El Burgos, con mas juego y suerte que el Atl¨¦tico
Marcel Domingo y Juanito hicieron realidad sus deseos revanchistas. El Burgos mont¨® un partido t¨¢cticamente intachable, desconcert¨® al Atl¨¦tico y gan¨® con toda justicia por su mejor juego y su tambi¨¦n mejor suerte. El Atl¨¦tico fue incapaz de encontrar f¨®rmulas apropiadas para este partido, y su desconcierto fue a m¨¢s a medida que transcurr¨ªa el partido.Dos factores determinaron la amplia victoria del Burgos en el Manzanares: su mejor f¨²tbol y su mejor suerte. Marcel Domingo plante¨® un partido de contenci¨®n que no fue exactamente un cerrojo. El Burgos fren¨® al Atl¨¦tico en el centro del campo, donde ahog¨® su construcci¨®n de juego con marcajes directos de Navajas a Alberto, de Kresic a Heredia y de Garrido a Leal. Los tres burgaleses citados hicieron un partido de enorme sacrificio, con acoso directo sobre sus rivales y con capacidad, en los casos de Kresic y Garrido, para desdoblarse en funciones de contraataque.
Frenado en la media, el Atl¨¦tico no ve¨ªa forma de romper a jugar, porque, adem¨¢s, sus hombres punta no estaban en condiciones de ofrecer acciones individuales brillantes. Ayala, que volv¨ªa a jugar en punta, parece haber perdido ya el h¨¢bito, tras sus muchos partidos como centrocampista. Bezerra no se mostraba afinado e hizo pensar que su reaparici¨®n era un error de: Luis, especialmente si recordamos que en la banda quedaba Aguilar, y Rub¨¦n Cano ya es sabido que sirve para rematar, no para crear juego.
As¨ª, el Atl¨¦tico, aunque presionaba territorialmente, no mandaba en el juego de una forma verdadera. Su f¨²tbol no pasaba del
Marcel Domingo y Juanito tuvieron su tarde feliz
bombeo de balones y la defensa del Burgos se cerraba con seguridad. Los intentos de apoyo de los laterales a las acciones de ataque ofrec¨ªan el peligro de dejar solos a los delanteros burgaleses. Juanito, con alguna galopada, puso a los aficionados en vilo en alguna ocasi¨®n ya en el primer tiempo, como anticipo de lo que ten¨ªa reservado para la segunda mitad, en la que rompi¨® varias veces la defensa atl¨¦tica.Con todo, el Atl¨¦tico, a fuerza de llegar al ¨¢rea, tuvo alguna que otra ocasi¨®n de marcar. De haberlo conseguido quiz¨¢ todo, habr¨ªa cambiado. Pero no lo logr¨®, lleg¨® al descanso sin goles que obligaran al Burgos a cambiar su forma de juego y, a poco comenzada la segunda mitad, encaj¨® uno, obra de Viteri, tras jugada de Juanito y con la colaboraci¨®n de Reina, que facilit¨® las cosas con una salida descabellada. Luis, inmediatamente, replante¨® las cosas e hizo adelantar¨¢ Pereira, con libertad para buscar posiciones de ataque, en tanto que retrasaba a Heredia en funci¨®n de l¨ªbero. Katic baj¨® a marcar al negro, y el Burgos, una vez retirado Heredia del centro del campo, se ve¨ªa en superioridad num¨¦rica, porque Kresic quedaba sin par. El Atl¨¦tico se encontraba obligado, pese a tener enfrente a s¨®lo dos delanteros, Juanito y Viteri, a mantener a Cap¨®n, Eusebio, Heredia y Panadero en la defensa, porque el h¨¢bil juego del ex atl¨¦tico casi bastaba para ponerles en graves apuros, y porque Kresic y Garrido., con sacrificio y fondo impresionantes, aparec¨ªan en misiones de de ataque con frecuencia.
Por eso no fue de extra?ar que el Burgos fuese a m¨¢s y el Atl¨¦tico a menos. Por eso no fue tampoco de extra?ar que una gran galopada de Juanito valiera el segundo gol para su equipo, en precioso cabezazo de Kresic. Y a partir de ah¨ª el encuentro quedaba definido. El Atl¨¦tico enloqueci¨® completamente, cada cual quiso resolverlo todo por s¨ª mismo y Luis, con sus gritos desde el banquillo y con sus cambios no pudo resolver nada. El Burgos, tranquilo y cada vez m¨¢s, inspirado, adquiri¨® aires de gran, equipo, alcanz¨® un tercer gol y a punto estuvo de conseguir otro m¨¢s.
Al final, aplausos de la afici¨®n atl¨¦tica a Marcel Domingo, que bien merecidos los ten¨ªa, pero que no deben interpretarle como un reproche a Luis. Al t¨¦cnico rojiblanco s¨®lo se le puede, reprochar quiz¨¢ la alineaci¨®n de Bezerra. Por lo dem¨¢s, s¨®lo cabe decir que a su equipo. le falt¨® suerte e inspiraci¨®n en sus hombres. Y tambi¨¦n hay que tener en cuenta que Luis no contaba para este partido con Leivinha... ni con Juanito, el mejor delantero con mucho, que hubo sobre el campo.
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