"Que cada cual tenga el derecho de irse al infierno"
Hoy, a las ocho de la tarde, el acad¨¦mico de la Lengua Camilo Jos¨¦ Cela pronunciar¨¢ una conferencia sobre el tema El erotismo en fr¨ªo, en el Palacio de Congresos y Exposiciones, con car¨¢cter p¨²blico.?Pues mire usted -declar¨® a EL PAIS el se?or Cela-, hablar¨¦ sobre el erotismo en fr¨ªo, porque considerado en caliente saldr¨ªa peor.?
Cela contin¨²a, pues, en la l¨ªnea que se marc¨® hace tiempo y que ahora se ve concretada en una Enciclopedia del Erotismo, editada en fasc¨ªculos -sesenta en total-, que le ocupa todo su tiempo y que le proporciona, con constancia y cotidianeidad, numerosos an¨®nimos y amenazas, que archiva cuidadosamente para un futuro m¨¢s tranquilo.
?En Espa?a hubo abundante y espl¨¦ndida literatura er¨®tica, que curiosamente estaba escrita por cl¨¦rigos, el Arcipreste de Hita y don Francisco Delicado, por citar tan s¨®lo a unos pocos. Luego, ya en nuestro siglo, cabe se?alarse a Felipe Trigo, a Ramez Cat¨¢ e incluso a Valle Incl¨¢n, cuando nos habla en su Sonata de Est¨ªo de los siete polvos que le ech¨® a ni?a Chole, sin sacarla, lo que en verdad me parece algo exagerado. En estos ¨²ltimos cuarenta a?os todo este tipo de literatura estuvo en hibernaci¨®n.?
Despu¨¦s Cela habla sobre sus colaboraciones pol¨ªticas en Cambio 16, pr¨®ximas ya a terminar porque, como ¨¦l mismo comenta, finaliza el contrato suscrito con la publicaci¨®n y porque, aqu¨ª es probable que radique la causa definitiva, no tiene aspiraciones pol¨ªticas. Ha pretendido ofrecer una serie de consideraciones pol¨ªticas sobre este momento por el que pasa Espa?a y nada m¨¢s. ?Si hubiera querido hacer carrera, hace tiempo que hubiera conseguido una embajada o similar, al fin y al cabo tuve todas mis bazas a favor, pero la pol¨ªtica como profesi¨®n no me interesa nada. Recuerdo que cuando intentaron convencer a Baroja para que se presentara a diputado, le comentaron que saliera al balc¨®n del local en donde se encontraba para que saludara a sus futuros votantes. ?No me da la gana -contest¨® Baroja-, porque son todos unos cabrones. ? Evidentemente, el sentido de la pol¨ªtica de don P¨ªo no era propicio para las elecciones, y a m¨ª me pasa lo mismo.?PapeI de fumar
-Retornando al tema del erotismo, ?usted cree que esta ola de puritanismo que nos invade intermitentemente es exclusiva de la derecha pol¨ªtica, o tambi¨¦n la comparte la izquierda?
-En Espa?a, y eso est¨¢ muy claro, hay un denominador com¨²n, tanto para la derecha como para la izquierda: todo el mundo se la coge con un papel de fumar. Lo que tambi¨¦n est¨¢ claro es que a mayor libertad hay mayor distribuci¨®n y exhibici¨®n de literatura er¨®tica, y al rev¨¦s.
Sobre el marqu¨¦s de Sade opina que pese a ser quien dio nombre al sadismo, en el fondo no invent¨® nada, aunque sus obras son excelentes. Despu¨¦s aclarar¨ªa, en contra de la tesis, tradicional ya, de que en los reg¨ªmenes totalitarios se suele abrir m¨¢s la mano en lo er¨®tico que en lo pol¨ªtico y ello cuando no queda m¨¢s remedio, que eso no es m¨¢s que una idea aproximada de la realidad. ?Personalmente no concibo una libertad parcelada. No vale abrir en un campo y cerrar en otro. ? Freud fue, a juic¨ªo del acad¨¦mico, el que convirti¨® el erotismo en un fen¨®meno social, descubriendo la l¨ªbido infantil. Hasta ¨¦l, aquello permanec¨ªa cerrado en c¨ªrculos minoritar¨ªos. Tras ¨¦l ampliar¨ªa notablemente su zona de inter¨¦s e influencia.
?Mire usted -se?al¨® para finalizar- lo que en definitiva creo es que se debe respetar el derecho de cada cual de irse al infierno. El que se quiera condenar, pues que se condene. Como ver¨¢, este pensamiento entra dentro de la ortodoxia cat¨®lica.?
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