DOCUMENTO
La importancia del llamado proyecto de ley para la reforma pol¨ªtica, que el Gobierno ha dado a conocer, requiere que personas pertenecientes a la oposici¨®n democr¨¢tica expongan nuevamente su actitud ante la opini¨®n p¨²blica para contribuir a un deseable esclarecimiento de la cr¨ªtica situaci¨®n pol¨ªtica actual de Espa?a.Cuantas veces se ha manifestado la oposici¨®n democr¨¢tica, lo ha hecho en forma coherente y en tono de reconocido realismo. Fue coherente porque sus pronunciamientos respond¨ªan a creencias muy profundas y 9. prop¨®sitos muy firmes, sin improvisados arbitrismos ni confusas ambig¨¹edades. Y fue realista, para corresponder a la evi ente madurez ciudadana con que el pueble, espa?ol, conteniendo muy justificables impaciencias, asum¨ªa la plotagonizaci¨®n real de un incontenible proceso constituyente para culminar, sin innecesarias demoras, en el efectivo ejercicio de una soberan¨ªa pol¨ªtica de la que es titular inapelable.
Hemos dicho en otras ocasiones y repetimos ahora que confundir esa madurez con especie alguna de debilidad, desorientaci¨®n o indiferencia, supondr¨ªa un enorme error y podr¨ªa acarrear una muy grave responsabilidad, como los hechos se encargar¨ªan de demostrar si el poder p¨²blico manipulara sobre aquella confusi¨®n.
El Gobierno ha presentado su proyecto, de reforma como si a trav¨¦s del mismo pudiera realizar se un decidido cambio pol¨ªtico constitucional que en verdad rompa con el r¨¦gimen anterior. Sin embargo, el proyecto ha sido elaborado exclusivamente por un Gobierno que pudo y debi¨® compensar en cierta medida su carencia de valor representativo, no haciendo caso omiso de los expl¨ªcitos y continuos requerimientos de una oposici¨®n democr¨¢tica convocada por ¨¦l para la negociaci¨®n y el di¨¢logo. El hecho es tanto m¨¢s lamentable cuanto que fue la oposici¨®n la que al valorar p¨²blicamente la declaraci¨®n pol¨ªtica inicial del Gobierno manifest¨® su voluntad negociadora. Pero es preciso dejar aclarado que no se ha producido negociaci¨®n alguna con el conjunto de las fuerzas democr¨¢ticas del pa¨ªs. No ha pasado el Gobierno de celebrar corteses entrevistas con s¨®lo algunas personalidades de la oposici¨®n demo - cr¨¢tica; intercam-, bio de mon¨®logos que s¨®lo pod¨ªancobrar valor polItico como anticipaci¨®n de una verdadera acci¨®n negociadora que no se ha produci-do. Sin embargo, con quien al- parecer, efectivamente, se est¨¢ negociando -no sabemos con qu¨¦ renuncias y transacciones- es con los grupos pol¨ªticos del r¨¦gimen, que son en principio centros de resistencia obstinada a todo intento serio y resuelto de democratizar el pa¨ªs. Se ha dicho por el Gobierno, con clara alusi¨®n a las fuerzas y grupos de la oposici¨®n democr¨¢tica, que mientras el pueblo no se pronuncie, nadie puede asumir su leg¨ªtima representaci¨®n. Claro est¨¢ que en ello estamos de acuerdo, pero la advertencia afecta de manera muy especial al Gobierno y a las instituciones del r¨¦gimen, que no s¨®lo esquiv¨® durante decenios toda confrontaci¨®n, libre y aut¨¦ntica de la voluntad popular, sino que elev¨® a principio fundamental inspirador de todo su sistema pol¨ªtico el repudio de la legitimidad democr¨¢tica que ahora se aduce. Nos parece ins¨®lito y por lo mismo rechazable que, bas¨¢ndose en la ausencia de una acreditaci¨®n fokmalmente democr¨¢tica, se mantenga apartados de cualquier operaci¨®n que se diga democratizadora a los grupos y fuerzas que han demostrado a prueba de riesgos y persecuciones su car¨¢cter democr¨¢tico, mientras pretenden dirigir y encauzar con exclusividad el proceso pol¨ªtico quienes, con premura y no sin reticencias, aparecen ahora como dem¨®cratas. Aducir que esa pretensi¨®n se justifica porque en definitiva son ellos los que detentan el poder es situar la cuesti¨®n en un plazo que nos atrevemos a denunciar, no s¨®lo como injusto y poco democr¨¢tico, sino tambi¨¦n como francamente negativo y peligroso. T~i por la falta de representatividad nacionaledel Gobierno que lo ha preparado unilateralmente sin las asistencias negociadas quecabr¨ªa prever, ni por el procedimiento con que va a tramitarse, que requiere el concurso de instituciones anti de mocr ¨¢ticas y de ya menesterosa supervivencia incluso en la propia legalidad del r¨¦gimen, ni por el contenid ' o concreto del esquema constitucional que en ¨¦l se articula, la oposici¨®n democr¨¢tica puede considerarse satisfecha, y, por lo Mismo, resuelta a un enjuiciamiento favorable. Mas como nunca nos hemos aferrado a maximalismos est¨¦riles ni hemos antepuesto a cualquier otra consideraci¨®n do-matismos doctrinales, sino que nos hemos pronunciado siempre sin elaudicacione.s, pero con la preocupaci¨®n de encontrar los medios reales de que se instaure en Espa?a el r¨¦gimen democr¨¢tico a que tiene derecho, consideramos que la cuesti¨®n, fundamental se centra en la efectividad de un verdadero proceso constituyente que deber¨ªa consumarse a trav¨¦s de una consulta popular y unas elecciones ,generales verdaderamente democr¨¢ticas. Por eso, los abajo firmantes, aun reconociendo que el proyecto presentado, por el Gobierno difiere en forma importante de los anteriores, consideran que la oposici¨®n democr¨¢tica no puede aceptar.las consecuencias que se derivar¨ªan de ' la puesta en pr¨¢ctica de dicho proyecto, sin que se den las condiciones m¨ªnimas indispensables que permitan la expresi¨®n libre y aut¨¦ntica de la voluntad popular. Hemos de anticipar que consideramos necesaria la interve*nci¨®n efectiva del conjunto de la oposici¨®n democr¨¢tica, no s¨®lo en la negociaci¨®n de las condiciones y en la elaboraci¨®n de la normativa que aborde los presupuestos generales previos que han de existir para que una consulta popular o unas elecciones democr¨¢ticas puedan siquiera denominarse as¨ª, sino tambi¨¦n en el control de la acci¨®n pol¨ªtica concreta que evite, a lo,argo de todo el proceso, cualquier ),¨¦nero de manipulaci¨®n o falsea miento. Necesariamente, tanto las previas condiciones generales co mo los aspectos concretos de la ac ci¨®n pol¨ªtica han de ser prolijos, porque son muchos los factores de resistencia,antidemocr¨¢tica que veros¨ªmilmente intervendr¨¢n, am parados por una contradictoria y tupida red institucional -tanto na cional como local- !uperviviente del r¨¦gimen anterior. En ella cabe destacar las organizaciones del Movimiento que poseen- muy considerables resortes de pres ' i¨®n con abundantes medios de toda ¨ªndole para utilizarlos, y los ¨®rga nos institucionales, que deber¨ªan ser disueltos, o al menos quedar neutralizados e inactivos, mientras formalmente permanezcan vigen tes.
No es prop¨®sito de un escrito como ¨¦ste pormenorizar las condiciones de un proceso electoral que pudiera ser aceptable para el conjunto de la oposici¨®n democr¨¢tica, pero s¨ª insistir una vez m¨¢s en las de orden general y previo:
Vigencia efectiva de los derechos y libertades democr¨¢ticas sin tratamiento arbitrario ni discr¨ªminatorio en el reconocimiento y garantia de los mismos.
Reincorporaci¨®n. a la vida ciudadana, con plenitud de derechos civiles y pol¨ªticos, de cuantos espa?oles se encuentran a¨²n en el extranjero o en prisi¨®n, procesados, sancionados o discriminados, por razones pol¨ªticas o laborales.
R¨¦conocimiento de la espec¨ªfica personalidad de los pueblos que integran el Estado espa?ol y del efectivo ejercicio de sus derechos.
Libre constituci¨®n y actuaci¨®n de partidos pol¨ªticos para lo que debiera existir un Estatuto de los mismos que sustituya a la vigente ley de Asociaciones y en el que se regule la financiaci¨®n de los mismos con criterios de igualdad y justicia. -
Reconocimiento y pr¨¢ctica deuna-absoluta igualdad (le oportunidades para todos los partidos en el acceso a los medios de comunicaci¨®n de masas, y en especial a la televisi¨®n, hoy'monopolizada por el Gobierno.
La inmediata y efectiva posibilidad de que las fuerzas del trabajo puedan.organizar su sindicalismo libremente, sin injerencias a ¨¦l extra?as.
Para la realizaci¨®ri. de estos postulados generales y el control sobre la acci¨®n pol¨ªtica a que antes alud¨ªamos, la, oposilci¨®n democr¨¢tica considera necesario, antes de que se celebre cualquier consulta POPUlar o elecciones. la formaci¨®n pactada de un Gobierno ampliamente representativo de la comunidad nacional. S¨®lo un Gobierno as¨ª poseer¨¢ la autoridad y solidez imprescindibles para enfrentarse, adem¨¢s de con los pro-. blemas pol¨ªticos, con los sociales y econ¨®micos que por su gravedad e influencia en el bienestar del pueblo espa?ol requieren un tratamiento detidido de emergencia en tanto la culminaci¨®n del proceso constituyente permita las soluciones estructurales adecuadas.
La oposici¨®n democr¨¢tica es consciente de que en el funcionamiento regular de un r¨¦gimen democr¨¢tico se singularizar¨¢n, a¨²n m¨¢s, las diferentes tendencias pol¨ªticas q_ue hoy la integran y competir¨¢n por alcanzar la asistencia popular que les permita realizar, desde el poder, sus respectivas aspiraciones program¨¢t.ii-as.
Pero al mismo tiempo conside.ran que en tanto no se encuentren consolidadas las bases que aseguren la efectiva vigencia U la democraicia, la expresi¨®n p¨²blica de una coincidencia de actitudes respecto a puntos quejuz1an esenciales es conveniente para el advenimiento de un r¨¦gimen democr¨¢tico pluralista. Eso es lo.que hacen los abajo firmantes mediante este escrito con el que quieren prestar'el mejor servicio a nuestro pa¨ªs.
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