Balzac: fisiolog¨ªa de una sociedad
Un ensayo principal que se coloca tras el propio t¨ªtulo del libro, y tres complementarlos (Balzac y la defensa del escritor, Espa?a en Balzac y Balzac y Gald¨®s), nos llaman la atenci¨®n hacia el gran novelista franc¨¦s. Su autor, catedr¨¢tico de Derecho Pol¨ªtico, de la Universidad Complutense, nos da con ¨¦l los resultados de una ya lejana y constante preocupaci¨®n literaria. La extra?eza que podr¨ªa causarnos ver a un especialista de otras disciplinas tentar un tema que los atentos a la literatura parecen tener descuidado, se desvanece apenas pensamos en las caracter¨ªsticas de la ingente obra balzaciana.Balzac se nos ofrece gigantesco y tallado a golpes, como uno de estos estudios de retrato que le hiciera Rodin. Vivi¨® impulsado por dos afanes, coincidentes en ocasiones y destruy¨¦ndose mutuamerite en otras: alcanzar puesto de escritor glorificado y conquistar un elevado puesto social, como un reflejo en otra carrera de lo que Napole¨®n logr¨® con la de las armas. De este modo extendi¨® ante s¨ª el campo que ten¨ªa que conquistar doblemente: el de una sociedad la de su tiempo. Lo que hab¨ªa que dominar en el terreno personal hab¨ªa de ser la misma materia con que construir el mundo de ficci¨®n que transmutar¨ªa la realidad.
La sociedad y la pol¨ªtica como tema literario
Carlos Ollero.Las Ediciones de El Espejo. Madrid, 1976.
Un buen d¨ªa, Balzac tuvo la revelacl¨®n de cu¨¢l era su misi¨®n en la tierra. Construir la cicl¨®pea Comedia Humana. A partir de ese momento quedaba atr¨¢s una intensa labor de, aprendizaje: novelas an¨®nimas o firmadas. con diversos seud¨®nimos, sumisi¨®n a la novela negra o rem¨¢nticamente sentimental, para dejar un vivo testimonio novelesco de c¨®mo fueron las gentes entre 1816 y 1848. (Aunque afortunadamente le quedaron resabios de aquellos g¨¦neros.)
Carlos Ollero nos hace visibles los trazos de su ruta vital, explicativos del concepto, verdaderamente personal, que aporta a la novela. Abundando en sus ideas podr¨ªa resumirse que si Balzac trae algo a la novela -aparte de su gran fuerza de creador- es considerar al personaje inseparable de un cuerpo social: El personaje no puede considerarse separado del estrato social en que se halla situado. Muchas veces lo novelesco surgir¨¢ de los intentos de ese personaje por escapar de su puesto, por subvertir de alg¨²n modo la situaci¨®n en que se encuentra. Por ello, a pesar de su carga rom¨¢ntica, Balzac parece llevarnos al realismo. Y, sin embargo, al llegar el naturalismo, Balzac queda en una dimensi¨®n anterior que, contra lo que a primera vista parece, cala m¨¢s hondo en la realidad social que los esquemas biologizantes de un Zola, por ejemplo.
Balzac reflej¨® una sociedad y unos estratos sociales. Sobre todo, uno. Aqu¨¦l al que pertenec¨ªa: la burgues¨ªa dominante y satisfecha que puebla sus novelas, con virtudes y con terribles defectos. Su detallismo verista expone productos de ficci¨®n que han surgido de la asimilaci¨®n de lo real.
De ah¨ª la satisfacci¨®n con que Marx y Engels -¨¦ste m¨¢s que aqu¨¦l- le¨ªan sus novelas y ve¨ªan en ellas la exposici¨®n narrativa de las teor¨ªas que estaban elaborando. Con el mismo fervor con que les irritaban los novelones de Eugenio Sue ve¨ªan a Honorato de Balzac exponer algunas de sus ideas fundamentales. La visi¨®n de las clases enfrentadas palpita en varios lugares de sus obras. En Los campesinos son patentes los resultados de un medio de producci¨®n capitalista; en El cura de aldea descubre, por su cuenta, el concepto de plusval¨ªa. ?No podr¨ªa -dice un banquero- existir el comercio si el precio del producto industrial no fuera doble de su coste de producci¨®n.?
He aqu¨ª la curiosa contradicci¨®n de Balzac, pretendido legitimista y aspirante a arist¨®crata, aportando, quisi¨¦ralo o no, elementos a las m¨¢ximas enemigas de la clase social a que aspiraba. La ?comprensi¨®n profunda? de que hablara Marx, explica de sobra que el inter¨¦s de la obra de Balzac pase m¨¢s all¨¢ del lector de novelas o el cr¨ªtico literario e interes¨¦ al soci¨®logo o al catedr¨¢tico de Derecho Pol¨ªtico.
Balzac, en sus a?os de servidumbre a las bogas literarias dio culto a alguna de aquellas Fisiolog¨ªas que iban desde el matrimonio al cigarro o la capa. Mostraban algo en sus caracter¨ªsticas, pintorescas o esenciales, con pintura realista y matices sentimentales, humor¨ªsticos y filos¨®ficos. ?No es la Comedia Humana la gran fisiolog¨ªa de la sociedad francesa en que vivi¨® Balzac?
El texto principal de Carlos Ollero se completa con los estudios citados, no menos interesantes, especialmente el que la estudia en relaci¨®n con Gald¨®s, tambi¨¦n cre¨¢dor de una novela humana en otros tiempos y en otro lugar. Ollero nos promete insistir en estos temas. Ser¨ªa deseable. Tanto conio que sirvieran para la novela de Balzac despertase un inter¨¦s que hoy, injustificadamente, parece un tanto apagado.
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