La lluvia inunda calles y casas

Varias de las calles de San Sebasti¨¢n de los Reyes volvieron a inundarse ayer, por efecto de las tormentas que cayeron sobre Madrid. Esto es algo que sucede todos los inviernos, y muy a menudo en las lluvias de verano.

San Sebasti¨¢n, al igual que Alcobendas, tienen grandes desniveles de un barrio a otro. Por una negligencia a la hora de pavimentar las calles, no se hicieron sumideros suficientes en muchas de ellas, con lo que el agua no es absorbida, y baja en tromba a las zonas situadas m¨¢s abajo.Como hay muchas obras, y algunos barrios y calles est¨¢n sin asfaltar, el agua arrastra tambi¨¦n arena y barro. As¨ª es que por un lado algunas casas sufren inundaciones, y por otro, al d¨ªa siguiente de la tormenta los vecinos tienen que dedicarse a retirar el barro con palas y cubos.

La situaci¨®n se ha denunciado repetidas veces al alcalde. Hace cosa de un mes le fue expuesta por la Asociaci¨®n de Vecinos del pueblo, cuya secretaria, Angela Mart¨ªnez, nos acompa?¨® ayer a visitar las zonas m¨¢s afectadas. Nos dice que el alcalde les prometi¨® tomar medidas en un plazo de quince d¨ªas, antes que comenzaran las primeras lluvias. Tambi¨¦n los vecinos, particularmente, han ido con sus quejas al Ayuntamiento. Concretamente, la se?ora del n¨²mero 10 de la calle Edelmiro Feli¨² tiene un miedo real a la lluvia. El a?o pasado se le inund¨® la casa dos veces, hasta una altura de 30 cent¨ªmetros. Nos dice que esto lo sabe ya el alcalde, porque ella misma se lo ha contado, y que siempre le ha dicho que lo arreglar¨ªa, pero por ahora todo sigue igual.

Visitamos tambi¨¦n las calles de Perpetuo Socorro y Sacramento. La calles es un verdadero r¨ªo y el agua se mete por los zapatos. Una vecina cuenta que los bomberos ya han estado, pero que como no pueden hacer nada se han ido. Esta zona es baja, y el agua les viene de otras altas, como El Chaparral, La Zaporra o Silvio Abad. Hoy no est¨¢ demasiado mal -nos dicen- porque la alcantarilla grande que atraviesa la carretera por debajo no est¨¢ atascada. Cuando lo est¨¢, el agua penetra en las casas.

Por ¨²ltimo, visitamos el barrio de La Zaporra. El camino de acceso al barrio es un charco continuo, y los pies se hunden en el barro. Este barrio no tiene ni siquiera alcantarillado en gran parte. Los vecinos tienen que recoger el agua de lluvia poniendo bidones debajo del canal¨®n, y luego vaciando los bidones con cubos, que se tiran a la calle, en pendiente.