?M¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa!
El convenio nacional de banca privada entra en la fase de m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa. El Gobierno puso cuesta arriba la negociaci¨®n colectiva en los grandes convenios con el decreto de medidas econ¨®micas de? 8 de octubre al limitar los plazos de discusi¨®n. La situaci¨®n de tr¨¢nsito entre el viejo y nuevo sindicalismo constituye el otro elemento, m¨¢s decisivo a¨²n, para acabar de poner dif¨ªcil el tema.Jos¨¦ Mar¨ªa Aguirre Gonzalo, presidente del pr¨ªmer banco del pa¨ªs y de la Uni¨®n Nacional de Empresarios de Bancarecibi¨® ayer, a t¨ªtulo personal, una comisi¨®n de los sindicatos no legales, sin que el encuentro haya constituido un avance para, el convenio. El se?or Aguirre es un veterano empresario que en las ¨¦pocas de la libertad sindical, antes de la guerra civil, supo negociar con los sindicatos en numerosas ocasiones y que, seg¨²n ¨¦l mismo ha se?alado, siempre se entendi¨® bien con ellos.
Los sindicatos no legales amenazan ya con ?ni-ciar las anormalidades el d¨ªa 9. Estas no peiJudican a,nadie m¨¢s que al cliente, ya que la rentabilidad bancaria sigue corriendo.En momentos de tr¨¢nsito de una a otra f¨®rmula sindical parece una incoherencia y un grave error complicar una negociaci¨®n y propiciar un conflicto negando pan y sal a unas organizaciones que tienen una fuerza indudaible, que representan a grupos calificados de trabajadores y que en un breve plazo tendr¨¢n carta de ciudadan¨ªa para actuar libre y legalmente.
En estas condiciones parecer¨ªa l¨®gica una posici¨®n dialogante en el convenio con participaci¨®n de los sindicatos no legales.-En una reciente entrevista entre elpresidente de Banesto y el presidente Su¨¢rezvecinos de despacho (Castellana, 3 uno, y Castellana, 7, el otro),parece que se abord¨® el tema y que la banca ped¨ªa un gesto del Gobierno para"no cumplir estrictamente la legalidad ahora en liquidaci¨®n, aunque legalidad al fin. Empresas p¨²blicas como Renfe no han tenido inconveniente en los ¨²ltimos tiempos para admitir representaciones extraoficiales en sus negociaciones ypor ello, ni el Gobierno ha arremetido ^contra la empresa ni se han sacudido sus cimientos. ?Acaso la banca en pro de una negociaci¨®n m¨¢s fluida no puede hacer otro tanto y no tratar de afrontar el m¨¢s dfficil todav¨ªa?
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