Los traductores, una profesi¨®n indefensa
Los traductores son, tradicionalmente ya, un gremio maltratado de nuestra cultura. A expensas de la voluntad de los editores, considerados en su mayor¨ªa como trabajadores eventuales, en condiciones de trabajo primitivas y que favorecen el destajismo, y mal pagados en su mayor¨ªa, su mayor problema es, seguramente, no tener un status profesional Claro.Este va a ser uno de los temas a tratar por la conferencia de la UNESCO, que dentro de pocos d¨ªas se celebrar¨¢ en Nairobi. Al parecer, la UNESCO lanzar¨¢ una serie de recomendaciones sobre la traducci¨®n, que pueden pasar desde la defensa del copyright, al mantenimiento de la propiedad intelectual del traductor sobre su traducci¨®n en todas las ediciones de la obra, uno de los medios para conseguir la esperada mejora de la calidad de la traducci¨®n. Se supone que la UNESCO recomendar¨¢ tambi¨¦n la asociaci¨®n de los traductores para la defensa de sus intereses.
En Espa?a existe ya, desde 1954, la APETI, asociaci¨®n de traductores e int¨¦rpretes, dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores y fundada bajo los auspicios de la Federaci¨®n Internacional de Traductores. Presidida por Marcela de Juan (espa?olizaci¨®n de su nombre, de origen, Ma Ge Hwang), su funci¨®n fue representar al,greinio en las reuniones internacionales y alcanzar la agrupaci¨®n de los profesionales... y su profesionalizaci¨®n. Contaban con un bolet¨ªn donde se trataban los problemas de la traducci¨®n.
La segunda fase de la asociaci¨®n surge a partir de 1972, en que una entrada masiva de j¨®venes traductores que, de alg¨²n modo, gremializan la asociaci¨®n, bajan sus pies al suelo y comienzan a sistematizar los problemas y reivindicaciones profesionales del grupo, aunque sin demasiados logros por la misma dispersi¨®n del personal. Algunos nombres de la nueva directiva -gente que entonces ya era prestig¨ªosa en las letras espa?olas- son los de Consuelo Berges, Soledad Ortega y Ester Ben¨ªtez.
En cualquier caso, tal parece que, en los fines de esta asociaci¨®n est¨¢, antes que nada, la regularizaci¨®n de los precios, la autodefensa de la propiedad intelectual y, sobre todo, la extensi¨®n de una problem¨¢tica abandonada
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