El alcalde de Madrid contesta a Marsillach
?Se equivoca usted al decir que tengo problemas m¨¢s importantes para resolver, porque los problemas nunca son comparables entre s¨ª y vienen a la mente por razones distintas y con independencia de una posible prioridad siempre discutible.La situaci¨®n actual del Teatro Espa?ol es, sin duda, poco edificante para Madrid y poco ejemplar para la eficacia del Ayuntamiento de la Villa y para la del Ministerio de Informaci¨®n y Turismo, puesto que si el uno es su propietario, el otro era su explotador en el momento del incendio, que estos dos organismos no hayan demostrado capacidad en un a?o para sacar adelante la construcci¨®n del teatro justifica, cuando menos, la redacci¨®n de su carta reproche.
Y dicho esto, de entrada, le a?ado ahora que el tema, amigo Marsillach, no puede subjetivarse como usted hace. Es m¨¢s complejo y no se agota en la voluntad del alcalde. Voy a explicarle por qu¨¦:
1? El Teatro Espa?ol arde el domingo, 19 de octubre de 1975, y el actual alcalde por esa fecha es un madrile?o m¨¢s, aficionado al teatro, que uni¨® sus lamentos al de tantos otros, entre ellos usted, que consideraron este hecho un doloroso trance para nuestra cultura y dese¨® la inmediata reconstrucci¨®n del teatro.
2? A partir de abril de 1976 este madrile?o que le contesta es alcalde de Madrid y entre las ?angustias y problemas? que ha de asumir con el cargo se halla devolver el Teatro Espa?ol al mundo de la cultura, pero los deseos son m¨¢s dif¨ªciles de realizar que de so?ar, y en este problema la realidad nos ha ido marcando una serie de barreras cuya superaci¨®n ha supuesto dilaciones al logro de la meta final.
En efecto, de un lado el incendio supuso la apertura de un procedimiento judicial para depurar la posible responsabilidad que pudiera derivarse del siniestro, las diligencias judiciales, elevadas hoy a sumario, condicionaron necesariamente la iniciaci¨®n de las tareas de reconstrucci¨®n.
De otro lado, como usted conoce, el Ayuntamiento, propietario del Teatro desde el 11 de abril de 1615, ten¨ªa cedida su explotaci¨®n al Ministerio de Informaci¨®n y Turismo, que, por consiguiente, estaba obligado a conservar en buen estado el teatro. Lograr el correspondiente acuerdo para asumir la responsabilidad de la reconstrucci¨®n es otro tr¨¢mite cuya realizaci¨®n, afortunadamente en trance de ultimarse, ha tenido retardada la soluci¨®n deseada mucho m¨¢s tiempo del que el alcalde hubiera deseado.
3? Y finalmente la elaboraci¨®n del proyecto t¨¦cnico, otro camino de larga andadura, que ya ha sido culminado. El proyecto est¨¢ entregado al Ministerio de Informaci¨®n y Turismo y esperamos que su informe ponga fin al largo pero ineludible camino administrativo de lograr que no sea el Ayuntamiento el que soporte los gastos de la reconstrucci¨®n.
Por lo dem¨¢s estoy conforme con usted: la reconstrucci¨®n ha de ser punto de apoyo para mejorar el servicio del teatro, no en funci¨®n del edificio, sino pensando en su utilizaci¨®n al servicio de ?todas las corrientes actuales de la profesi¨®n esc¨¦nica?, como usted acertadamente sugiere.
En el proyecto se incluyen: plataforma giratoria del escenario, ciclorama con puente de iluminaci¨®n, alumbrado de escena con equipo de regulaci¨®n, megafon¨ªa de efectos esc¨¦nicos, climatizaci¨®n del teatro, equipos de detecci¨®n de incendios y circuito cerrado de televisi¨®n. En fin, del tel¨®n para atr¨¢s, todo el teatro ser¨¢ absolutamente nuevo.
Esta es la historia y la situaci¨®n. El desenlace parece tener etapas marcadas: el pr¨®ximo a?o ser¨¢ el comienzo de las obras con un plazo de dieciocho meses para terminarlas.
Gracias por su inter¨¦s en algo tan madrile?o como el Teatro Espa?ol. Y que pronto podamos asistir a su inauguraci¨®n.?
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