Schmidt rectifica una medida de austeridad econ¨®mica
Entre el mi¨¦rcoles 8 y el jueves 9, la prensa alemana destac¨® con grandes titulares las noticias que trascendieron sobre las negociaciones entre socialdem¨®cratas y liberales sobre uno de los cap¨ªtulos m¨¢s complejos de] presupuesto p¨²blico: el de las pensiones y su financiaci¨®n. Seg¨²n esas informaciones, la futura coalici¨®n social-liberal que se constituir¨¢ a mediados de diciembre hab¨ªa decidido a pr¨ªncipios de esta semana posponer el aumento de un 9.9 % para once millones de pensionistas, del 1 de julio de 1977 a comienzos de 1978. Este aplazamiento desgravar¨ªa a las cajas de pensiones en unos 3.000 millones de marcos (unos 90.000 millones de pesetas). Pero las criticas de su propio partido obligaron a Schrnidt a rectificar la medida.Algunos diputados socialdem¨®cratas, lo mismo que muchos liberales, indicaron abiertamente que la decisi¨®n que hab¨ªa tomado, supuestamente, la comisi¨®n negociadora social-liberal representaba un claro enga?o al electorado. ya que durante la campa?a electoral. tanto los socialdem¨®cratas como los liberales prometieron solemnemente que no postergar¨ªan a las clases pasivas y que, por el contrario. har¨ªan todo lo posible con el fin de mejorar la situaci¨®n econ¨®mica de los once millones de beneficiarios de rentas. El problema de la financiaci¨®n futura de las pensiones se ha convertido de la noche a la ma?ana en una verdadera prueba de fuego para Helmut Schmidt. Hans-Dietrich Genscher y dos ministros clave en el de Finanzas. Hans Apel, y el de Trabajo, Walther Arendt. El ministro de F¨ªnanzas hab¨ªa se?alado que las cajas de pensiones de la Rep¨²blica Federal se encontraban en una situaci¨®n deficitaria y que de no implantarse medidas dr¨¢sticas de saneamiento ser¨ªa imposible mantener la progresi¨®n d i n¨¢mica (6-8 %) de las rentas de acuerdo con los principios vigentes, es decir, en consonancia con los ingresos brutos de la poblaci¨®n. El ministro federal del Trabajo, por su parte, afirm¨® en su d¨ªa que la situaci¨®n de las cajas no era tan aciaga como apuntaban el Ministerio de Hacienda y algunos sectores de la oposici¨®n. El Gobierno respet¨® el criterio de Arendt, prometiendo en consecuencia el aumento de las pensiones para el 1 deju? ?o de 1977.
Pero Helmut Schmidt ten¨ªa que temer por su reelecci¨®n en el Bundestag, el pr¨®ximo d¨ªa 15, de no rectificar esta decisi¨®n. Ahora bien, aun rectific¨¢ndola no ha salido bien parado del envite. Ha cedido a una presi¨®n en sus propias filas, que no presagia nada bueno para su futura gesti¨®n.
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