La abstenci¨®n es normal en un refer¨¦ndum sin garant¨ªas
?Si el refer¨¦ndum se lleva a efecto sin las suficientes garant¨ªas, si existe coacci¨®n o falta de libertad, si no se aprecia suficiente seriedad e imparcialidad, no puede existir el deber de votar. Lo normal en tal caso es la abstenci¨®n para no cooperar a una hip¨®crita comedia, que de seguir adelante comprometer¨ªa gravemente la iniciaci¨®n del proceso democr¨¢tico que todos anhelamos?, dice el Episcopado espa?ol a trav¨¦s de una nota hecha p¨²blica por el secretariado de la Comisi¨®n Episcopal de Apostolado Social.
La nota bajo el t¨ªtulo Ante un pr¨®ximo refer¨¦ndum pretende ?contribuir a una seria iluminaci¨®n de las realidades sociopol¨ªticas que, de una forma especial, viviremos en este periodo de tiempo y dar elementos de juicio para una valoraci¨®n de las distintas posturas?.?El largo tiempo transcurrido sin que hayamos podido ejercitar nuestros derechos c¨ªvicopol¨ªticos -comienza dici¨¦ndo la nota- es raz¨®n para que nos hallemos desentrenados, por lo que se hace necesario un esfuerzo para documentarnos y reflexionar en grupo, que nos ayude a obrar responsablemente.?
Explica qu¨¦ es un refer¨¦ndum y su inferencia con un plebiscito, y a?ade que el prop¨®sito del pr¨®ximo refer¨¦ndum es ?iniciar, no concluir un proceso de democratizaci¨®n despu¨¦s de largos a?os en los que el pueblo, lejos de ser protagonista, ha sido el gran ausente de la vida p¨²blica?,
Sigue diciendo que ?el refer¨¦ndum, si se lleva a cabo con las debidas garant¨ªas constitucionales, es decir, con libertad para formarse una opini¨®n personal a trav¨¦s de la necesaria cr¨ªtica libremente expresada, es considerado como un acto de democracia directa?. ?No obstante, hay que decir tambi¨¦n -a?ade- que si no existe la posibilidad de discusi¨®n y debate p¨²blico, limit¨¢ndose cada persona en concreto a responder s¨ª o no, entonces se pierde una oportunidad de avanzar en madurez pol¨ªtica, aparte de que siempre ser¨¢ cuestionable la validez del refer¨¦ndum.?
Tras explicar la autoridad p¨²blica como un derecho p¨²blico basado en el consentimiento popular por el que se realiza una transferencia de poder a unas personas, afirma que no debemos entender ?que el refer¨¦ndum al que se nos convoca es promovido por un sistema de democracia indirecta o representativa, ya que sobradamente sabemos que nos hallamos todav¨ªa legalmente en el marco de un sistema que se ha dado en llamar democracia org¨¢nica y que, en la pr¨¢ctica, es tanto como decir que la democracia ha brillado, por su ausencia?.
Condiciones m¨ªnimas
Pasa a continuaci¨®n a se?alar las condiciones m¨ªnimas para que un refer¨¦ndum sea considerado como aut¨¦ntico, indicando que:
- Se ha de fundar en la libertad de cuantos han de tomar parte en el mismo. Las diversas opiniones en pro o en contra han de tener la misma libertad y oportunidades de expresarsus puntos de v¨ªsta a trav¨¦s de todos los medios de comunicaci¨®n social. ?Tal posibilidad -se afirma- no se dio en el anterior refer¨¦ndum, de ah¨ª su falta de validez y de ah¨ª tambi¨¦n que ahora hayamos de ser pol¨ªticamente exigentes en este punto.?
- Se ha de eliminar toda coacci¨®n en un sentido o en otro. El electorado no debe estar presionado ni por el temor de sufrir sanciones ni por el aliciente de recibir recompensas, ni por falta de informaci¨®n.
Es imprescindible que exista un control imparcial de las urnas y del recuento de: los votos -en ellas depositados.
- Es necesario que el refer¨¦ndum sea transparente y no oscuro o equ¨ªvoco, de suerte que los electores tengan conciencia clara de lo que van a votar.
Tras esta exposici¨®n se se?ala: que si se cumplen estas condiciones es l¨®gico que el ciudadano ejerza su derecho de 'votar'. ?Por el contrario -a?ade-, si el refer¨¦ndum se lleva a efecto sin las suficientes garjnt¨ªas, si existe coacci¨®n o falta de libertad, si no se aprecia suficiente seriedad e imparcialidad, entonces no puede existir tal derecho o deber, pues lo que se hallar¨ªa en entredicho es la-misma autenticidad de la consulta popular.?.
?No obstante -sigue diciendo-, por mucha libertad que hubiera para el debate p¨²blico y la propaganda de los grupos, no hay que olvidar que en las actuales circunstancias, despu¨¦s de cuarenta a?os de decir s¨ª al poder por temor a las consecuencias del no, ser¨¢ muy dif¨ªcil conseguir que los votantes no se dejen llevar por la inercia o por factores ajenos a su propia responsabilidad personal.? Finalmente se?ala que votar s¨ª o no significa reconocer la legitimidad del poder que propone el refer¨¦ndum, y que la abstenci¨®n activa puede estar motivada porque a) no se reconoce la, legitimidad de quien propone, el refer¨¦ndum; b) porque s¨¦ estima que no se dan, las condiciones de libertad indispensables para una votaci¨®n democr¨¢tica, y c) porque la pregunta es oscura o equ¨ªvoca.
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