?Qu¨¦ entienden las derechas por marxismo?
A su modo -que no es el de Marx-, las derechas parecen entender por marxismo cuatro cosas principalmente, Ias cuales, por otro lado, implican ya de entrada una cierta reducci¨®n e identificaci¨®n simplificatoria entre marxismo y ?comunismo?: a saber, lucha (violenta) de clases, dictadura del proletariado, ate¨ªsmo y materialismo. Habr¨ªa un quinto elemento que, precisamente para evitar problemas concretos, se menciona mucho menos: la socializaci¨®n de los medios de producci¨®n.De las cuatro caracter¨ªsticas enlunciadas, puede -creo- decirse que las dos ¨²ltimas (ate¨ªsmo y materialismo) son preferentemente esgrimidas contra el marxismo por la extrema derecha, mientras que las otras dos (lucha de clases y dictadura del proletariado) son de uso m¨¢s habitual en las cr¨ªticas de la derecha moderada liberal. Tanto unas como otras pertenecen -como es obvio- al l¨¦xico y al ?corpus? de la filosofia marxista, que entre otras cosas se reconoce, en efecto, como materialismo hist¨®rico y dial¨¦ctico. Lo que hace la derecha don tales categor¨ªais, sem¨¢nticamente marxistas, es distorsionar su sentido, alterar su rigor metodol¨®gico y entenderlas en definitivo, de modo muy distinto al propuesto por Marx.
Durante cuarenta a?os el r¨¦gimen franquista se ha autodefinido, sin objecciones, como antimarxista y en esa misma l¨ªnea est¨¢n tambi¨¦n, sus actuales herederos, tanto de la extrema derecha (antimarxismo totalitario) como de la derecha moderada (antimarxismo es verdad, m¨¢s liberal, que en ocasiones llega incluso, hasta un m¨¢s neutral no marxismo). Lo decisivo, de todos modos, a estos efectos es que desde luego nada puede hacerse dentro del r¨¦gimen -tampoco intentar transformarlo, dentro de la Iegalidad, hacia un sistema m¨¢s democr¨¢tico- si antes, en y despu¨¦s del parto, no se ha dejado bien claro que todo ello no tiene nada en absoluto que ver con el marxismo. Este -entedindido de ese modo c¨®modo, interesado y simplista- contin¨²a siendo, como vemos, el enemigo total.
Pero -y esto es lo relativamente nuevo en la actual situaci¨®n espa?ola- ya no es s¨®lo la derecha franquista quien, se autodefine como antimarxista. Tambi¨¦n amplios sectores de la derecha y centro de la oposici¨®n (dem¨®cratacristianos liberales e incluso algunos socialdem¨®cratas) est¨¢n poniendo cada vez mayor ¨¦nfasis en su tajante contraposici¨®n con los denominados partidos marxistas. Las actitudes van desde un visceral ?nada con el marxismo? hasta un mucho m¨¢s matizado ?nosotros en oposici¨®n a los marxistas?..., nada de lo cual implica que no se siga pidiendo, con frecuencia de modo simplemente ret¨®rico, la ?transformaci¨®n total de las estructuras econ¨®micas y sociales?.
Nada que, objetar -?al contrario!- a ¨¦sa voluntad de clarificaci¨®n de saber d¨®nde est¨¢ pol¨ªticarnente cada cual y de presentarse cada uno como lo que realmente es, evitando confusiones y, en lo posible, contradictorias actitudes y lenguajes de evidente ambig¨¹edad. Lo que, en cambio, me parece mucho menos coherente y, como tal, mucho m¨¢s criticable es que las derechas liberales, de manera consciente o inconsciente (esa es otra cuesti¨®n; de todo hay), pretendan enmascarar los verdaderos y concretos aspectos que la separan de las izquierdas y, a su vez, intenten capitalizar en su favor la enorme carga emocional de signo totalmente negativo que el r¨¦gimen franquista acumul¨® sobre el t¨¦rmino ?marxismo? durante estos cuarenta a?os. Y algo de esto est¨¢ ocurriendo ¨²ltimamente con excesiva frecuencia. Puede que algunos militantes izquierdistas se sientan, al contrario, reafirmados y reconfortados en su fe, contentos de ser discriminados por marxistas desde la derecha: -pienso, sin embargo, que no es bueno fundar nada sobre la ignorancia y el confusionismo.
Me parece que, en este sentido, estamos autorizados a preguntar a la oposici¨®n liberal (a ella y no a la extrema derecha busca este art¨ªculo como principal interlocutor) de qu¨¦ marxismo habla cuando con tanto inter¨¦s quiere presentarlo como rememoraci¨®n negativa en la ideolog¨ªa de los partidosdos de izquierdas (socialistas, comunistas). Si creen esos que el marxismo es ?un grosero materialismo ateo, negador de todos los valores espirituales del hombre?, ser¨ªa mucho mejor que lo dijeran claramente. Y lo mismo si creen que todos los partidos que se reclaman del marxismo son, o han sido, partidarios de la violencia o de la dictadura (aunque sea del proletariado). Si no es as¨ª, ?a qu¨¦ marxismo se refieren? Creo que las derechas deben abandonar la ideolog¨ªa ermascaradora del antimarxismo y plantear con toda claridad los problemas y soluciones concretas que realmente les separan de las izquierdas. Esa es, me parece, la cuesti¨®n.
Yo no voy a hacer aqu¨ª una s¨ªntesis de lo que debe, entenderse por marxismo, o mejor de lo que -en pluralidad de interpretaciones- de hecho hoy se entiende por tal. S¨®lo quer¨ªa llamar la atenci¨®n sobre los que al nivel de la investigaci¨®n actual cabe considerar, desde esa perspectiva plural, como conceptos centrales de la filosof¨ªa marxista, a fin de que las derechas (y reconozc¨¢moslo, tambi¨¦n las izquierdas) confronten el fundamento de su antimarxismo (o de su adhesi¨®n al marxismo, en el segundo supuesto) con tal pensamiento. Tambi¨¦n el m¨¢s ne no marxismo podr¨ªa, pienso, sacar provecho de esa confrontaci¨®n para fundamentar m¨¢s s¨®lidamente su actitud esc¨¦ptica y de distanciamiento con respecto de las categor¨ªas utilizadas por Marx.
Recordemos a tales efectos los que, por ejemplo, Althusser resume en nuestros d¨ªas como conceptos centrales del marxismo, tanto en su versi¨®n humanista (por ¨¦l criticada) como en su versi¨®n m¨¢s cientificista (por ¨¦l impulsada): ?Las nociones sobre las cuales una interpretaci¨®n humanista del marxismo hace descansar la teor¨ªa marxista son -dice Althusser- las siguientes: hombre, esencia humana, naturaleza humana, alienaci¨®n, trabajo alienado, desalienaci¨®n, apropiaci¨®n de su esencia (de los productos de su trabajo) por el hombre, hombre total, hombre gen¨¦rico, individuo ¨ªntegramente desarrollado, sujeto-objeto, creaci¨®n, creaci¨®n del hombre por el hombre, conciencia moral, libertad, acto, trascendencia, subjetividad, etc.?
Frente a tales categor¨ªas humanistas, ideol¨®gicas para Althusser, contrapone ¨¦I su propia interpretaci¨®n del marxismo. Escribe as¨ª: ?El materialismo hist¨®rico reposa, en efecto, sobre los conceptos te¨®ricos de base siguientes: modo de producci¨®n, infraestructura, fuerzas productivas y relaciones sociales de producci¨®n, supraestructura, derecho, Estado e ideolog¨ªa, clases, lucha de clases, determinaci¨®n en ¨²ltima instancia por la econom¨ªa, desplazamiento de la instancia dominante en el interior de un modo de producci¨®n, combinaci¨®n de varios modos de producci¨®n en una formaci¨®n social, concreta, etc.? Y a?ade: ?El materialismo dial¨¦ctico reposa sobre las categor¨ªas filos¨®ficas de base siguientes: materialismo, o primado de la materia sobre el pensamiento, del objeto real sobre su conocimiento, distinci¨®n del proceso real y del proceso de pensamiento, proceso de producci¨®n del conocimiento, efecto de conocimiento dial¨¦ctico, formas de la dial¨¦ctica, distinci¨®n de la ciencia y de la ideolog¨ªa, distinci¨®n de la ciencia y de la filosof¨ªa, etc¨¦tera.?
Ante uno u otro cuadro de tales categor¨ªas marxistas cabr¨ªa -creo- preguntar: ?a qu¨¦ antimarxismo y qu¨¦ conceptos de la filosof¨ªa marxista aluden las protestas de honorabillidad y de ortodoxia de las derechas espa?olas? ?Van contra el marxismo estructuralista, tambi¨¦n contra el marxismo humanista, contra Althusser, contra Lukacs, contra Gramsci... tienen algo que ver con el aut¨¦ntico pensamiento de Carlos Marx? ?No ser¨¢ que se est¨¢ utilizando la ideolog¨ªa del antimarxismo sin aludir a razones y al alcance del mismo para ocultar -por debajo de esas grandes discrepancias te¨®ricas e ideol¨®gicas- que la ra¨ªz de la oposici¨®n a las izquierdas est¨¢ sobre todo en las diferentes soluciones concretas propuestas a los problemas reales? Dejo planteado el tema. No quiero llegar m¨¢s lejos en este art¨ªculo: no olvido -ahora ante posibles objetantes marxistas- lo que el mismo Althusser ha escrito sobre la teor¨ªa del marxismo en relaci¨®n con la religi¨®n (a pesar de su textual ?el marxismo no es un ate¨ªsmo?) y tambi¨¦n -volvi¨¦ndola a su primigenio y democr¨¢tico sentido- sobre la dictadura del proletariado. Del materialismo y de la violencia ya casi ni vale la pena hablar (si no es muy en serio) en una sociedad tan violenta y tan materialista como es la sociedad capitalista. Reconozco, sin embargo, que todo ello vendr¨ªa a complicar -no a desmentir- lo anteriormente expuesto. No se trata de echarte agua a Marx: a nadie convencer¨ªa ni beneficiar¨ªa. Se trata s¨®lo de no petrificarte dogm¨¢ticamente, de no mitificarle acr¨ªticamente ni en un sentido ni en otro.
Ese necesario nivel de complejidad permitir¨ªa, por otra parte, hasta recuperar para una fruct¨ªfera y clarificadora discusi¨®n las mencionadas categor¨ªas de lucha de clases, dictadura del proletariado, ate¨ªsmo y materialismo, a que la derecha en sus cr¨ªticas se siente m¨¢s atra¨ªda. De todos modos, esto me parece, indudable y provechoso, tal recuperaci¨®n implica ya situar todas esas categor¨ªas marxistas en una nueva y m¨¢s profunda dimensi¨®n. Me temo que la compleja situaci¨®n espa?ola actual (por si faltaba poco) va a obligarnos a todos, derechas e izquierdas, a leer o releer a Marx con algo m¨¢s de calma y a reflexionar sobre su pensamiento con mucha m¨¢s libertad.
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