Justificar lo injustificable
Tras un viaje pesado, a causa del celo de los controladores que retuvieron la salida de la expedici¨®n de Bruselas durante casi tres horas, lleg¨® ayer el derrotado Real Madrid. No hubo l¨¢grimas, pero tampoco sonrisas. Quiz¨¢, simplemente, conformismo. En el caso de los jugadores, desde luego, sin quejas posibles por las 75.000 pesetas con que la espl¨¦ndida directiva blanca premi¨® a los eliminados. La noticia, sin embargo, no estuvo en el regreso sino en el mismo ep¨ªlogo de la noche ?bruggeoise?, anteayer mi¨¦rcoles. El hecho se produc¨ªa esta vez en el sal¨®n del hotel donde estuvo alojada la mayor¨ªa de la expedici¨®n en la ciudad belga. Pasada la medianoche, cuando los corrillos, entre tristes y desilusionados, a¨²n se refer¨ªan al partido del Olympiastadion, Santiago Bernab¨¦u, sentado en un sill¨®n, pronunciaba unas frases lamentables. Como a la salida del campo no debi¨® encontrar espa?oles al igual que en M¨¢laga, se reservaba los apelativos para el ¨¢rbitro a la llegada al hotel.Si en La Rosaleda el colegiado irland¨¦s fue calificado de ?voleur?, con un uso muy particular del franc¨¦s, para insultar, en esta ocasi¨®n Mr. Bruns, sin cargar con ninguna palabra concreta, result¨® el centro de todas las frases. Realmente -y no por el. Real, que se merece otra cosa-, dio mucha pena la escena. Tras una eliminaci¨®n deportivarnentejust¨ªsima, no se puede justificar lo injustificable. Que el Madrid fuese inferior a un buen equipo belga -ni siquiera a un gran equipo-, que le faltase Pirri, o que encajase los goles en forma y momento inoportunos, forma parte del f¨²tbol. Si Rubi?¨¢n marc¨® en propia meta ante el Brujas, Garrido -curiosamente madridista- cedido al Burgos; Violeta,, del Zaragozay Jes¨²s Mart¨ªnez, el valencianista, hicieron lo propio favoreciendo al Madrid en recientes ocasiones durante la Liga.
Es s¨®lo un ejemplo. Habr¨ªa a¨²n m¨¢s. Y si Bernab¨¦u quiso, a pesar de la derrota premiar con 75.000 pesetas a cada uno de sus jugadores es muy libre como presidente del club. Ser¨ªa ya prolijo extenderse sobre esto. Pero de ah¨ª a hablar de ?encerrona?, ?canallada? y palabras similares, va un abismo. Las campa?as contra el Madrid han existido, como quiz¨¢ las de tantos equipos. perjudicados en cualquier ocasi¨®n. Si el equipo blanco fue sancionado por la acci¨®n de un incontrolado en el partido con el Borussia, indudablemente no fue justo que se valorara igual la invasi¨®n masiva y m¨¢s reciente del terreno de Cardiff, en Pa¨ªs de Gales. Pero en la eliminatoria con el Brujas todo ha transcurrido con normalidad. La conclusi¨®n, con mayor o menor suerte y con inferior calidad madridista, se resolvi¨® ¨²nicamente con el juego de los dos equipos- en los, c¨¦spedes de La Rosaleda y del Olympiastadion.
Los restantes directivos del club blanco presentes en Brujas y en el hotel en el momento de la disertaci¨®n de Bernab¨¦u hubiesen hecho muy bien en evitarla discreta o indiscretamente. Los enfados individuales y significados pueden hacer cada vez m¨¢s da?o. Tanto como la mayor de las derrotas. A fin de cuentas ¨¦stas son s¨®lo deportivas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.