Homenaje a Mar¨ªa Casares
Ofrecido por sectores del arte y la cultura
?Un 20 de noviembre supe que, quiz¨¢ y poco a poco, las puertas de Espa?a iban, por fin, a abrirse para los de fuera y para los de dentro.? Esto dijo Mar¨ªa Casares, profundamente emocionada y usando el dulce acento gallego -que a¨²n conserva, tras cuarenta a?os de ausencia- en el homenaje que le rindieron los sectores madrile?os del arte y la cultura.
Jos¨¦ Tamayo, Nuria Espert, Terenci Moix, Ana Ventura, Juan Antonio Bardem, los actores de los teatros Bellas Artes y Eslava y los de El adefesio, el Movimiento Democr¨¢tico de Mujeres y el comit¨¦ central del Partido Comunista -representado en el acto por los se?ores Ruiz y Triana- se adhirieron mediante telegrama, en la mayor¨ªa de los cuales se ped¨ªa el pronto regreso de ?hasta el ¨²ltimo de los exiliados?.El director teatral Jos¨¦ Luis Alonso dijo, por su parte, que durante muchos a?os para los espa?oles que consegu¨ªan llegar hasta Par¨ªs ver a Mar¨ªa Casares ?era como hacer un pinito democr¨¢tico; como ir a visitar a la Virgen de Lourdes, aunque al rev¨¦s?. ?Qu¨¦date con nosotros -le pidi¨®- a trabajar, a sufrir, a gozar, a vivir los momentos que se avecinan en esta Espa?a sorprendente, ¨¢spera, carpetovet¨®nica y de las Jons, aunque cada vez menos?, porque, al fin y al cabo, ?si vuelves a Par¨ªs, Giscard viene a ser un L¨®pez Rod¨® a la francesa, que en cuanto te descuides, sentar¨¢ un pobre a su mesa?.
Lauro Olmo Monle¨®n -?Mar¨ªa est¨¢ entre su gente: es nuestra actriz?- y Jos¨¦ Carlos Plaza, en nombre de los grupos de teatro independientes -?No tengamos desconfianza: todos juntos encontraremos la libertad?- cerraron el turno de intervenciones.
Mar¨ªa Casares finalizar¨ªa diciendo que deseaba con toda su alma una Espa?a clara, abierta, fecunda y libre, en la que todos los espa?oles puedan ir, venir, reunirse y pensar sin pedir permiso, con toda libertad, sin temor y sin miedo a reacciones siniestras? y recit¨® Las nuevas coplas de Juan Panadero contra los quemadores de libros, remitidas desde Roma por Rafael Alberti -cuyo nombre fue coreado por los presentes- y dedicadas a Enrique Lagunero, propietario de la Librer¨ªa Alberti, recientemente incendiada por un comando fascista.
Cuando termine las representaciones de El adefesio, de Alberti, en el teatro Reina Victoria, Mar¨ªa Casares tiene que cumplir un contrato. firmado con anterioridad a su regreso a Espa?a, para hacer una temporada teatral en Bruselas.
Babelia
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