Ante la pr¨®xima subida del precio del petr¨®leo
Dentro de unos d¨ªas, el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, los ministros de los pa¨ªses exportadores de petr¨®leo se reunir¨¢n en Qatar para decidir un nuevo precio del petr¨®leo. Salvo que las presiones norteamericanas de ¨²ltima hora para aplazar la conferencia tengan ¨¦xito, el d¨ªa 15 se conocer¨¢ cu¨¢l es la subida en el precio del ?oro negro?.
Sobre su cuant¨ªa, los propios pa¨ªses de la OPEP han disputado tenazmente. Los m¨¢s beligerantes, que suelen ser los m¨¢s necesitados, proponen aumentos que van del quince al 40%: los m¨¢s moderados, que coinciden con los m¨¢s proamericanos, se limitan a preconizar incrementos entre el 7 y el 10%. Pero, seg¨²n todos ellos, desde la ¨²ltima subida del precio de crudo, el incremento del coste de los productos que importan ha sido del 25%, residiendo su principal causa en la incapacidad de los pa¨ªses industrializados para dominar la inflaci¨®n. Estos ¨²ltimos replican, a su vez, con cifras seg¨²n las cuales sus precios de exportaci¨®n han aumentado solamente entre un tres y un 7%.
Como agua pasada no mueve molino, EEUU ha lanzado una campa?a destinada a convencer al resto del mundo de las catastr¨®ficas consecuencias que podr¨ªa tener un alza injustificada del precio del petr¨®leo. Seg¨²n estudios probablemente solventes, una subida superior al 10% podr¨ªa originar un estancamiento en la econom¨ªa mundial, incrementar el paro, y elevar el nivel medio de precios de los pa¨ªses de la OCDE alrededor de un 1.5% adicional.
Deseosos de ganarse aliados, los diplom¨¢ticos occidentales han estado sugiriendo que las principales victimas ser¨ªan los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, muchos de los cuales resultar¨ªan materialmente incapaces de financiar sus importaciones de petr¨®leo. Aun cuando este argumento haya encontrado un eco inesperado en la voz de Fidel Castro y es muy real, aparece te?ido por un cierto matiz de hipocres¨ªa. El desinter¨¦s que las grandes potencias econ¨®micas han mostrado en la conferencia de Par¨ªs sobre materias primas no es un aval de su preocupaci¨®n por la suerte de los d¨¦biles, como tampoco lo es los saneados beneficios que obtendr¨¢n las compa?¨ªas petrol¨ªferas. A ello se a?ade la ausencia casi total de medidas destinadas a ahorrar energ¨ªa reforzando la sospecha de algunos pa¨ªses productores, para quienes el Occidente industrializado s¨®lo desea mantener el precio del petr¨®leo al nivel despilfarradoramente bajo que rigi¨® entre 1950 y 1973.
Efectos sobre Espa?a
En todo caso, y para su desgracia, Espa?a tendr¨¢ que aceptar las decisiones que se tomen. A t¨ªtulo de ejemplo, una subida del 10% adem¨¢s de incidir negativamente en los precios interiores, empeorar¨¢ las importaciones de 1977 en unos cuatrocientos millones de d¨®lares agravando de esta forma un d¨¦ficit que ronda ya niveles cr¨ªticos. Para mayor desventura, la vulnerabilidad de esa posici¨®n se ha agravado por una pol¨ªtica energ¨¦tica equivocada, como consecuencia de la cual Espa?a ha sido el ¨²nico pa¨ªs industrializado que vio aumentar su demanda de energ¨ªa entre l973 y 1975.
La causa de este contrasentido es f¨¢cilmente identificable. El precio de la energ¨ªa industrial en este pa¨ªs es un 25% m¨¢s bajo que en Europa. Para ello el Estado ha dedicado a subvencionar los combustibles industriales en 1976 unos 32.000 millones de pesetas. Las consecuencias de tal pol¨ªtica son evidentes. Se favorece el crecimiento excesivo de la demanda, se obstaculiza la sustituci¨®n por formas de energ¨ªa m¨¢s econ¨®micas, al tiempo que se fomenta el uso de ciclos de consumo con elevado porcentaje de desperdicio de energ¨ªa primaria utilizada.
En resumen, la inevitable subida del precio del petr¨®leo repercutir¨¢ desfavorablemente en la econom¨ªa espa?ola. El Gobierno tiene la responsabilidad de entenderlo as¨ª y la obligaci¨®n de poner en pr¨¢ctica un plan serio que, empezando el pr¨®ximo a?o, comprenda tres puntos fundamentales: a) implantaci¨®n de una pol¨ªtica de precios realista, con desaparici¨®n de subvenciones: b) aceleraci¨®n de las prospecciones petrol¨ªferas iniciadas: y c) reorganizaci¨®n de la confusa estructura de la industria petrolera espa?ola con revisi¨®n a fondo del sistema de adquisici¨®n de crudos.
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