Oposici¨®n sindical a la pol¨ªtica econ¨®mica

El paquete de medidas econ¨®micas anunciadas por el Gobierno brit¨¢nico para responder a las demandas del Fondo Monetario Internacional ha decepcionado sobre todo a los sindicatos, cuyos l¨ªderes ven ahora m¨¢s complicada la pr¨®xima revisi¨®n del contrato social que los compromete a aceptar las restricciones sal¨¢riales programadas por la administraci¨®n para equilibrar la inflaci¨®n y el desempleo. La izquierda laborista tambi¨¦n se ha mostrado contraria a las medidas deflacionarias tomadas por el Gabinete y considera que de este modo Callaghan se aleja una vez m¨¢s de las aspiraciones del partido en beneficio de la presi¨®n econ¨®mica exterior. Tanto los sindicatos como los miembros del Tribune el grupo parlamentario de izquierdas del Partido Laborista, hubieran querido ver en el paquete de medidas la consideraci¨®n de un control estricto de la importaci¨®n para reforzar la propia producci¨®n industrial interior.Ayer, despu¨¦s de una reuni¨®n con sus colegas para discutir las implicaciones del nuevo presupuesto, el secretario general del TUC (Trade Unions Congress), Len Murray, dijo que a partir de ahora el Gobierno no pod¨ªa seguir pidiendo ¨²nicamente a los trabajadores los sacrificios necesarios para hacer avanzar la econom¨ªa. Ha llegado -expres¨®- el turno de los empresarios, a los que este paquete pr¨¢cticamente no afecta. La mayor preocupaci¨®n sindical se refiere a los recortes del gasto p¨²blico que se contienen en el presupuesto y que van a implementar el ¨ªndice de desempleo. Seg¨²n los l¨ªderes sindicales, el Gobierno, al realizar tales reducciones, ha olvidado uno de los principios del ?contrato social?, que es el de asegurar una pol¨ªtica de pleno empleo. Por tanto, ha dicho Murray, habr¨ªa que reconsiderar las bases sobre las que se asentar¨ªa el nuevo acuerdo. Los sindicalistas han empezado ya a presionar para que se abandonen las restricciones salariales que ellos hab¨ªan aceptado para que la in dustria mantuviera su nivel de be neficios y para atajar el proceso inflacionario, que gracias al con trato social baj¨® en un ano de un 33 aun 15 %.
En abril de 1977, cuando los Trade Unions y el Gobierno laborista estudien la nueva fase de este compromiso, aquellos no van a transigir de nuevo. Su oposici¨®n a una nueva forma de entente cordiale con la administraci¨®n no ser¨¢ total, sin embargo, pues,como ha indicado en una entrevista el sindicalista Jack Jones, nosotros no po demos desafiar al Gobierno laborista porque en este pa¨ªs no hay otra alternativa que satisfaga a los trabajadores brit¨¢nicos.
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