Humanizar el ciclismo
El tema del doping en el ciclismo alcanza actualmente en Francia su punto de m¨¢xima tensi¨®n. La Uni¨®n Nacional de Corredores Profesionales galos, tras su asamblea general, ha decidido por unanimidad negarse a pasar los controles en el futuro e incluso a firmar la licencia del pr¨®ximo a?o, en tanto no se celebren reuniones con las altas autoridades deportivas del pa¨ªs y se tomen nuevas medidas sobre la normativa vigente. Los ciclistas, quiz¨¢ en su mayor postura de fuerza desde siempre, han vuelto a reivindicar su situaci¨®n de inferioridad respecto a los practicantes de los restantes deportes.En efecto, aunque el control anti-doping tiende a desarrollarse en general, el que afecta a los ciclistas permanece con gran diferencia como el m¨¢s riguroso e intenso, incluidos corredores aficionados en determinadas pruebas y hasta los protagonistas de las reuniones de pista. En Gante, sin ir m¨¢s lejos, durante sus Seis D¨ªas, la polic¨ªa registr¨®, ¨²ltimamente, en las propias cabinas de descanso de los participantes. B¨¦lgica, primera potencia mundial, ha perseguido con sa?a el doping y de ah¨ª que las primeras figuras -casos Merckx o Maertens- lo sean pr¨¢cticamente con todas las de la ley.
El asunto, sin embargo, no es, ni mucho menos, favorable a los ?m¨¢rtires? ciclistas. El hecho real e inamovible es que el doping existe y existir¨¢ mientras no se humanice el ciclismo. Ayer mismo se dio a conocer el nuevo Tour 77. Goddet, Levitan y su troupe han organizado una nueva prueba deportiva para la que un cuerpo humano, por muy bien preparado que est¨¦, necesita estimularse m¨¢s o menos. De forma permitida o prohibida. La cuesti¨®n es saber o ponerse el l¨ªmite. Pero resitir veintid¨®s etapas, nueve de ellas con m¨¢s de doscientos kil¨®metros, subir cuestas incre¨ªbles, y todo a base exclusivamente de piernas, coraz¨®n y una preparaci¨®n f¨ªsica fuera de lo com¨²n, no es posible sin tales ayudas.
El montaje publicitario de un Tour -como el de una Vuelta a Espa?a a bastante menor escala- necesita, claro, nuevos alicientes y cuantas m¨¢s dificultades se pongan, mejor. A fin de cuentas el ciclismo profesional es un negocio. porque los tiempos heroicos de equipos nacionales ya no tiene raz¨®n de ser. Pero alguien debe poner coto a la explotaci¨®n f¨ªsica del ciclista y, desde luego, el m¨¦todo no es dejar de pasar controles como piden Thevenet, Sibille, Hinault, Danguillaume y compa?¨ªa. Casos como el de Simpson o el de Uriona ya fueron en su momento suficientemente dram¨¢ticos. Hay que humanizar lo que es solamente un deporte.
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