De inserci¨®n obligatoria

LOS COMUNICADOS gubernativos de publicaci¨®n forzosa no son, en las democracias, el sistema m¨¢s popular al uso entre los Gobiernos. M¨¢s bien habr¨ªa que decir que el procedimiento est¨¢ desacreditado por completo. En los reg¨ªmenes totalitarios, por el contrario, el comunicado oficial y la consigna siguen siendo h¨¢bito inveterado, porque all¨ª la realidad no admite contraste ni investigaci¨®n: los hechos son sustituidos por la propaganda.En la Espa?a del siglo XX hemos padecido diversos sistemas de control y dirigismo, desde, las pintorescas "notas oficiales? del directorio de Primo de Rivera, hasta las editoriales de obligada inserci¨®n que redactaran los responsables de la propaganda del Partido Unico, en tiempos de los se?ores Cerro Corrochano y Aparicio.

Ahora, que cre¨ªamos superados esos tiempos, nos encontramos con la reaparici¨®n del mal h¨¢bito totalitario: el Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia pretende hacer frente a la huelga de 80.000 maestros con una farragosa e interesante nota oficial de inserci¨®n obligada.

Cuando la sociedad se enfrenta con un contencioso de esa envergadura, es obligado someter la materia a undebate p¨²blico para analizar en profundida los an¨¢lisis de la situaci¨®n y sus posibles soluciones. Esto al menos es lo que sehace en los pa¨ªses democr¨¢ticos, a los que Espa?a trata ahora de incorporarse.

Sin embargo, seg¨²n un obsoleto y todav¨ªa vigente texto legal, los peri¨®dicos est¨¢n obligados a insertar cuantos comunicados les remita la Administraci¨®n ?rectificando o aclarando. informaci¨®n publicada sobre actos propios de su competencia o funci¨®n?.

La ambig¨¹edad de este texto puede amparar deformaciones de la realidad, que en los pa¨ªses, con libertades se evitan gracias a la concurrencia entre los distintos medios de informaci¨®n. Porque, en definitiva, los hechos son incontrovertibles. No hay Gobierno que deje de imponer su versi¨®n en: un debate p¨²blico s¨ª los hechos le dan la raz¨®n. Ning¨²n peri¨®dico que se precie de tal se negar¨¢ nunca a publicar la versi¨®n oficial de los hechos.

Un peri¨®dico es un medio de informaci¨®n, no una colecci¨®n de notas y contra-notas. Ni en ning¨²n lugar est¨¢ escrito que haya que aceptar que los redactores de los ministerios sean m¨¢s ponderados, objetivos y fiables que los de los diarios.

En p¨¢gina 22 insertamos, ¨ªntegra, por obligatoriedad legal, la nota oficial del Departamento.