Jugadores, m¨¦dicos y mentalidad
En este pa¨ªs, donde tantas cosas sorprenden, existen tambi¨¦n parcelas casi sagradas. En el deporte, y m¨¢s concretamente en f¨²tbol, sucede como es l¨®gico, lo mismo.La medicina deportiva es algo en realidad nuevo en nuestro paranoma y m¨¢s a¨²n los preparadores f¨ªsicos. Al referirse esta vez s¨®lo a los galenos, Los primeros que empezaron a entrar en el deporte -por aquello de que s¨®lo ellos pod¨ªan pagarles- fueron los dedicados al f¨²tbol. Los clubs, tan dados en plan ejecutivo a que los problemas se solucionaran a base de un plumazo y unos buenos dividendos, creyeron as¨ª solucionar en principio, el mal rendimiento f¨ªsico de sus jugadores. Llegaba la panacea muscular.
Sin embargo, el m¨¦dico, como todos los humanos, no hizo ni hace ni har¨¢ milagros. Precisamente ahora, y s¨®lo ahora, con la aparici¨®n de los preparadores f¨ªsicos capacitados, han tenido la mejor ayuda. Todav¨ªa se recuerda hace unos a?os aquella famosa racha de tirones musculares en los jugadores de un club importante, ante los que el m¨¦dico se sent¨ªa l¨®gicamente impotente. ?Era su culpa? No, desde luego. Lo mismo que en la vida normal un m¨¦dico s¨®lo puede curar seg¨²n unos s¨ªntomas, no puede prevenir un tir¨®n por una mala preparaci¨®n o porque el jugador se crea en unas condiciones f¨ªsicas buenas, pero a la postre falsas.
El domingo pasado en Sevilla, el atl¨¦tico Cap¨®n tuvo que retirarse del campo a los siete minutos porque no forzaba ante el temor de una lesi¨®n. Minutos antes, tras responder a las pruebas f¨ªsicas previas, hab¨ªa dicho que s¨ª estaba en condiciones de jugar. El m¨¦dico no puede estar en la mente del jugador. Pirri, en Brujas, tal vez hubiera salido a jugar. Pero psicol¨®gicamente se dio cuenta que no estaba preparado. El propio jugador, como cualquier enfermo, debe ayudar al m¨¦dico y no dejarle a veces en fuera de juego. Para eso est¨¢n otros defensa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.