El c¨¢ncer de los neur¨®ticos
En un reciente informe de la OMS se afirmaba que pocas actividades anticancerosas podr¨ªan salvar tantas vidas humanas o evitar tantos sufrimientos como la educaci¨®n orientada a la difusi¨®n de pr¨¢cticas preventivas, a la detecci¨®n precoz del c¨¢ncer de los pacientes.Entre las connotaciones psicol¨®gicas del c¨¢ncer destacar las conocidas reacciones negativas de aquellos sujetos hipocondr¨ªacos que amargan si existencia y la de sus familiares pensando que padecen o van a padecer una tumoraci¨®n maligna, o la de aquellos que tiener que acudir al m¨¦dico de una manera compulsiva en cuanto se enteran que ha muerto o ha sido operado alg¨²n conocido a consecuencia de la misma. Sin duda, el pron¨®stico sombr¨ªo del c¨¢ncer influye en la elecci¨®n de esta enfermedad para alimentar ideas neur¨®ticas.
El caso es diferente en aquellas mujeres, sobre todo solteras, a las que un pseudopudor les impide acudir a un centro de detecci¨®n precoz del c¨¢ncer de mama o genital. En este caso, si existiese una educaci¨®n sanitaria encaminada a considerar el examen m¨¦dico, de una manera natural, despoj¨¢ndole de ideas ¨¦tico-sociales caducas y ?o?as, se salvar¨ªan muchas mujeres que llegan tarde a las manos del cirujano. En este sentido se ha trabajado mucho y bien en numerosos pa¨ªses, habi¨¦ndose empleado todos los medios de comunicaci¨®n de masas, incluida la difusi¨®n de pel¨ªculas por televisi¨®n sobre t¨¦cnicas de autoexamen de los pechos.
Todo sujeto de m¨¢s de cuarenta a?os que presente una depresi¨®n sin antecedentes psicopat¨®logicos personales ni motivos actuales que la justifiquen (por ejemplo, una desgracia familiar) debe tener en cuenta que la misma puede ser el primer s¨ªntoma que anuncie el desarrollo de un c¨¢ncer o accidente vascular. A este hecho se conoce con el t¨¦rmino de depresi¨®n premonitoria, descrita por Rof Carballo hace ya bastantes a?os.
Si el que acaba de leer el p¨¢rrafo anterior se angustia lo suficiente como para obligarle a consultar apremiadamente a un m¨¦dico por miedo a padecer c¨¢ncer, antes de hacerlo debiera analizarse, pues tiene muchas probabilidades de que sus temores sean infundados o sean neur¨®ticos.
En algunas ocasiones es m¨¢s f¨¢cil y c¨®modo quejarse y lamentarse de una manera neur¨®tica que afrontar directamente los propios problemas.
Gracias a la gran sensibilidad del psiquismo en esta enfermedad, hoy d¨ªa se utilizan los test proyectivos para el diagn¨®stico precoz de los tumores malignos, sobre todo de aquellos localizados en el sistema nervioso central, ya que en algunos casos de estos, los tests psicol¨®gicos son m¨¢s sensibles que las exploraciones neurol¨®gicas m¨¢s sofisticadas.
En otro orden de ideas, ya desde las primeras ¨¦pocas de la medicina psicosom¨¢tica aparecieron trabajos, que m¨¢s tarde fueron confirmados por m¨²ltiples autores, que permiten afirmar que uno de los m¨²ltiples factores que condicionan la aparici¨®n de algunos c¨¢nceres puede ser la separaci¨®n de un objeto o persona clave (en t¨¦rminos psicoanal¨ªticos, p¨¦rdida de objeto),con la depresi¨®n consiguiente. Sea por este motivo o por otro cualquiera, la depresi¨®n puede jugar un papel importante en la etiolog¨ªa de algunos c¨¢nceres. La alegr¨ªa de vivir se convierte de este modo en una de las medidas m¨¢s eficaces en la prevenci¨®n cancerosa.
La ayuda psicoter¨¢pica al enfermo canceroso, importante por el pron¨®stico, se agiganta en aquellos pa¨ªses en los que al considerar al enfermo como un adulto, es obligatorio comunicarle el diagn¨®stico. Si se requiere tacto terap¨¦utico para elegir el momento y la manera de dec¨ªrselo, la preparaci¨®n psicoterap¨¦utica del m¨¦dico se pone a prueba en la tarea de ayudar al enfermo a sumir y elaborar los sentimientos relativos a su muerte en un plazo determinado, en los casos en que ¨¦sta sea inevitable. Aqu¨ª el m¨¦dico adquiere toda su dimensi¨®n humana.
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