Amenaza de huelga minera en Gran Breta?a
El cuarto de mill¨®n de mineros que hay en Gran Breta?a podr¨ªan declararse en huelga el mes que viene si la empresa nacional que los emplea no ?considera seriamente? sus reivindicaciones sobre una m¨¢s pronta edad de retiro.
El ejecutivo del sindicato de mineros quiere que todos sus miembros puedan retirarse a los sesenta a?os, mientras que la empresa nacional del carb¨®n sugiere que la edad tope sea la de 62, y que esa medida afecte tan s¨®lo a los que trabajen en el interior de la mina y lleven en esa situaci¨®n al menos veinticinco a?os. Actualmente la edad de retiro est¨¢ fijada en los 65 a?os.
Es tradicional que una recomendaci¨®n de huelga hecha por el ejecutivo sindical minero sea aceptada por la base. A¨²n no se conoce qu¨¦ forma podr¨ªa tomar la huelga con la que se amenaza, pero ya se tiene experiencia de cu¨¢les son las consecuencias pol¨ªticas y econ¨®micas de una acci¨®n de este calibre. Ser¨ªa, en primer lugar, un desaf¨ªo notable al Gobierno laborista, que entre sus logros cuenta el de haber mantenido en sus dos a?os y medio de mandato una paz industrial sin precedentes, superior a la que se respira en otros pa¨ªses occidentales.
Por otro lado, aunque las causas de la amenaza son distintas, la acci¨®n industrial de los mineros recordar¨ªa la crisis que acab¨® en 1974 con el Gobierno conservador de Edward Heath. En aquella ocasi¨®n, la reticencia de los mineros a aceptar la pol¨ªtica salarial de la Administraci¨®n llev¨® al pa¨ªs, tambi¨¦n en invierno, a la semana laboral de tres d¨ªas y a una falta de recursos energ¨¦ticos realmente dram¨¢tica.
La capacidad negociadora de los laboristas es, en este terreno, muy superior a la de los conservadores. Las concesiones que piden los mineros son ?razonables?, seg¨²n dijo el primer ministro Callaghan hace un mes, antes de que la empresa nacional del carb¨®n se negara a aceptar las reivindicaciones sobre el retiro. Se piensa que al final se impondr¨¢ el punto de vista de Callaghan y la negociaci¨®n podr¨ªa llevarse a efecto sin consecuencias desastrosas para el Gobierno.
Una de las razones que har¨¢n que Callaghan impulse a los mineros y a sus empresarios a salvar el desacuerdo es la presencia en Gran Breta?a del equipo del Fondo Monetario Internacional (FMI), que estudia las posibilidades de concederle al Reino Unido un pr¨¦stamo de 4.000 millones de d¨®lares. En el ambiente de una posible huelga minera, es dif¨ªcil que el FMI considere demasiado favorablemente una solicitud de este tipo. El Fondo no s¨®lo quiere en Gran Breta?a que se recorte sustancialmente el gasto p¨²blico, sino que se aumente la productividad, y que el contrato social que une a los sindicalistas y al Gobierno se mantenga por encima de todo, para que la inflaci¨®n baje de nivel. En Londres se ha dicho que el resultado de las investigaciones del FMI sobre las condiciones econ¨®micas de Gran Breta?a podr¨ªan conocerse a principios de diciembre
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