Sean Combs es acusado por dos mujeres de haberlas violado en la Torre Trump de Nueva York
Las dos j¨®venes, que permanecen en el anonimato, afirman en sus demandas que acudieron a una fiesta en un club y despu¨¦s el rapero conocido como Puff Daddy las oblig¨® a acudir al hotel neoyorquino, donde abus¨® de ellas
Las demandas contra el m¨²sico y empresario Sean Combs, conocido como Puff Daddy o Diddy, siguen cayendo en un goteo incesante. A la espera de un juicio que tendr¨¢ lugar el 5 de mayo en Nueva York y despu¨¦s de alrededor de 150 demandas, ahora dos mujeres han acusado al rapero de violarlas en el hotel situado en la Torre Trump de Nueva York, a las que las llev¨® para cometer el delito.
Las demandas se han conocido en la tarde de este martes. En la primera de ellas, una mujer que ha mantenido el anonimato (se hace llamar por el gen¨¦rico Jane Doe) ha explicado que, a finales de los a?os noventa, acudi¨® a una de las fiestas que organizaba Combs en un conocido club llamado de Nueva York llamado Limelight, que estuvo operativo entre mediados de los ochenta y hasta 2007. Seg¨²n su versi¨®n, en ese club de cinco plantas, las dos ¨²ltimas estaban reservadas para encuentros sexuales y para las fiestas privadas y org¨ªas que montaba Combs. Sin embargo, nada ocurri¨® en Limelight, pero despu¨¦s tanto ella como una amiga fueron obligadas por el rapero y los suyos a acompa?arles hasta una suite en el ¨¢tico de la Torre Trump: ¡°Combs dej¨® claro que no ten¨ªamos elecci¨®n¡±, se lee en la demanda, que ha publicado en exclusiva el medio TMZ.
La denunciante delata entonces la habitual ristra de horrores que ya han hecho saber tantas otras v¨ªctimas del rapero: que fueron drogadas y obligadas a participar en una sesi¨®n de sexo grupal. Tambi¨¦n afirma que el rapero oblig¨® a un empresario nocturno a violarla mientras ¨¦l miraba. Adem¨¢s, esta mujer tambi¨¦n relata otro incidente, ocurrido en 1997, cuando una amiga la anim¨® a ganarse algo de dinero trabajando para Combs en sus fiestas de los Hamptons, al sur de Nueva York, donde posee una mansi¨®n: pod¨ªa ganar 2.000 d¨®lares en un d¨ªa (casi 4.000 de hoy, si se tiene en cuenta la inflaci¨®n) solo por servir bebidas. Ella decidi¨® acudir y all¨ª recuerda ¡°ver a Combs completamente desnudo y ser testigo de c¨®mo otro hombre lo sodomizaba¡±. Seg¨²n ha contado, pasaron horas hasta que les permitieron salir de dicho ¨¢tico.
La segunda demandante, tambi¨¦n an¨®nima, parece ser la amiga de la primera, aunque no se especifica en la demanda. Lo parece por los hechos que relata, muy similares: ella y una amiga estaban en una fiesta en Limelight, y Combs y su entorno las obligaron a acudir al hotel de la Torre Trump, al ¨¢tico, donde fueron drogadas y violadas. Esta segunda mujer, adem¨¢s de explicar que se vio obligada a practicar sexo en grupo, describe que fue violada por un guardia de seguridad mientras el m¨²sico observaba la escena.
Las dos demandas las gestiona el abogado tejano Tony Buzbee, que est¨¢ recibiendo las denuncias de centenares de v¨ªctimas de Combs. De hecho, el lunes se conoc¨ªa otra, esta vez de un hombre, tambi¨¦n an¨®nimo, que denunciaba al rapero por acoso sexual en busca de da?os contra sus a?os de padecimiento f¨ªsico y mental. Le acusa de drogarle, dejarle inconsciente y obligarle a practicar sexo oral en 2015 en Los ?ngeles, despu¨¦s de una fiesta y de una actuaci¨®n suya, entonces un aspirante a m¨²sico de 23 a?os. ¡°La conducta descrita en la demanda es sorprendentemente t¨ªpica de c¨®mo el demandado se comport¨® durante a?os. Sean Combs se cre¨ªa por encima de la ley. No lo est¨¢¡±, se lee en el escrito legal.
Sean Combs niega todas las acusaciones. El fundador de Big Boy Records permanece en una prisi¨®n de Brooklyn, Nueva York, a la espera de juicio, aunque con ciertas salidas a los juzgados y, m¨¢s recientemente, al hospital, que tuvo que visitar a finales de enero por fuertes dolores en una rodilla, que sufre habitualmente y tras haber corrido alguna marat¨®n. El pr¨®ximo mayo, si se mantiene la fecha, ser¨¢ juzgado por delitos de tr¨¢fico sexual, asociaci¨®n il¨ªcita y transporte para ejercer la prostituci¨®n, que pueden hacerle pasar el resto de su vida en la c¨¢rcel.
Hace ya m¨¢s de un a?o que Combs lleva siendo denunciado por cientos de hombres y mujeres que dan cuenta de un patr¨®n com¨²n: en muchas ocasiones bajo promesas de mejoras laborales o personales Diddy entabla confianza, amistad o relaciones con ellos, para despu¨¦s intoxicarles a base de drogas o alcohol y abusar de ellos sexualmente, o hacer que su entorno abuse de ellos mientras ¨¦l lo observa o en org¨ªas grupales, a menudo con violencia. La primera en denunciar fue su expareja, la cantante Casandra Ventura, en noviembre de 2023. Cassie, como es conocida art¨ªsticamente, relat¨® un dur¨ªsimo historial de palizas, malos tratos f¨ªsicos y verbales, abusos y violaciones. Aunque retir¨® la denuncia un d¨ªa despu¨¦s, tras llegar a un acuerdo extrajudicial, prendi¨® la chispa para que decenas de personas se atrevieran a alzar la voz contra el todopoderoso Combs, un magnate en los escenarios y tras ellos, con una fortuna de m¨¢s de 700 millones de d¨®lares y enorme influencia.
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