?Qui¨¦n controla 900.000 millones de pesetas?
La presentaci¨®n de los presupuestos de la Seguridad Social da pie a un comentario que intenta ¨²nicamente llamar la atenci¨®n del lector sobre tres aspectos b¨¢sicos: el vertiginoso aumento de la masa de recursos allegados por la Seguridad Social; el efecto inflacionista que su m¨¦todo de financiaci¨®n comporta, con efectos negativos sobre el empleo, y la anomal¨ªa que supone la falta de un control p¨²blico eficaz sobre las ingentes sumas de dinero que este organismo maneja.Sobre el primer punto bastar¨¢n unas cifras. En 1965 los Gastos totales de la Seguridad Social representaban el 32% de los del Estado; en 1974, el 73. En el a?o entrante, el presupuesto de la Seguridad Social ser¨¢ el 90% del estatal siendo probable que en 1978 se llegue a la igualaci¨®n entre ambos.
Pero tan importante como las cifras absolutas es su composici¨®n. La parte mayoritaria de los recursos de la SS lo constituyen las aportaciones de obreros y de empresas; los fondos provenientes del Estado suponen tan s¨®lo el 5% de aqu¨¦llas, y adem¨¢s crecen m¨¢s lentamente. El resultado de este hecho es doble: el vigente sistema de financiaci¨®n debe sufrir un giro completo al objeto de que sea el Estado, previa una reforma fiscal, quien asuma un mayor peso en la financiaci¨®n. Se facilitar¨¢ as¨ª una mayor progresividad en el sistema impositivo y, sobre todo, se evitar¨¢ la actual situaci¨®n en la cual las empresas no contratan personal por miedo a los costes de las cotizaciones a la Seguridad Social.
Queda, para concluir, el cap¨ªtulo del necesario control de los gigantescos fondos que mueve la Seguridad Social. Pese a las reiteradas promesas, el Libro blanco de la Seguridad Social sigue sin aparecer, como tampoco los presupuestos de la misma acaban de entrar en la ¨®rbita de Hacienda. ?Qui¨¦n controla 900.000 millones de pesetas, que, adem¨¢s en opini¨®n de muchos no sirven para suministrar una sanidad adecuada al pa¨ªs?
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