampoco se ha atrevido a tocar sustancialmente a trav¨¦s de decretos-leyes.
El Gobierno Su¨¢rez ha optado por una pol¨ªtica de rentas consistente en atenazar los salarios, dificultando la negociaci¨®n colectiva y el uso de la huelga durante la negociaci¨®n con olvido de que el control de los dividendos y dem¨¢s rentas del capital es m¨¢s te¨®rico que real porque no se puede hablar de pol¨ªtica de rentas en tanto no haya libertad sindical y en tanto las instituciones del Estado no sean democr¨¢ticas.
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