Cinco heridos en un atentado contra la embajada marroqu¨ª en Madrid
Laribi Buchaib, de unos cuarenta a?os, casado y con dos hijos, contable de la embajada de Marruecos en Madrid, se halla en estado grav¨ªsimo en la cl¨ªnica de la Paz como consecuencia de las heridas recibidas en el atentado contra la embajada que se produjo ayer, alrededor de las 10.30 de la ma?ana. Otras cuatro personas, entre ellas tres espa?oles, resultaron tambi¨¦n heridas, aunque de menor consideraci¨®n. El atentado estuvo protagonizado, al parecer, por tres j¨®venes, cuya identidad se desconoce, que, despu¨¦s de romper las lunas de la planta baja de la representaci¨®n diplom¨¢tica, arrojaron artefactos explosivos en el interior y huyeron mientras disparaban r¨¢fagas de metralleta. Hasta ahora ning¨²n grupo pol¨ªtico se ha atribu¨ªdo la paternidad del atentado, aunque algunas versiones indican que podr¨ªan ser saharahuis, miembros de alg¨²n grupo pol¨ªtico espa?ol simpatizantes de aquellos, o incluso grupos de la oposici¨®n marroqu¨ª. Posteriormente, EL PAIS se puso en contacto con la oficina de informaci¨®n del Frente Polisario en Argel, donde nos manifestaron que desconoc¨ªan por completo el hecho y que se enteraban de ¨¦l por nuestra propia comunicaci¨®n.
Seg¨²n todos los testimonios, eran las 10.25 de la ma?ana cuando un grupo de tres personas, entre las que figuraba, al parecer, una mujer joven de tez morena, se acerc¨® a la esquina de las calles Pisuerga y Serrano, en el edificio de la embajada. Uno de los componentes del grupo, de unos veinte a veinticinco a?os, de pelo corto y rizado y vestido con cazadora y pantalones marrones y un jersey rojo, portaba una metralleta y una pistola y permaneci¨® vigilando mientras otro joven vestido con una gabardina clara, depositaba Una bolsa de pl¨¢stico negra en el suelo, cerca de la pared del edificio de la embajada.Inmediatamente, y seg¨²n testimonios de los testigos, arroj¨® algo parecido a un c¨®ctel molotov en el interior de la primera planta de la embajada, a trav¨¦s de los cristales. En esos momentos se encontraban en el local el contable de la representaci¨®n diplom¨¢tica marroqu¨ª, la mujer de la limpieza y una secretaria. Diecisiete personas hab¨ªa en el resto del edificio. Al o¨ªr la primera explosi¨®n, ¨¦stas se refugiaron en los lavabos de la planta, mientras el contable sal¨ªa a comprobar lo sucedido. En ese momento, se produjo la segunda y mayor explosi¨®n, que destroz¨® casi por completo las instalaciones de la planta baja del edificio.
Presumiblemente, los autores del atentado arrojaron la carga explosiva en el interior de las oficinas a trav¨¦s del hueco producido en la cristalera por el c¨®ctel molotov. La bolsa de pl¨¢stico negra permaneci¨® intacta.
Heridos
Las m¨¢s graves heridas las recibi¨® el contable de la embajada, Laribi Buchaib, quien result¨® alcanzado de lleno por la onda expansiva y por los cascotes. Un gran charco de sangre se?alaba el lugar donde cay¨® el funcionario marroqu¨ª, que fue inmediatamente trasladado a la Ciudad Sanitaria La Paz, y donde es atendido en estos momentos de grav¨ªsimas heridas.
Existen pocos datos directos de c¨®mo huyeron los componentes del comando autor del atentado. Al parecer, el primero de ellos, que portaba las armas, sali¨® a trav¨¦s de la calle Pisuerga hacia la de Tormes, de espaldas y disparando constantemente con la metralleta hacia el edificio de la embajada. Dos conductores de los autobuses escolares del cercano Liceo Anglo-Espa?ol fueron obligados a tumbarse en el suelo por el joven armado. Los numerosos veh¨ªculos estacionados en las proximidades del edificio diplom¨¢tico muestran el impacto de los disparos, e incluso el casquillo de una de las balas salt¨® al patio del Liceo y alcanz¨®, aunque sin herirla, a una de las alumnas del centro. Los otros dos asaltantes huyeron en diferentes direcciones.
Adem¨¢s del contable, dos polic¨ªas de servicio en la embajada resultaron tambi¨¦n heridos: uno, de poca importancia, en un brazo y otro en los ojos. Un agente de la polic¨ªa armada tambi¨¦n result¨® alcanzado, al parecer, y se le vi¨® abandonar el lugar con una toalla ensangrentada alrededor de la cabeza. Tambi¨¦n parece que resultaron heridos Julio A. Jim¨¦nez, de unos catorce a?os, aprendiz administrativo, y el joven Ignacio Alvarez, pasajero de un taxi que circulaba cerca de la embajada cuando se produjo la explosi¨®n y que fue alcanzado por algunos cascotes.
El embajador
Sobre las 12 del mediod¨ªa lleg¨® a la sede de la representaci¨®n diplom¨¢tica marroqu¨ª el embajador, se?or Filali, que contest¨® a las preguntas de los periodistas all¨ª presentes. ?Siempre es condenable cualquier tipo de terrorismo?, dijo. Preguntado sobre qu¨¦ grupos podr¨ªan haber sido los autores del atentado, y si ¨¦stos podr¨ªan tener alguna relaci¨®n con la situaci¨®n del Sahara, el se?or Filali dijo ?El Sahara es el Sahara y Espa?a es Espa?a; no creo que nadie est¨¦ interesado en trasladar aquellos problemas aqu¨ª?. Sobre la posibilidad de que grupos argelinos pudieran haber tenido algo que ver en el atentado afirm¨®: ?Argelia nunca ha protagonizado ning¨²n hecho de este tipo?. Un vecino de la casa contigua a la de la embajada recuerda que el s¨¢bado pasado vi¨® a tres chicas j¨®venes, una de ellas de parecidas caracter¨ªsticas a las de la vista hoy en el momento de la explosi¨®n, levantando planos de la embajada y de la casa pr¨®xima. Preguntadas por dicho vecino, las j¨®venes respondieron que eran estudiantes de arquitectura y que estaban realizando un trabajo para la escuela.
A la hora de cerrar esta edici¨®n, ning¨²n grupo se ha atribuido la autor¨ªa del atentado.
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