Aumenta la impotencia sexual masculina
Las revistas italianas Panorama y L?Expreso acaban de publicar un informe en el que se se?ala el ?alarmante aumento? de la impotencia masculina. Seg¨²n encuestas realizadas, el 70 % de los j¨®venes de uno y otro sexo son insatisfechos en materia sexual. El hecho podr¨ªa estar ligado al conflicto de la identidad sexual, ya que seg¨²n las citadas revistas italianas, la mujer exige una sexualidad ?con ritmos y finalidades diferentes" respecto de otras ¨¦pocas.
Al parecer, el tema sexual no es algo completamente superado en Italia. Aproximadamente el 8 % de losj¨®venes entrevistados, pertenecientes a familias de la burguesia del norte y centro de Italia, ha reconocido que afront¨® con sus padres la discusi¨®n de temas sexuales, mientras que los j¨®venes de las zonas meridionales, donde el atraso es mayor, fueron educados en la consideraci¨®n de la sexualidad como tema tab¨². Precisamente a esa educaci¨®n es a la que los menores de veinti¨²n a?os encuestados atribuyen sus problemas. Seg¨²n ellos, solamente una escuela de cada 10.000 ofrecen lecciones claras de educaci¨®n sexual pero en medio de continuas dificultades e insidias. Afirman tambi¨¦n que la situaci¨®n est¨¢ provocada por ?la absoluta incapacidad pedag¨®gica de los padres del decenio de los setenta para comprender y observar el mundo, de los ni?os y de los adolescentes confundiendo emancipaci¨®n sexual con una absurda tolerancia.
Un problema complejo
La impotencia es un problema complejo de origen casi exclusi vamente ps¨ªquico, donde la fantas¨ªa humana desempe?a un papel nada despreciable. Se constata en estudios cl¨¢sicos que bajo la impotencia sexual masculina se esconden cuestiones relativas a problemas de las relaciones interpersonales y de las fantasias inconscientes en torno a esas relaciones. Tras un caso de impotencia, por ejemplo, puede haber un conflicto grave de la relaci¨®n en el que, sin estar implicada ninguna deficiencia org¨¢nica y fisiol¨®gica, lo que hay es un miedo a la persona del otro sexo o una represi¨®n de fuertes impulsos agresivos a los que no se desea ?dar rienda suelta?. Se da la paradoja de que bajo la impotencia puede existir un sentimiento de ?omnipotencia f¨¢lica?, y, rec¨ªprocamente, bajo los sentimientos tan frecuentes de omnipotencia, superpotencia, etc¨¦tera, se suele esconder una profunda impotencia.El cambio en el rol femenino tiene mucho que ver con todo esto. Van Keep, director de un organismo sanitario internacional y experto en cuestiones sexuales, asegura que ?la sociedad ha estado y est¨¢ empujando a la mujer hacia papeles pasivos. La infidelidad del hombre es tolerada, y la de la mujer no. Todo est¨¢ dispuesto para inhibir la libertad femenina? y, sin embargo, el binomio frigidez-impotencia es algo que se induce rec¨ªprocamente. ?Como dice Betty Friedan -prosigue el doctor Van Keep-, no hay mujeres fr¨ªgidas sino hombres torpes. Masters y Johnson han demostrado que la mujer tiene una capacidad er¨®tica mayor que la del hombre.
En la medida, por tanto, en que se desvanece el mito de la mujer pasiva, protagonista de una sexualidad de segunda y se asume un comportamiento femenino diferente como el que es propio de mujeres no obseionadas por el miedo a la natalidad y los prejuicios antisexuales, se desplaza el problema hacia la concienciaci¨®n de que es el hombre el que, muchas veces, por sus propios conflictos ps¨ªquicos, no puede ejercer una sexualidad sana y frecuente.
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