El hombre y la gente
Ustedes disculpar¨¢n este t¨ªtulo de Ortega, pero yo todav¨ªa alcanc¨¦ a ser orteguiano. Creo que hoy el hombre -el hombre pol¨ªtico- va por un lado y la gente va por otro. Si el hombre es Thomas de Carranza, un suponer, y la gente son los obreros de Villaverde, que no se aclaran con la bajada/subida del pan, parece indudable que el hombre no tiene nada que ver con la gente.Bueno, pues esto pasa con toda la pol¨ªtica espa?ola actual. Que los hombres no tienen detr¨¢s a la gente. Pitita Ridruejo me est¨¢ haciendo el hor¨®scopo y le he preguntado si ve gente en mi vida, en mi porvenir, aparte de Nadiuska, que en s¨ª misma y por s¨ª sola ya es mucha gente. Le he preguntado a Pitita, en fin, si cree que yo podr¨ªa formar un partido pol¨ªtico.
-Hombre, no te faltar¨ªa gente, pero espera que te termine el hor¨®scopo.
Ah¨ª lo tienen. El hombre y la gente. ?Qu¨¦ hombres tienen hoy gente en la pol¨ªtica espa?ola? Muy pocos. Est¨¢n los viejos partidos obreros, est¨¢n los sindicalistas hist¨®ricos. est¨¢ el PC, pero los dem¨¢s grandes bloques son una tertulia y un anagrama. L¨®pez Rod¨®, como es soltero, podr¨ªa mandarse bordar en las s¨¢banas la A y la P entrelazadas de Alianza Popular. Se sentir¨¢ menos solo.
-Pues los partidos cat¨®licos tienen mucho personal, que aqu¨ª todo el mundo va a misa -me dice el parado, que viene de pedir a la puerta de la iglesia.
Nada. Los cristianos son 500. Parecen una cosa importante porque nos remiten a los grandes partidos gemelos de Europa, pero no.
En un sal¨®n me han contado que ha aparecido por Madrid un grupo juvenil, una especie de boy scouts de la vida, que son ullos 15.000 y quieren hacer algo por alguien. Creo que se los van a enviar como delicado presente a Silva Ma?oz en Navidades. A la trata de blancas de la Costa Fleming ha sucedido la trata de afiliados. Las se?oras de los pol¨ªticos, que antes buscaban un mozo de comedor entre sus amistades, ahora buscan un afiliado para el marido.
-Usted, que conoce a tanta gente -me dice una- ?no sabr¨ªa de alg¨²n mocet¨®n de pueblo o alg¨²n estudiantillo de Guadalajara que est¨¦ libre?
-?Para valet o para jardinero?
-Para que vote a mi marido en las primeras elecciones.
As¨ª marcha la cosa. Dice que se preparan tremendos libros contra Calvo Serer, contando su vida Y milagros, aunque el milagro se hicieron a ¨¦l cuando el diario Madrid subi¨® a los cielos en cinco segundos, como el carro de fuego que ve¨ªa el otro en la Biblia. Y que monse?or Escriv¨¢, antes de morir, ya hab¨ªa visto clara la necesidad de contar con el Partido Comunista para el futuro de Espa?a.
-?Usted cree que a monse?or, cuando oraba, se le aparec¨ªa Marcelino Camacho?
-No, porque le hubiese arrojado el tintero, como se lo arroj¨® Lutero al demonio.
Le he preguntado a Marcelino si a ¨¦l le han pegado alguna vez un tinterazo:
-Pues no, mira, es lo ¨²nico que no me han dado: tinterazos. Lo dem¨¢s, de todo.
Ahora est¨¢n de moda entre la buena sociedad las apariciones, la parapsicolog¨ªa, las voces del m¨¢s all¨¢ y las consolas que dan patadas en las espinillas a sus propietarios, al pasar. He conocido a una joven bella y rubia que oye voces:
-?No ser¨¢ un lig¨®n que te quiere llevar al cine?
- No, la voz viene de ultratumba y me llama.
Vale. Mientras los pol¨ªticos est¨¢n sin afiliado, hay gente que cuenta incluso con los antepasados.
- ?Lo dice usted por Fern¨¢ndez de la Mora? -quiere saber el parado.
Lo digo en general. Esta ma?ana temprano me ha llamado una se?orita con voz de Serrano, que quiere conocerme y me dice que es amiga de Ans¨®n. En otros tiempos hubiese cre¨ªdo que era un ligue. Ahora pienso que es una psicotom¨ªa. Los de Alianza Popular, como las espiritistas de moda en Madrid, s¨®lo pueden contar con los muertos.
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