El golf debe hacerse popular
Ayer lleg¨® a Madrid Manuel Pi?ero. Con toda la expectaci¨®n de los grandes campeones. Y es que junto con Severiano Ballesteros ha logrado para Espa?a uno de los triunfos m¨¢s resonantes del deporte espa?ol. Nada m¨¢s llegar lo primero que hizo fue regalar un reloj a su novia, que trabaja . en una peluquer¨ªa de Pozuelo y a quien conoci¨® en un baile.
Es realmente dif¨ªcil de creer que dos espa?oles, dos de esas cuatrocientas licencias de golf que existen en Espa?a, ganaran la Copa del Mundo a dos norteamericanos, dos de esos veinticinco millones de licencias que existen en Estados Unidos y en su propia casa. Pi?ero suple su poca constituci¨®n f¨ªsica con unas ansias increibles de superaci¨®n. No le gusta perder, siempre va m¨¢s all¨¢ de sus posibilidades y eso le ha hecho lograr ¨¦xitos dif¨ªciles de imaginar para un muchacho que naci¨® hace veinticuatro a?os en Puebla de la Calza da, en la provincia de Badajoz.Se form¨® en el seno de una famlia humilde. Su cultura, por aquel entonces, fue b¨¢sica y a los once a?os entr¨® como caddy en el Club de Campo y cinco a?os despu¨¦s obtuvo la licencia profesional. Las primeras ense?anzas las recibi¨® del franc¨¦s Patrick Eder, que posteriormente le promocionar¨ªa y as¨ªa los veintid¨®s a?os, conquist¨® el campeonato de Espa?a profesional. Atr¨¢s se hab¨ªan quedado muchos puestos importantes en diversas competiciones de primer nivel mundial.
.Ahora Manolo vive exclusivamente del golf. Se puede considerar como un profesional de los palos, aunque su triunfo en la Copa del Mundo s¨®lo le reportase 70.000 pesetas. En Espa?a hay que ser muy bueno para llegar a ganar dinero. En Estados Unidos es distinto. Con destacar algo, es suficiente para empezar a obtener ganancias. Mas el dinero llegar¨¢ ahora solo a sus bolsillos. Las acciones publicitarias comenzar¨¢n su persecuci¨®n implacable y generosa para que utilice determinada marca de jugar al golf.
Sin embargo, con el triunfo de Pi?ero y Ballesteros se le ha planteado una grave problem¨¢tica al golf nacional. Hay que hacerlo popular. Enrolarse en un club cuesta desde las cien mil pesetas al medio mill¨®n. Es necesaria la construcci¨®n de campos municipales. En Jap¨®n existen cantidades ingentes de campos de mini-golf. Al poco tiempo, los practicantes no sienten ning¨²n temor de presentarse en competiciones y a veces los resultados son asombrosos para aumentar el nivel de juego del pa¨ªs.
Sin embargo un equipo de golf no es caro. Un buen equipo cuesta 25.000 pesetas y, por su consistencia, tiene una larga duraci¨®n. Y este es un deporte que puede ejercitarse a cualquier edad. Sin embargo, no nos enga?emos, En r¨¦gimen de competici¨®n es dif¨ªcil el jugador que con m¨¢s de cincuenta a?os es todav¨ªa alguien. Seg¨²n los especia listas, la edad ¨®ptima son los treinta a?os. No olvidemos que el cuerpo se tiene que 1 encontrar perfecta mente desarrollado, con todas sus funciones en el m¨¢s alto nivel dada la potencia y precisi¨®n que exige este deporte, al tener que hacer quinientos metros en cuatro golpes. Hace falta preparaci¨®n f¨ªsica adem¨¢s de las virtudes morales necesarias,ya que puede darse el caso, y de hecho se dio en la Copa del Mundo, y precisamente en contra de los espa?oles, de que en determinado momento de la prueba se puede intentar poner nervioso al que va a actuar.
Santana llen¨® de raquetas las manos de los ni?os cuando el tenis era inaccesible a la clase media espa?ola. Pi?ero y Severiano han dado el primer paso para que el pueblo haga suyo un deporte m¨¢s, prohibitivo para ¨¦l. Es la consecuencia del ¨¦xito.
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