La URSS, la OTAN y la CEE, en la disputa Pesquera angloislandesa

Antes del pr¨®ximo 1 de diciembre, el Gobierno de Londres tendr¨¢ que ponerse de acuerdo con Islandia sobre el problema de las zonas pesqueras en el mar del Norte. La OTAN observa con l¨®gica preocupaci¨®n esta cuesti¨®n, que el a?o pasado por estas fechas dio lugar a la llamada ?guerra del bacalao?. Se trata, en verdad, de un bacalao muy peligroso, sobre todo para el actual esquema estrat¨¦gico de la Alianza en la zona, que Islandia no puede dejar de utilizar como arma de presi¨®n sobre Gran Breta?a, puesto que m¨¢s del 90 % de los recursos econ¨®micos del pa¨ªs provienen, precisamente, de la pesca en las doscientas millas marinas que reclama. En el litigio, sobre el que a comienzos de a?o se lleg¨® a un acuerdo provisionario que expirar¨¢ el 1 de diciembre, aparecen involucradas tambi¨¦n B¨¦lgica y Alemania Federal, cuyos pesqueros faenan en las mismas aguas, y en general, la Comunidad Econ¨®mica Europea, que acaba de proclamar para s¨ª el derecho a las doscientas millas.Durante los ¨²ltimos d¨ªas, la perspectiva de un arreglo se ha hecho a¨²n m¨¢s difusa a causa de la decisi¨®n brit¨¢nica de ?consolidar? su llamada ?regi¨®n econ¨®mica? en Rockhall, que Islandia considera exclusiva y que la OTAN se comprometi¨® a garantizarle. El se?or Callaghan teme que cualquier transigencia en este punto desate en Westminster una interpelaci¨®n de los ?tories?, que se han erigido en campeones de las ?aguas brit¨¢nicas?, y que adem¨¢s representan no s¨®lo los intereses directos de las principales empresas pesqueras del Reino Unido sino tambi¨¦n, indirectamente, los de miles de marinos y pescadores de varios distritos hoy en el poder, de los laboristas. Con un solo esca?o de mayor¨ªa en el Parlamento, el se?or Callaghan no puede permitir que la chispa de la disputa con Islandia provoque un incendio en los Comunes. Su t¨¢ctica consiste, pues, en trasladar las negociaciones con Islandia del ¨¢mbito nacional al internacional, es decir, en darle a un diferendo hasta hoy bilateral un car¨¢cter multilateral, con la CEE, incluida Francia, en medio.

Con el prop¨®sito de impedir que la rencilla angloislandesa se trasforme en m¨¢s dividendos estrat¨¦gicos para la Uni¨®n Sovi¨¦tica, la OTAN consigui¨® la semana pasada introducir a Noruega en el cuadro global de esta mara?a pesquera en el norte. Oslo, que concluy¨® este a?o un acuerdo de pesca con Mosc¨², quiere ahora para llevarlo adelante que la URSS le reconozca derechos, mediante otro tratado, sobre 155.000 kil¨®metros cuadrados de la plataforma continental del mar de Barentz. La nueva exigencia, planteada en forma totalmente imprevista por Oslo, puede aplazar indefinidamente -as¨ª lo sugiri¨® la agencia Tass el martes 9- la anunciada visita del se?or Gromyco a Noruega, durante la cual Mosc¨² pensaba ratificar el convenio pesquero. En la OTAN existe el convencimiento de que este ?impasse?, que toca de lleno intereses econ¨®micos y militares sovi¨¦ticos, inducir¨¢ a la URSS, a sofrenar a los comunistas islandeses, cuya campa?a nacionalista de cara a Gran Breta?a constituye una de las razones fundamentales de la intransigencia de Reykjavik.