Contra provocaci¨®n, serenidad
(... ) La respuesta ha de ser, inevitablemente, negativa. Adem¨¢s de que un cierto grado de violencia es el precio del desarrollo pol¨ªtico, hay entre nosotros varias minor¨ªas fan¨¢ticas a las que no les queda m¨¢s recurso que el de la provocativa siembra de la confusi¨®n para detener un proceso de paz y orden civil en la democracia.Todos los partidos y grupos pol¨ªticos, con un m¨ªnimo de representatividad, han condenado en t¨¦rminos inequ¨ªvocos el secuestro del se?or Oriol. Por supuesto, no han faltado quienes han aprovechado la ocasi¨®n para denunciar la presunta pendiente en que nos deslizamos y que obligar¨ªa a un rotundo cambio en la orientaci¨®n del Estado. He aqu¨ª el error. Eso es exactamente lo que pretende el terrorismo con todos sus atentados, que no son de hoy. y tal certeza es la que nos hace acompa?ar al Gobierno en su voluntad de no permitir que la intimidaci¨®n debilite los prop¨®sitos de lograr la convivencia y la uni¨®n de los espa?oles.
12 diciembre
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